Las inversiones entre 2020 y julio de 2021 de i-DE (que así se llama la distribuidora de Iberdrola) han ido dirigidas a la renovación de las infraestructuras existentes. Según la compañía, "mediante la digitalización y automatización de la red, [esas inversiones] han facilitado la incorporación de energías renovables al sistema eléctrico y han posibilitado una respuesta ágil y eficaz a las necesidades energéticas en tiempos de pandemia, contribuyendo además al desarrollo de la cadena de valor y el empleo en Euskadi". Las inversiones en redes de distribución, ha apuntado Galán, sustentan una cadena de valor industrial con un 90% de suministradores locales, muchos de ellos pymes (pequeñas y medianas empresas), "en ámbitos como la fabricación de bienes de equipo, ingenierías, empresas de montaje, obra civil, logística, proveedores materias primas, etcétera". La compañía asegura que, "fruto de este esfuerzo inversor, la calidad del suministro a sus clientes en el País Vasco alcanzó el 99,9%, tal y como refleja el índice Tiepi, que se situó en 54 minutos en 2020" (Tiepi: tiempo de interrupción equivalente de la potencia instalada en media tensión).
Iberdrola explica en su comunicado que los altos niveles de automatización de sus redes se complementan con Sistemas de Control inteligentes y, en particular, con el Algoritmo de Reposición Automática (ARA), que detecta incidencias en la red y actúa de forma autónoma para aislar las incidencias en los primeros instantes en que se producen. Así, y según la compañía, "el ARA, sin necesidad de intervención humana, permite recuperar una media del 70% de la potencia y clientes afectados en menos de 3 minutos".
La empresa desarrolla además "un ambicioso plan de modernización de subestaciones, que incluye más de 70 en el País Vasco; un plan iniciado en 2018 con una inversión cercana a los 160 millones de euros".
Durante la reunión de ayer, el presidente de Iberdrola también ha detallado el plan de inversión en redes de Iberdrola en Euskadi para el trienio 2022-2024, que se eleva a más de 200 millones de euros, con los que la compañía estima generará hasta 2.500 empleos en el territorio.
Asimismo, ha insistido en la necesidad de incrementar estas inversiones, hasta los 300 millones de euros en el período, con el fin de alcanzar los objetivos de la hoja de ruta del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, "eliminando las barreras de inversión allí donde estas sean oportunas y donde las empresas distribuidoras tengan capacidad e intención de desarrollarlas".
En Euskadi, i-DE gestiona más de 18.400 kilómetros de líneas de baja y media tensión y más de 4.400 kilómetros de líneas de alta y muy alta tensión. Asimismo, cuenta con 11.248 centros de transformación digitalizados, 3.589 nuevos centros automatizados y elementos de maniobra remota y 1,3 millones de contadores inteligentes en servicio.
I+D+i
En Larraskitu, Iberdrola ultima su Global Smart Grids Innovation Hub (GSGIH), un centro de innovación abierto "que definirá las redes inteligentes del futuro". El centro -explican desde la empresa- nace con el objetivo de convertirse en referencia en materia de innovación aplicada a las redes "y actuará como plataforma tractora de I+D+i y del talento local e internacional, combinando la capacidad tecnológica de la compañía con la de socios estratégicos globales y un amplio ecosistema colaborativo de proveedores, universidades y startups a nivel mundial".
La compañía ha identificado y trabaja ya en más de 120 proyectos por valor de 110 millones de euros y ha alcanzado acuerdos con 30 socios tecnológicos para el desarrollo de soluciones de digitalización de la red, integración de las renovables, despliegue del vehículo eléctrico y sistemas de almacenamiento de energía.
La Diputación Foral de Bizkaia colabora en esta iniciativa que, además, está conectada con la estrategia Biscay Startup Bay, "ya que se convertirá también en un lugar de scaleup de las startups del sector energético que se instalen en la Torre Bizkaia".
Zorrotzaurre
Iberdrola también está involucrada en el proyecto liderado por el Ayuntamiento de Bilbao para hacer de la isla de Zorrotzaurre un distrito inteligente y cero emisiones. Con una inversión de 20 millones de euros, la compañía prevé desarrollar y gestionar las redes inteligentes del distrito y proporcionará soluciones inteligentes de movilidad eléctrica, autoconsumo, almacenamiento y climatización, así como herramientas de monitorización a clientes particulares e industriales.
En el proyecto, i-DE jugará un papel relevante con la transformación digital de la infraestructura eléctrica y actuará, además, como operador del sistema de distribución (DSO), figura que distribuye y gestiona la energía desde su generación hasta su consumo por los usuarios finales. "En este proceso -explican en Iberdrola-, la digitalización es clave y se requieren inversiones en automatización, contadores inteligentes, sistemas en tiempo real, big data y analítica de datos".
Resumen
En el encuentro, Sánchez Galán ha subrayado el compromiso de la compañía de seguir actuando como motor de la economía del País Vasco. Según Iberdrola, el impacto socio económico de su plan inversor 2020-2025 superará los 15.000 millones en el territorio, "una apuesta por seguir liderando la transición energética que impulsará también la cadena de valor, ya que cerca de la mitad del impacto de su actividad a 2025 serán compras a proveedores vascos".
Iberdrola estima que en 2020 su contribución socio económica a Euskadi se elevó a 2.300 millones de euros, con compras por valor de 1.000 millones de euros a proveedores vascos, a través de las que Iberdrola asegura sostiene 17.000 empleos en el territorio. Las inversiones, por su parte, fueron de 160 millones de euros.
Según reza el comunicado difundido ayer por la empresa, "la actividad económica de Iberdrola en Euskadi generó una contribución fiscal de 740 millones de euros en el pasado ejercicio", mientras que a dividendos, se destinaron 250 millones de euros, "distribuidos entre sus más de 65.000 accionistas en el País Vasco".
Los números de un gigante
Iberdrola, compañía multinacional que produce, distribuye y comercializa electricidad, declara una plantilla de más de 35.000 personas y unos activos superiores a 122.000 millones de euros. La compañía ha registrado en 2020 "un beneficio neto de 3.611 millones de euros", un 4,2% más que en 2019. Los principales accionistas de esta empresa son el fondo soberano de Catar (Qatar Investment Authority), el fondo estadounidense Black Rock Inc y el banco público noruego Norges Bank. La compañía asegura suministra energía a cerca de 100 millones de personas, principalmente en España, Reino Unido (ScottishPower), Estados Unidos (Avangrid), Brasil (Neoenergia) y México. Iberdrola presume de ser "el primer productor eólico y una de las mayores compañías eléctricas por capitalización bursátil del mundo". Este es su parque global de generación de electricidad a 31 de diciembre de 2020.
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[En la imagen, el presidente de Iberdrola, José Ignacio Sánchez Galán, reunido en Bilbao, ayer, con el equipo directivo de la compañía y la Comisión Ejecutiva Delegada en su tradicional primer encuentro tras el verano].