GoiEner dio sus primeros pasos a principios del año pasado. Lo hizo en el Goiherri (Gipuzkoa), en una escuela de formación profesional en la que un buen día se reunieron casi medio centenar de personas con una inquietud -la estafa eléctrica nacional- y un cierto norte: “la soberanía energética”. Para alcanzar esa meta se propusieron, en primer lugar, constituirse en cooperativa (lo hicieron hace exactamente un año, en diciembre de 2012); a continuación, se dieron de alta como comercializadora de electricidad verde y solo verde (emitieron sus primeras facturas en noviembre del corriente); y, por fin, planean convertirse en entidad promotora de la puesta en marcha de instalaciones de generación de energías renovables. O sea, que lo que pretenden -futuro perfecto- es convertirse en una cooperativa de productores-consumidores de kilovatios verdes. ¿Cómo? Invirtiendo en renovables los beneficios obtenidos con esa comercialización.
Nochebuena
Pues bien, la filosofía de la cooperativa vasca parece que ha gustado, y GoiEner alcanzó los mil socios justo antes de Nochebuena para convertirse así en la segunda "cooperativa de consumidores-comercializadora de energía verde" más grande de España, solo por detrás de Som Energia, que también sigue disparada, rumbo a los 12.000 socios cooperativistas. GoiEner se autodefine como "una cooperativa sin animo de lucro en la que todos los beneficios que se consiguen mediante la comercialización de la electricidad (verde) entre sus socios revierten de nuevo en la cooperativa; y donde son los propios socios quienes deciden en asamblea a qué destinar esos beneficios". A la vez -continúa la definición-, "los socios podrán invertir en proyectos de generación renovable cuya producción consumirá la propia cooperativa; el objetivo final -concluyen- será que la cantidad de energía generada por la cooperativa sea la equivalente a la cantidad de energía consumida por sus socios". Todo ello -quede claro-, "mediante renovables".
¿Siguiente paso?
La transición de cooperativa de consumidores a cooperativa de consumidores/productores -el futuro perfecto arriba apuntado- puede ser, no obstante, el paso más difícil. Porque todas las vías de salida han sido taponadas (o casi) por el Ejecutivo Rajoy. ¿Cómo? Pues... uno: eliminando la prima (enero de 2012), cuando las energías renovables aún necesitaban (unas más que otras) de cierto sostén público para continuar con su desarrollo (que es obligatorio además por mandato europeo). Y dos: neutralizando de facto el autoconsumo (que era otra de las líneas de trabajo de Goiener). La eliminación de facto de esta posibilidad -que se ha materializado ahora con la aprobación de la ley del sector eléctrico- se explica porque el Ejecutivo Rajoy ha establecido tantas obligaciones y tantos impuestos a quienes quieran autoconsumir que a un particular le va a resultar más caro montar su propia instalación solar y consumir su propia electricidad -la que genere con su panel en la azotea de su casa- que comprarle los kilovatios a las grandes compañías eléctricas. Y si no, véase.
DeSOLbediencia
El caso es que la ley establece que las instalaciones para autoconsumo sean registradas para, a partir de ahí, imponerles un peaje a los kilovatios solares o minieólicos que genere el particular, un peaje que tendrán que pagar esos kilovatios, y no los kilovatios salidos de una central nuclear, por ejemplo. Pues bien, frente a ese disparate -que se ha convertido en el hazmerreír de medio mundo-, GoiEner invita a la DeSOLbediencia. Lo argumenta así: "el Gobierno, al dictado del Oligopolio energético, acaba de aprobar una reforma del sector eléctrico que persigue perpetuar el actual modelo energético, contaminante, peligroso, centralizado y despilfarrador, y expulsar del sector a las energías renovables. En dicha reforma -continúa- se incluyen medidas tales como el aumento del 63% en el término de potencia (fijo), la imposibilidad de realizar el autoconsumo eléctrico, la moratoria a la ejecución de nuevas instalaciones de generación de energía verde, o el cambio, con efecto retroactivo, en la retribución de la energía generada por las ya existentes, muchas de ellas aún sin amortizar".
Un paso serio
Y la DeSOLbediencia, que es una campaña impulsada por varias cooperativas y por la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, consiste grosso modo (pero no solo) en animar a los ciudadanos a poner en marcha instalaciones de autoconsumo en sus viviendas y a no registrar esas instalaciones ante la administración (así, esta no podrá imputarle al autoconsumidor el que se ha dado en denominar "impuesto al sol", la tasa con la que el Ejecutivo Rajoy quiere gravar los kilovatios que un particular genera en las placas solares que ha instalado en su azotea y consume en el frigorífico de su cocina, es decir, kilovatios que nunca salieron de su casa y nunca usaron la red eléctrica pública). Se trata de una acción seria -según explica la Plataforma-, ya que, incluso con una instalación pequeña "serían de aplicación todos los requisitos administrativos y peajes económicos con los que se penaliza el autoconsumo". Por ello -concluye-, es "importante que este paso se dé de forma coordinada, con apoyo ciudadano a los desobedientes y aprovechando al máximo el impacto que pueda tener desde el punto de vista de la comunicación de la acción".
Apoyo jurídico
Los impulsores de esta iniciativa de desobediencia civil y pacífica -Goiener, entre ellos- han ideado así el que denominan "Kit de DeSOLbediencia", que es un paquete que consta de dos pegatinas, dos chapas para prender en la solapa, un cartel y una pancarta. El "kit", que cuesta quince euros, está disponible en castellano, catalán y euskera (su precio solo cubre los costes) y pretende ser "un elemento de visibilización de la deSOLbediencia". Además, desolbediencia.org informa asimismo sobre cómo conseguir paneles fotovoltaicos para empezar a "desolbedecer": los paneles de la Guerrilla Solar de la Fundación Terra -explican los promotores de esta iniciativa- "te están esperando para decir no al inaceptable ataque al autoconsumo. Se trata de un pequeño panel de 120 W que se conecta directamente a un enchufe de tu casa". La cooperativa Som Energia -que también está impulsando esta campaña- hace asimismo un "llamamiento a la insumisión", a la par que explica por otra parte que "pondremos los recursos necesarios, con la colaboración de otras entidades, para dar apoyo jurídico a aquellas personas que puedan, en cierto momento, verse afectadas". En fin, Goiener, mil socios en doce meses.
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