Sin embargo, aún hay motivos para la esperanza, ya que un nuevo análisis país por país realizado por la AIE (que abarca casi 150 países de todo el mundo) concluye que las ambiciones internas de los gobiernos van mucho más allá de las NDC y, de hacerse realidad sus planes, representarían casi 8.000 GW de capacidad renovable instalada mundial para 2030. Esto significa que si los países incluyeran todas sus políticas, planes y estimaciones existentes en sus nuevas NDC que se publicarán el próximo año, y que incluirán ambiciones revisadas para 2030 y nuevas metas para 2035, estas reflejarían el 70% de lo que se necesita para 2030 para alcanzar la meta de triplicar la potencia renovable, que corresponde a 11.000 GW instalados a nivel mundial.
Por ello, la AIE aún ve un amplio margen para que los países alineen sus NDC con sus ambiciones internas actuales, aunque el informe enfatiza que los países también necesitan acelerar su implementación y aumentar sus ambiciones para alinearse con el objetivo de triplicar la capacidad renovable.
Fatih Birol, director ejecutivo de la AIE: “Este informe deja claro que el objetivo de triplicar es ambicioso pero alcanzable, aunque sólo si los gobiernos convierten rápidamente las promesas en planes de acción”. Al cumplir los objetivos acordados en la COP28 de triplicar las energías renovables y la duplicar las mejoras en la eficiencia energética para 2030, los países de todo el mundo tienen una gran oportunidad de acelerar el progreso hacia un sistema energético más seguro, asequible y sostenible”.
Objetivos renovables
Las adiciones globales de capacidad renovable alcanzaron casi 560 GW en 2023, un aumento interanual sin precedentes del 64% con respecto a 2022, al que China fue, con diferencia, el mayor contribuyente. Además, según sus planes, se espera que China supere este año su objetivo para 2030 de 1.200 GW de energía solar fotovoltaica y eólica.
España y Alemania lideran la ambición en la UE, donde los Estados miembros aspiran a más que duplicar su capacidad renovable entre 2022 y 2030, casi en su totalidad mediante instalaciones solares fotovoltaicas y eólicas. En concreto, las ambiciones europeas quieren contribuir con el 20% (1.590 GW) del total mundial para 2030 partiendo de los 800 GW de 2022. Alemania por sí sola representa casi una cuarta parte de la ambición de Europa, seguida de España, Italia, Francia y Reino Unido, que en conjunto representan otro tercio.
Si hablamos de países UE, la suma de las ambiciones de capacidad de cada país de la UE para 2030 es de 1.291 GW. Esto es Un 4% más que el objetivo del plan REPowerEU, anunciado por la Unión Europea Comisión en mayo de 2022, para instalar 1.236 GW de capacidad renovable de aquí a 2030, compuesto por 592 GW de energía solar fotovoltaica y 510 GW de eólica. Desde la invasión de Rusia de Ucrania, el plan y sus directrices posteriores han tenido como objetivo acelerar expansión de la electricidad renovable y reducir la dependencia de las importaciones de gas.
En América, Estados Unidos y Canadá tienen la ambición de instalar entre los dos cerca de 1.000 GW de capacidad renovable para 2030, o el 13% de la ambición global. Por su parte, Brasil y Chile tienen previsto instalar conjuntamente 30 GW de energía solar fotovoltaica y 17 GW de energía eólica en 2030, lo que representa el 37% de las ambiciones de la región en cuanto a nueva capacidad renovable.
En general, casi 30 países pretenden aumentar su capacidad renovable entre dos y tres veces para 2030, lo que representa casi las tres cuartas partes de la ambición mundial, encabezada por China, Estados Unidos, India, Alemania y España. Además, la cantidad de capacidad renovable añadida cada año en todo el mundo se ha triplicado desde el Acuerdo de París de 2015 gracias al apoyo político, las economías de escala y el progreso tecnológico, que ha reducido el coste de la energía solar fotovoltaica y eólica en más de un 40%, haciéndolas ampliamente competitivas frente a los combustibles fósiles.
Desafíos renovables
Sin embargo, aún siguen existiendo retos importantes, como los largos tiempos de espera para obtener permisos para los proyectos, la insuficiente inversión en infraestructuras de red y los elevados costes de financiación. El informe propone medidas específicas que los países pueden adoptar para superar estos obstáculos. Por ejemplo, sobre la reducción de los costos financieros para mejorar la financiabilidad de los proyectos renovables, sugiere enfoques como mejorar la visibilidad de las políticas a largo plazo; apoyar proyectos en la fase de predesarrollo; y reducir los riesgos de precios, inflación y tipo de cambio.
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