Los autores del informe -fruto de la colaboración entre el Instituto de Ciencias Marinas de la Universidad de Portsmouth y el Laboratorio Marino de Plymouth-, que estiman que los parques eólicos marinos europeos "liberan miles de toneladas de metales como aluminio, zinc e indio cada año", esperan que esta cifra aumente "drásticamente", ya que los parques eólicos desempeñarán un papel importante en la reducción de las emisiones de carbono del mundo.
En concreto, los investigadores calculan que, en conjunto, estarían desprendiéndose cada año "3.219 toneladas de aluminio, 1.148 toneladas de zinc y 1,9 toneladas de indio" procedentes de los parques eólicos europeos actualmente operativos.
Planes de expansión de la eólica marina
Reino Unido cuenta actualmente con 13 gigavatios (GW) de generación eólica marina y se ha fijado el objetivo de alcanzar los 100 gigavatios para 2050. Por su parte, España pretende desplegar la modesta cifra de 3 GW eólicos marinos para 2030, según lo establecido en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (Pniec) definitivo, ya que, de momento, nuestro país no posee ni un solo parque eólico de estas características.
Gordon Watson, profesor de la Escuela de Medio Ambiente y Ciencias de la Vida de la Universidad de Portsmouth: "Los parques eólicos marinos son una parte vital de nuestro futuro energético limpio, pero en este momento hay poca información sobre cómo los metales que recubren a los parques eólicos operativos afectan a los ecosistemas marinos, por lo que es difícil evaluar los riesgos completos".
Los investigadores de la universidad británica señalan que no están en contra de la construcción de nuevos parques eólicos marinos, sino que "debemos supervisarlos adecuadamente, especialmente a medida que continúan expandiéndose, ya que los planes para ampliarlos son ambiciosos y conllevan desafíos que deben abordarse”.
El informe destaca la importancia de vigilar de cerca las sustancias químicas liberadas por los parques eólicos marinos, para que se pueda medir, controlar y gestionar el impacto ambiental de estas instalaciones renovables.
Por ello, los científicos piden un seguimiento más exhaustivo del agua y los sedimentos alrededor de los parques eólicos, utilizar sistemas de protección contra la corrosión con menor impacto ambiental y directrices de seguimiento estrictas para la ubicación conjunta de la acuicultura con los parques eólicos.
Impactos en la fauna marina
La ubicación de granjas de algas y mariscos cerca de parques eólicos marinos, como la primera granja de algas a escala comercial ubicada en el Mar del Norte, podría provocar que los metales de las turbinas se acumulen en estas especies, lo que genera concentraciones que podrían exceder los límites seguros para el consumo humano.
Por ejemplo, consumir bivalvos como los mejillones y las ostras, que filtran el agua para alimentarse, podría superar la ingesta semanal de zinc recomendada para adultos, lo que la acumulación de metales en especies comerciales supone riesgos para la salud humana.
Los investigadores aseguran que existen soluciones para abordar estos problemas, "pero debemos tomar medidas ahora para mitigar los riesgos", por lo que esperan que esta investigación proporcione una hoja de ruta para que los políticos y la industria de la energía eólica aborden estos desafíos de manera efectiva "antes de que causen daños innecesarios”.
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