Cuatro. Según Red Eléctrica de España, que es el operador del sistema eléctrico nacional, ahora mismo hay en nuestro país 17.098 megavatios de potencia hidráulica. Cinco: solo tres empresas (Iberdrola, Endesa y Naturgy) controlan el 96,2% de toda esa potencia. Iberdrola maneja el grifo de 9.715 megavatios (MW). Endesa, el de 4.793. Naturgy, 1.951 (en total,
16.459 megavatios hidro, o sea, el susodicho 96,2% de la potencia hidráulica nacional). Seis: el diputado ecologista Juantxo López de Uralde, del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos, presentó hace unas semanas en el Congreso una proposición de ley que planteaba la creación de una empresa pública de electricidad para que se encargase de “la gestión del dominio público hidráulico en lo que a la producción eléctrica se refiere, asumiendo las concesiones una vez se produzca su extinción” (la Ley de Aguas establece que las concesiones estatales a las empresas –para que estas usen de modo privativo el agua y produzcan con ella electricidad– expiran a los 75 años). Según la exposición de motivos que incluía esa proposición de ley, “uno de los papeles fundamentales de la energía hidroeléctrica en la transición energética es su capacidad para almacenar energía a largo plazo, combinada con su alta controlabilidad”.
Siete: la proposición de ley impulsada por Uralde en el Parlamento (pro creación de una empresa pública con la que gestionar las concesiones hidroeléctricas que fueran caducando) no ha pasado siquiera el primero de los filtros: su admisión a trámite. Porque el PSOE se ha alineado con la derecha parlamentaria toda y socialistas y oposición han votado al alimón que No: que no llegue la proposición a la tribuna del Congreso, que no haya debate sobre el particular en el pleno, que no haya preguntas ni respuestas en los medios, y que el texto de la propuesta, en fin, no vaya más allá del papel. En fin, que PSOE ha dicho No esa admisión a trámite, y que han dicho No así mismo las bancadas de Vox, Ciudadanos, Partido Popular, Unión del Pueblo Navarro (aliado tradicional del PP en la comunidad foral), Foro Asturias (su homólogo en el Principado), el Partido Nacionalista Vasco y el PDeCAT (la derecha nacionalista catalana). ¿Conclusión? El Pleno del Congreso no debatirá sobre esa proposición.
Ocho: según la Comisión Nacional de Energía (Informe Precios y Costes de la Generación de Electricidad), generar un megavatio hora en una central hidroeléctrica amortizada costaba en 2008 tres euros (3€). Parece lógico pensar que las hidroeléctricas amortizadas ese año lo están hoy 14 años más amortizadas.
Nueve: la hidráulica ha fijado el precio de nueve de las diez horas más caras del día más caro de la historia de la electricidad en España, el pasado 8 de marzo (9 de 10). Ese día, el precio alumbrado en el mercado mayorista fijó un techo nunca antes visto: precio medio diario 544,98 euros el megavatio hora (€/MWh). La gran hidráulica, esa que genera en muchas de sus instalaciones hiperamortizadas a razón de 3 € el mega, marcó el precio por ejemplo a las 21.00 horas de ese 8 de marzo: 654,91 €/MWh (o sea, que produces a 3 y vendes, porque fijas tú el precio, a casi 655). La hidráulica de bombeo fijó ese día un precio aún más alto a las 20.00 horas: 700 uros el mega. Sus costes son evidentemente otros, pero sus propietarios (los propietarios de los bombeos: Iberdrola, Endesa, Naturgy) y el modus operandi de estas instalaciones son los mismos: soltamos el agua (que podemos almacenar en nuestros embalses y pantanos) cuando estimamos que el precio de la luz va a ser más alto y así obtenemos más beneficios para nuestros accionistas.
Diez: los mismos actores, que están usando privativamente un bien público (el agua) sometido a concesión estatal, están desarrollando además nuevas instalaciones hidroeléctricas (de bombeo) con fondos públicos (¿serán estas instalaciones las que marquen el precio de la luz del mañana?). Iberdrola por ejemplo, propietaria de la mayor central de bombeo de Europa, La Muela II, en el río Júcar (en el término de Cortes de Pallás, Valencia), está desarrollando ahora mismo el megaproyecto (hidráulica y bombeo) del Tâmega, en Portugal. Lo está haciendo además gracias a un crédito de un banco público, el Banco Europeo de Inversiones, que ha inyectado en este megaproyecto... 650 millones de euros. El complejo del Tâmega incluye varias centrales hidroeléctricas (que suman 1.158 MW de potencia, más que la mayor de las centrales nucleares de la península ibérica) y la Central Hidroeléctrica de Bombeo de Gouvães, de 880 MW.
El Boletin Oficial da Provincia da Coruña publicaba hace solo unos días (el 24 de marzo) el proyecto de “Central Hidroeléctrica Reversible As Pontes” (a ejecutar en la icónica central térmica de Endesa, sita en As Pontes de García Rodríguez, Coruña): 250 MW de potencia en el ciclo de turbinado; 250 MW de potencia en el ciclo de bombeo. Presupuesto estimado: 221 millones de euros. No es el único bombeo en el que suena Endesa, también implicada en medida docena de proyectos en Asturias.
Y con Naturgy... más de lo mismo. La compañía de la mariposa, antes conocida como Gas Natural Fenosa, está implicada en proyectos por valor de varios centenares de megavatios. ¿Algún ejemplo? El de Salas-Conchas (380 MW y catorce gigavatios hora), o el bombeo de Belesar III (215 MW y nueve gigavatios hora).
Once: según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (de la que son miembros 38 países), las empresas estatales de energía de estas naciones (Enel Italia, EDF Francia, Statkraft Noruega, etcétera) representan el 62% de la potencia eléctrica instalada y poseen más de la mitad de las plantas proyectadas o en construcción. Ojo al dato: 62% de toda la potencia instalada. Pues bien, el mercado eléctrico de España es el segundo más privatizado de toda la OCDE, sólo por detrás del de... Portugal. “La creación de la empresa pública de energía –señalaba Unidas Podemos en su proposición de ley hace unos días– tratará de revertir esta situación, y, asimismo, supone alinearnos con los países de nuestro entorno en los que ya existe participación pública en empresas energéticas, como en Francia, Italia, Suiza, Austria, Holanda o Finlandia”.
Doce: podemos almacenar carbón, petróleo o gas natural y quemarlo a demanda para producir electricidad. Es decir, quemarlo cuando haga falta, cuando no sople el viento suficiente, o no brille lo bastante el Sol y haya mucha-mucha fábrica, mucha-mucha empresa y muchas familias pidiéndole a la vez energía eléctrica a la red. Para atender esa demanda podemos almacenar carbón, petróleo o gas... o agua, que es un bien público sujeto a concesión.
Además, también podemos optar en lo que se refiere al grifo. Podemos dejarlo en manos del Estado o podemos dejárselo a un actor del sector, a su consejo de administración y a su junta de accionistas.
Trece: en España hay actualmente 6.024 megavatios de bombeo. El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima ha fijado como Objetivo 2030 que haya 3.500 más. Según el partido ecologista Alianza Verde, cuyo coordinador es el diputado Juantxo López de Uralde (integrado en el Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos - En Comú Podem - Galicia en Común), ahora mismo habría proyectos de bombeo en España que cuadruplican ese objetivo, esos 3.500 megas.
Catorce: la red europea de operadores de los sistemas de electricidad (European Network of Transmission System Operators for Electricity) acaba de publicar el plan decenal de desarrollo de red (Ten-Year Network Development Plan), que recoge 26 proyectos de almacenamiento. Siete son españoles. Todos ellos, bombeos. Son estos:
(1) Mont-Negre, Zaragoza (3.300 MW; 75,1 gigavatios hora de capacidad de almacenamiento eléctrico; promueve Ingeniería Pontificia);
(2) Gironés-Raïmats, Tarragona (3.076 MW de potencia y 75,4 gigavatios hora de capacidad de almacenamiento; promueve Romero Polo);
(3) Navaleo, León (552 MW en modo generación, 548 en modo bombeo, promueve Grupo Lamelas Viloria);
(4) Mar de Aragón (318 MW en turbinación; 376 MW en bombeo; promueve Global Energy Services);
(5) Los Guajares, Granada (356 MW; capacidad de almacenamiento diario: 1,4 gigavatios hora; promueve Villar Mir);
(6) Cúa, León (235 MW; promueve Grupo Lamelas Viloria);
y (7) Velilla del Río Carrión, Palencia (143,81 megavatios en modo generación y 144,40 MW en modo bombeo; promueve Grupo Lamelas Viloria).
Quince: hay varias decenas más de proyectos en diversas fases. Destacaremos solo los más ambiciosos. Repsol está estudiando la central hidroeléctrica reversible de Aguayo II en Cantabria (1.000 MW de potencia; 6,6 gigavatios hora de capacidad de almacenamiento diario). Atalaya Generación promueve dos bombeos en Álava: Vitoria (1.356 MW; capacidad de almacenamiento de 14,65 gigavatios hora) y Subijana (1.040 MW y 11,25 GWh). Red Eléctrica de España desarrolla ya la hidroeléctrica reversible de Chira Soria en Gran Canaria (200 MW en turbinación, 220 en bombeo).
Dieciséis: el agua es de todos, pero el Estado puede concederle su uso privativo a una empresa –Repsol, por ejemplo- durante unos años.
Diecisiete: una empresa –Naturgy, por ejemplo– puede aguantar el agua en el pantano unas horas y soltarla, para producir electricidad, justo cuando estima que el precio de la luz va a estar más alto (así el margen de beneficio es mayor).
Dieciocho: en 2021, el año más caro en la historia de la electricidad en España, el agua marcó el precio de casi el 60% de las horas. En 2021, el año más caro de la historia, Iberdrola, Endesa y Naturgy, propietarias como se dijo de más del 95% de la potencia hidráulica, han obtenido un beneficio neto conjunto de más de 7.000 millones de euros, casi veinte millones de euros cada día.
Diecinueve: según sentencia de 28 de febrero de 2020 de la Audiencia Nacional, el límite de 75 años para la explotación de las centrales hidroeléctricas por parte de las compañías privadas titulares de sus concesiones supone “un plazo máximo improrrogable”, pero PSOE, PP, Vox, Ciudadanos, PDeCat, PNV, Unión del Pueblo Navarro y Foro Asturias prefieren no hablar de ello en el Congreso.
Y veinte: el agua se puede almacenar. Lluvia de ideas.
• Contenido incluido en la edición de abril de la revista de papel Energías Renovables (ER 210)