Recogemos a continuación un extracto de la exposición de motivos que hace el gobierno en su proyecto de real decreto ley "por el que se establece la regulación de las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las modalidades de suministro de energía eléctrica con autoconsumo y de producción con autoconsumo".
«La generación distribuida presenta beneficios para el sistema fundamentalmente en lo relativo a reducción de pérdidas de la red, suponiendo además una minimización del impacto de las instalaciones eléctricas en su entorno. No obstante, la generación distribuida no reduce los costes de mantenimiento de las redes de transporte y distribución ni los costes ajenos al suministro que se encuentran imputados a los peajes de acceso, y en algunos casos podría provocar costes de inversión adicionales en las redes para adecuarlas a las necesidades derivadas de dicha generación distribuida. Adicionalmente, es necesario tener en cuenta que en el precio que pagan los consumidores, cuando adquieren su electricidad en el mercado, se incluyen una serie de costes que tienen por objetivo retribuir tanto el respaldo que requiere el sistema para garantizar el balance entre generación y demanda en el horizonte diario y en tiempo real, como la capacidad necesaria para dicho equilibrio a medio y largo plazo.
En el caso de un consumidor que pudiera estar acogido a una modalidad de autoconsumo, cuando su red se encuentre conectada al sistema, este se beneficiará del respaldo que le proporciona el conjunto del sistema, aun cuando esté autoconsumiendo electricidad producida por su instalación de generación asociada, al contrario de lo que ocurriría si este consumidor se encontrara eléctricamente aislado del sistema eléctrico. Lo anterior justifica que los consumidores acogidos a modalidades de autoconsumo tengan que hacer frente, al igual que el resto de consumidores, a los costes del sistema eléctrico, incluyendo aquellos necesarios para financiar las tecnologías de respaldo. A estos efectos, se crea un precio denominado peaje de respaldo que deben satisfacer estos consumidores por la energía suministrada directamente por la instalación de generación asociada y que tiene por objeto cubrir esos costes».
Apuntes sobre el respaldo
El respaldo hoy ya está garantizado. Por eso no hay cortes de suministro cuando no sopla el viento y no brilla el sol (o cuando se desconecta la mitad del parque nuclear nacional simultáneamente). Y no hay problemas porque hay potencia más que suficiente de respaldo como para llenar ese hueco eólico, solar y/o nuclear simultáneo. Además, el respaldo hoy ya está pagado. Es más, está extraordinariamente sobrerretribuido. Y lo está a través de varios peajes que pagan los consumidores y que han sido denunciados por muchas voces del sector como excesivos: véanse los incentivos a la inversión, el servicio de disponibilidad o la interrumpibilidad.
Según algunos autores (los más garantistas de entre los garantistas), por cada megavatio renovable debe haber un megavatio de respaldo (la Agencia Internacional de la Energía, AIE, lo deja en un 1 a 5: uno de respaldo por cada cinco renovables, véase). El caso es que, en España hay ahora mismo 31.866 MW de potencia renovable instalados. Si desenchufásemos mañana los más de 7.500 MW nucleares con los que cuenta el parque eléctrico nacional y computásemos como respaldo solo los ciclos combinados que queman gas natural (más de 25.340 MW) y el carbón (11.248 MW), España ya tendría potencia más que de sobra (36.588 MW) para respaldar toda la potencia renovable (31.866 MW) y aún cabrían casi 5.000 MW renovables más.
Y ponemos el ejemplo del gas y el carbón por hacer rápido la cuenta. Pero es que hay que tener también... en cuenta... que gran parte de los 2.000 MW termosolares hoy instalados en la península son también considerados de respaldo, pues son gestionables, y, sobre todo, que el operador del sistema también considera gestionable la gran hidráulica (y en España hay 17.761 MW de potencia hidráulica instalada). Esas son las cuentas, si queremos jugar al garantismo -uno de respaldo por cada uno renovable- al que quieren jugar los defensores de la térmica (del gas y del carbón). Porque si apostamos por el uno a cinco de la AIE, el overbooking de respaldo es mayor aún. Dado lo dado, ¿a cuento de qué pedirle al autoconsumo dinero para respaldo?
Sobra respaldo y va a seguir sobrando en el corto y medio plazo: ¿o hay alguien que cree que, con la que está cayendo, se van a montar de aquí a tres o cuatro años 5.000 MW de autoconsumo? La propia patronal del sector fotovoltaico le proponía al gobierno hace apenas unos días un cupo al que atenerse. ¿Cuál? 100 MW para el primer año. A ese ritmo haría falta medio siglo para alcanzar esos 5.000 megas de autoconsumo, si queremos seguir con el ejemplo. Sí, sobra respaldo. Y también sobran retribuciones para las instalaciones que presuntamente están ahí para dar ese respaldo. Según la mayoría de los autores, menos de 10.000 MW de ciclos combinados serían más que suficientes como potencia de respaldo para el sistema eléctrico nacional todo.
A pesar de ello, el Ejecutivo Rajoy, en mitad de esta vorágine de recortes retroactivos y nuevos impuestos a la que está sometiendo al sector de las renovables, acaba de asegurarle a los ciclos combinados -lo hizo el viernes pasado- que seguirán cobrando, durante los próximos veinte años, su incentivo a la inversión, que es una de esas partidas que engorda el déficit de tarifa y que tiene por destino a las centrales de ciclo combinado que queman gas natural, instalaciones que van a cobrar a razón de 10.000 euros por megavatio instalado y año durante veinte años (más de 450 millones de euros en incentivos a la inversión en 2013, que se elevan hasta casi mil si les sumamos otros complementos -incentivos a la disponibilidad, por ejemplo- que perciben los señores del gas y compañía). Además, la última revisión de los peajes de acceso (de 15 de julio) promete otros 730 millones en concepto de interrumpibilidad (otra forma de respaldo).
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