Hasta 120 gramos de CO2 podrán emitir por cada kilómetro recorrido los turismos (155 las furgonetas) que va a subvencionar el Ejecutivo en el marco del «Plan de Impulso a la cadena de valor de la Industria de la Automoción, hacia una movilidad Sostenible y Conectada», un plan que ha recibido críticas de organizaciones como Greenpeace, Ecodes (Fundación Ecología y Desarrollo) o Ecologistas en Acción. El Plan asigna el grueso de sus recursos (2.690 millones de euros, M€) a "inversiones en la cadena de valor de la industria entre 2020 y 2022"; 415 irán a parar a investigación, desarrollo e innovación; y 300, al cajón de sastre "renovación del parque móvil público, infraestructura de recarga, adaptación de las ciudades a las nuevas necesidades de movilidad y la electrificación del transporte". Pero es sin duda la partida destinada a subvencionarle a los particulares la compra de vehículos la más controvertida: 250 M€ de subvenciones para vehículos con motor de combustión; 70, para los "vehículos sostenibles", enorme cajón de sastre en el que caben los consabidos eléctricos 100%, pero también vehículos que emplean combustibles fósiles como el gas licuado de petróleo, el gas natural o las mezclas bifuel (mezcla de diésel o gasolina con algún otro gas).
La Fundación Ecodes vez luces y sombras en el Plan
"El aumento en el presupuesto para apoyar los vehículos eléctricos a través del Plan Moves, pasando de 65 a 100 M€, supone un avance importante -dice- que nos acerca a la senda iniciada por otros países de nuestro entorno" (Moves tiene un presupuesto de 100 M€, pero solo "hasta el 70% podrá destinarse a la compra de vehículos alternativos"; el resto debe asignarse a promover la implantación de puntos de recarga y, en ese resto, "un mínimo de un 10% deberá dedicarse al incentivo de planes de trabajo o medidas adoptadas por los ayuntamientos como respuesta a las necesidades de movilidad asociadas a la crisis del Covid-19"). 70 millones quedarán pues para subvencionar la compra de vehículos eléctricos... pero de esa partida también habrán de salir las ayudas a la adquisición de camiones y furgonetas que empleen combustibles fósiles diversos (desde el diésel al gas licuado de petróleo al que aludimos en el titular). El Gobierno justifica sus ayudas a los camiones de gas, "combustible reservado solo al transporte pesado porque las alternativas eléctricas no cuentan con suficiente desarrollo". Curiosamente, y a pesar de esgrimir ese argumento, el mismo Moves prevé subvenciones también para los camiones 100% eléctricos (véase tabla abajo).
Hasta ahí, lo relativo a los 100 M€ del Programa Moves (programa de incentivos a la MOVilidad Eficiente y Sostenible). Pero es que el Gobierno ha destinado bastante más del doble (hasta 250M€) a incentivar la compra de vehículos con motor diésel o de gasolina que pueden emitir hasta 155 gramos de CO2 por kilómetro recorrido, lo cual no encajaría fácilmente en el paradigma de la Transición Ecológica en el que se anuncia el Ejecutivo Sánchez, pues son esos vehículos los principales responsables de la contaminación atmosférica en las ciudades españolas (según la Agencia Europea de Medio Ambiente, en España cada año mueren prematuramente, como consecuencia de la contaminación atmosférica, 40.000 personas). Es más, a lo largo de las últimas semanas, y en el marco más amplio de la lucha contra la pandemia del Covid-19, varios estudios han venido a relacionar estrechamente la mala calidad del aire de determinadas áreas urbanas con mayores tasas de mortalidad entre la ciudadanía. Los estudios proceden de ambos lados del Atlántico: European Public Health Alliance, Universidad de Harvard, Martin-Luther-Universität Halle-Wittenberg (Alemania).
Ecodes es crítica con las ayudas públicas a los vehículos que emplean combustibles fósiles: "los 250 M€ para incentivar la compra de vehículos con motor de combustión, suponen contribuir públicamente al retraso en la implantación de vehículos libres de emisiones y al no cumplimiento de los estándares de CO2 europeos -95 gramos de CO2 por kilómetro recorrido- por parte de los fabricantes".
Mónica Vidal, directora de Políticas Públicas y Gobernanza Climática de Ecodes: “los fabricantes de automóviles deben recordar que han de cumplir obligatoriamente ya en 2020-2021 con la normativa europea sobre emisiones de CO2 de los vehículos -el 95% de los turismos vendidos en 2020 por cada marca tiene que emitir menos de 95gCO2/km-, lo que implica que van a tener que producir muchos vehículos eléctricos”.
Ojo con cómo medimos las emisiones a la hora de asignar las subvenciones
El Plan salido ayer del Consejo de Ministros fija en 120 gCO2/km el límite de emisiones, pero no especifica -denuncia Ecodes- cuál es el sistema de homologación usado. Y ahí la Fundación Ecología y Desarrollo alerta: "posibilitar la compra de vehículos con este límite [120 g] utilizando el sistema NEDC supondría un error de calado, dado que entrarían casi el 80% de los vehículos que actualmente están en el mercado". El sistema NEDC es el procedimiento que se empleaba hasta el pasado mes de septiembre para la determinación de las emisiones y consumos homologados de los coches a la venta en la Unión Europea. El sistema que le ha sustituido es el sistema WLTP, que somete al vehículo a pruebas más exigentes y determina así con mayor precisión sus emisiones.
Ecodes plantea varias propuestas para que las ayudas no acaben en los bolsillos de los más adinerados, que además suelen comprar vehículos con motores de combustión más contaminantes. “El Gobierno nacional -señala Vidal- tiene entre sus manos la oportunidad de cambiar el panorama de nuestras calles y ciudades a favor de vehículos sin emisiones, silenciosos, y hacerlo ya. No podemos permitir que los vehículos SUV entren dentro de estas ayudas".
SUV
Los Sport Utility Vehicle son también denominados todocaminos, todoterrenos ligeros o vehículos utilitarios deportivos, y son vehículos más pesados y con mayores emisiones que otros vehículos convencionales requeridos para los mismos usos. Los SUV han sido señalados por algunas voces en el sector como los principales responsables de que la media de emisiones de CO2 del parque móvil europeo, sorprendentemente, haya crecido hasta situarse en los 121 gramos de CO2 por kilómetros recorrido en 2018 (dos gramos por encima de la media registrada en 2017.
Ecodes propone pues que los pesados SUV no puedan ser subvencionados y... al revés. "Para asegurar que realmente entren dentro de las ayudas los vehículos más pequeños y con menores emisiones, proponemos que para los vehículos de combustión el precio máximo de compra sea 20.000 euros". Eso propone Ecodes... o que el límite de emisiones caiga hasta los 110-115 gCO2/km.
Achatarrar. Porque, si no, lo que estamos haciendo es sumar vehículos a las calles
El achatarramiento es otra de las grandes cuestiones, según la Fundación: "ha de ser de carácter voluntario para el Plan Moves (vehículos eléctricos) y obligatorio para el plan de renovación del parque (todas las tecnologías); de esta forma, garantizamos que haya una renovación del parque automovilístico y que no aumente el número de vehículos en nuestras calles".
Sobre el gas
Ecodes recuerda por fin que el Plan que acaba de salir del Consejo de Ministros también permite subsidios para automóviles y camiones de gas natural comprimido (GNC), tratándolos como una tecnología "limpia", cuando, en realidad, "el gas fósil en el transporte -advierten desde la Fundación- emite niveles muy significativos de contaminantes del aire que son perjudiciales tanto para la salud humana como para el clima, al igual que lo son la gasolina o diésel; por lo tanto, la sustitución de los vehículos de combustión por esta alternativa no es la forma más adecuada de avanzar hacia la movilidad sostenible".
Qué es el gas natural
El gas es un combustible fósil que contribuye al cambio climático, tanto por la generación de emisiones de CO2 en la combustión como por las emisiones fugitivas de metano. El metano es un gas con un potencial de calentamiento global 86 veces superior al del CO2 en los primeros 20 años de vida. Emitir un kilogramo de metano es equivalente a emitir 86 de CO2. Cada vez más investigaciones científicas demuestran que las fugas de metano no han estado bien contabilizadas y representan un problema climático mayor del que se creía.
El Grupo de expertos Intergubernamental sobre Cambio Climático define las emisiones fugitivas como “la liberación intencional o no intencional de los gases de efecto invernadero durante la extracción, el procesamiento y la entrega de los combustibles fósiles al punto de utilización final”. El informe Smoke and mirrors, de Bankwatch Network, publicado en enero del año pasado, concluye que “los valores de emisiones fugitivas en más de la mitad de los escenarios están alrededor del umbral del 3% definido por la Agencia Internacional de la Energía, más allá del cual el gas fósil deja de ofrecer un beneficio climático en comparación con el carbón”.
Ecodes concluye su repaso al Plan en estos términos: "consideramos imprescindible resolver y aclarar algunos de los criterios y condicionalidades claves para valorar hasta qué punto el plan para el sector de la automoción presentado por el Gobierno de España tiene la capacidad de transformar y reactivar el sector del transporte y la economía de nuestro país desde perspectivas sostenibles, limpias, verdes y adecuadas a los objetivos climáticos y ambientales acordados nacional e internacionalmente".