Repsol no pagará el gravamen que planteaba el Gobierno en su RDL 10 (Real Decreto-Ley derogado hace seis días), aunque Repsol ha cerrado este 31 de diciembre el mejor trienio de su historia: 10.000 millones de euros de beneficio neto. Tampoco pagará ese gravamen Iberdrola, aunque la compañía que preside José Ignacio Sánchez Galán anunciaba en Bilbao el pasado mes de mayo, en la Junta General de Accionistas, el mayor dividendo de su historia. Las grandes compañías energéticas, que viven tiempos de bonanza sin par, no pagarán ese gravamen porque Partido Popular, Vox, Junts per Catalunya, el Partido Nacionalista Vasco y el diputado de Unión del Pueblo Navarro votaron la semana pasada no al RDL 10 en el Congreso de los Diputados. La amenaza pues parece haber surtido efecto, pues a los sufragios de PP y Vox, partidos ambos que nunca estuvieron a favor del impuesto (establecido en 2022), se han añadido ahora los votos de nacionalistas catalanes y vascos (el consejero delegado de Repsol es Josu Jon Imaz, que fuera presidente del PNV).
Y, así, una vez derogado el impuesto, con el que Hacienda recaudó el año pasado 1.164 millones de euros, el Consejo de Administración de la petrolera ha dado (lo hizo ayer) luz verde a la inversión en la Ecoplanta: "esta inversión -sostiene la compañía en el comunicado que ha difundido- es una clara apuesta de Repsol por mantener el empleo industrial en España y continuar generando riqueza en el entorno". La instalación, que se situará en Tarragona y en la que la compañía asegura invertirá más de 800 millones de euros, quiere convertirse en la primera planta de Europa que fabrica metanol renovable y metanol circular a partir de residuos a través de la gasificación, que pasa por ser el proceso de valorización de desechos más avanzado del mundo: "esta tecnología de última generación -explican desde la petrolera- ha sido desarrollada por Enerkem, tecnólogo del que Repsol es socio, y da una segunda vida a residuos que de otro modo acabarían en vertederos o incinerados".
Repsol quiere procesar en su futurible Ecoplanta de Tarragona hasta 400.000 toneladas de residuos sólidos urbanos al año y convertirlos en 240.000 toneladas de "combustibles renovables y productos circulares". El metanol renovable -explican desde la empresa- tiene origen en los desechos orgánicos, mientras que los productos circulares proceden de los no orgánicos, como plásticos no reciclables. La compañía prevé poner en marcha la Ecoplanta en 2029, lo que supondrá -aseguran- la creación de unos 2.800 puestos de trabajo "directos, indirectos e inducidos" durante la fase de construcción y de unos 340 puestos de trabajo directos, indirectos e inducidos.
La Ecoplanta se integrará en el complejo industrial que Repsol tiene en Tarragona, "para aprovechar infraestructuras ya existentes y acelerar la transformación del centro en un polo multienergético". La Ecoplanta va a recibir fondos públicos, por cierto, a través del programa Innovation Fund, "por su elevado potencial -explican desde la propia petrolera- para reducir emisiones, por su carácter innovador y por ser una instalación única en Europa".
[No es el único proyecto Repsol beneficiario de ayudas públicas. Sobre el particular léase Repsol: la petrolera que no quiere pagar el impuesto a las energéticas ha pedido subvenciones para 278 proyectos]
La Unión Europea ha diseñado una ruta para reducir de manera gradual la intensidad de carbono de la energía utilizada en el transporte marítimo, en un 40% para 2030 respecto a los niveles de 2018, y en un 75% para 2050 respecto a los niveles de 2020.
En la actualidad, las opciones más eficientes para cumplir estos objetivos son el diésel renovable y el metanol renovable, que se fabricará en la Ecoplanta.
La compañía dispara sutilmente además contra la competencia: H2, amoníaco...
Estos combustibles -asegura la petrolera en referencia al diésel y el metanol renovables- están tecnológicamente maduros para su implantación, "frente a otras alternativas como el hidrógeno renovable, el amoníaco o la electrificación de propulsores marinos, que requieren aún de desarrollo y de grandes inversiones en la renovación de flotas y en la distribución del combustible".
El metanol renovable -adelantan desde Repsol- se empleará también en el transporte por carretera, como materia prima en la fabricación de gasolina y diésel renovables. A partir de él también se puede producir combustible sostenible de aviación (SAF, por sus siglas en inglés).
Según datos de la Agencia Internacional de las Energías Renovables y Methanol Institute, la demanda global de metanol crecerá hasta quintuplicar la actual en 2050, impulsada por el uso de metanol renovable en transporte marítimo, carretera y aviación, así como en aplicaciones para la química.
Repsol se ha fijado como objetivo producir entre 1,5 y 1,7 millones de toneladas en 2027 y hasta 2,7 millones de toneladas anuales en 2030 (incluyendo hidrógeno renovable y biometano). La compañía también tiene como objetivo fabricar en 2027 hasta 105.000 toneladas al año de productos circulares y 200.000 toneladas en 2030.
Qué es
El metanol verde es un combustible que puede fabricarse a partir de la gasificación de biomasa o de electricidad renovable y dióxido de carbono (CO2) capturado. El metanol verde (Green methanol o CH3OH) se consigue por procedimientos no contaminantes. El metanol verde se ha obtenido hasta ahora en laboratorio a partir de CO2 residual de procesos industriales y mediante un proceso catalizador se sintetiza con hidrógeno obtenido por electrólisis del agua producida con electricidad generada por energías renovables (aerogeneradores, placas solares…). El metanol es obtenido así por un procedimiento absolutamente neutro. El metanol verde no produce gases contaminantes en su combustión.
Aquí, todos los votos (Fuente: Congreso.es)
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