Si vives en un entorno de contaminación atmosférica como el de muchas grandes ciudades, las posibilidades de morir por el Covid-19 crecen de forma muy significativa. Los expertos de la Universidad de Harvard han analizado la exposición a partículas en suspensión de 2,5 micras (PM2,5), que proceden en gran medida de la combustión de vehículos diésel y que, por su pequeño tamaño, tienen gran capacidad de penetración en las vías respiratorias.
Los resultados del estudio revelan que un aumento de solo un microgramo por metro cúbico (1 μg/m3) en PM2,5 se asocia con un aumento del 15% en la tasa de mortalidad de Covid-19. Los autores creen que estos resultados “son estadísticamente significativos y sólidos para los análisis secundarios y de sensibilidad”. Y subrayan la importancia de seguir haciendo cumplir las regulaciones existentes sobre la contaminación del aire para proteger la salud humana durante y después de la crisis COVID-19.
Los científicos consultados por el gobierno de los Estados Unidos estiman que el Covid-19 puede matar a entre 100.000 y 240.000 estadounidenses. La mayoría de las condiciones preexistentes que aumentan el riesgo de muerte por Covid-19 son las mismas enfermedades que se ven afectadas por la exposición a largo plazo a la contaminación del aire. La Universidad de Harvard ha recopilado datos de aproximadamente 3.000 condados en los Estados Unidos, en los que vive el 98% de la población, hasta el pasado 4 de abril.