Alimentar con electricidad renovable los procesos industriales (sobre todo térmicos), procesos que ahora son alimentados con gas natural, es una de las claves de la supervivencia de la industria europea, según Eurelectric, que es la gran patronal del sector eléctrico de la Unión (patronal entre cuyos miembros se encuentra por ejemplo, aelec, la asociación española que reúne a las más grandes compañías eléctricas del mercado nacional: Endesa, Iberdrola y EDP).
Y la electrificación de la industria europea puede ser tabla de salvación -viene a apuntar Eurelectric- porque la electricidad renovable es autóctona (ni el viento ni el Sol dependen de proveedores que están más allá de las fronteras de la UE), y porque su precio, consecuentemente, puede ser menos volátil, en tanto en cuanto no se va a ver afectado por problemas de carácter geopolÍtico, como sí lo está sin embargo, y mucho, el precio del petróleo o el del gas. Esa vendría a ser la conclusión del último Power Barometer de Eurelectric, que acaba de ser publicado.
Son al menos tres las claves a tener en cuenta en este asunto. Uno: el sector eléctrico europeo continúa liderando la descarbonización, y si ayer la UE asentaba su producción de electricidad en el carbón y en el gas, hoy es cada vez mayor la producción renovable. Cada vez es más la electricidad generada en parques eólicos y fotovoltaicos en los estados miembros de la Unión, a la par que cada vez es menos la producida en centrales térmicas que queman carbón o gas para generar esa electricidad; esta misma semana Reino Unido, cuna de la industrialización (no sólo en Europa sino a escala mundial) cerraba su última central eléctrica de carbón.
El sector pues está haciendo los deberes, en tanto en cuanto descarbonizar la economía es uno de los compromisos adquiridos por la Unión Europea a través de su Pacto Verde y otros compromisos internacionales multilaterales. Así -apunta este Barómetro 2024-, tres cuartas partes de la electricidad generada en la UE este año provienen ya de fuentes limpias de energía: el Sol, el viento, el agua. Y, así, las emisiones de gases de efecto invernadero del sector eléctrico europeo han sido un 50% más bajas que en 2008, "marcando la mayor reducción jamás alcanzada por este sector", según el Barómetro Eurelectric.
Sobre la demanda
Dos. La demanda de electricidad ha caído entre 2022 y 2023 más de siete puntos (-7,5%), lo que se ha debido principalmente, según este último Power Barometer, al cierre de industrias y su reubicación en el extranjero durante la crisis energética. Esa caída, además, hay que contextualizarla -apuntan desde Eurelectric- en un marco más amplio: la tasa de electrificación de Europa ha estado estancada en un 23% durante los últimos diez años, cuando debería representar la mitad del consumo final de energía de la UE para 2040, o sea, que la mitad de la energía que demande la Unión en 2040 debe salir de la electricidad (ahora el 77% -la energía que mueve el transporte, la energía que alimenta las calefacciones y los procesos industriales- sale de los combustibles fósiles). Mientras tanto -advierte Eurelectric-, China ha incrementado su tasa de electrificación en 7 puntos porcentuales desde 2015.
La economía europea -concluye el Barómetro- no se está electrificando lo suficientemente rápido, lo que viene a traer aparejado que no se está descarbonizando a la misma velocidad que el sector eléctrico, que sí está haciendo sus deberes.
Y tres. Los mercados europeos de electricidad están registrando precios negativos sin precedentes, lo que podría desalentar -dice Eurelectric- futuras inversiones en energías limpias. ¿Por qué precios negativos? Porque a determinadas horas del día hay en las redes tanta electricidad fotovoltaica (todos los parques solares lógicamente producen a la vez) que la demanda no es suficiente como para beberse toda esa electricidad y, así caen los precios, hasta incluso cero o negativos, porque todos los productores fotovoltaicos quieren vender sus kilovatios hora.
¿Cuál es la consecuencia derivada? Pues que los inversores que miran el mercado solar lo que ven es mucha oferta y mucha menos demanda de la que les gustaría y, así, vuelven la mirada a otros nichos de negocio (¿el inmobiliario, por ejemplo?) donde haya más demanda y donde sean más rentables sus inversiones. Porque, si no hay demanda, ¿para qué voy a invertir en construir otro parque solar que va a tener que competir con otros mil parques solares todos los cuales producen a la vez y todos los cuales quieren vender sus kilovatios hora a la vez?
Hasta agosto de 2024 -concreta Eurelectric en su informe-, Europa experimentó 1.031 horas en las que los precios de la electricidad cayeron por debajo de cero en al menos una zona de subastas de la UE, principalmente durante los picos solares, con los productores de energía teniendo que pagar por suministrar electricidad a la red.
«La UE necesita una estrategia sólida de electrificación para descarbonizar la industria, al tiempo que aumenta la demanda eléctrica y la competitividad»
¿Conclusiones? Estaríamos en una especie de círculo vicioso o ante una especie de pescadilla que se muerde la cola. La industria ha tenido que cerrar o reubicarse en el extranjero porque no se ha electrificado a tiempo. La industria no se ha electrificado por ¿falta de visión, intereses espurios, error estratégico? Esa deslocalización, que ¿busca legislaciones ambientales más permisivas?, produce desempleo en territorio UE, y minora la demanda puertas adentro. Y, por fin, la menor demanda atrae menos inversión, pues los inversores están menos interesados en construir instalaciones que produzcan kilovatios hora que no saben si van a poder vender a un precio rentable. Así pues, la descarbonización que podrían impulsar otros se ralentiza por culpa de los que no quisieron descarbonizarse.
El Barómetro Eléctrico 2024 concreta varios datos: hoy en día dos tercios de la energía consumida por las industrias europeas es fósil, o al revés, solo un tercio de la energía consumida por la industria europea proviene de la electricidad. Más aún: apenas el 4% de los procesos de calor industrial de altas emisiones está electrificado.
En el sector residencial la situación no es mucho mejor. La electrificación ahí va más despacio de lo debido también. Las ventas de bombas de calor (que son soluciones de calefacción eléctrica que deben ir sustituyendo a las calefacciones de gas natural) han caído en 2023 hasta cinco puntos (-5%).
Y lo mismo está ocurriendo -lenta electrificación, más lenta de lo debido- con el otro gran consumidor de combustibles fósiles (o sea, con el otro gran emisor de gases de efecto invernadero), el transporte. Los vehículos eléctricos son cada día más (ya vamos en la UE por 9 millones de unidades, dato 2024), pero están lejos de alcanzar el objetivo de entre 30 y 44 millones de unidades para 2030.
Eurelectric señala en dirección a la industria
La pieza que falta entre ser ecológico y mantener la competitividad es la electrificación. Y los sectores industriales "tienen un enorme potencial para electrificarse aún más con las tecnologías disponibles", ha explicado hoy el secretario general de Eurelectric, Kristian Ruby, que ha venido a recordarle a la industria intensiva en energía (como el acero y/o el aluminio) que ya dispone de soluciones de descarbonización y/o electrificación, como las calderas eléctricas, los hornos de arco, las bombas de calor, los calentadores de inducción, las antorchas de plasma, etcétera, etcétera .
Un aumento en la demanda de electricidad -concluye el Barómetro de Eurelectric- sigue siendo crucial para resolver este problema. La patronal continental insta así a los responsables políticos a (1) implementar el Pacto Verde, (2) mantener un marco de inversión compatible con el mercado y (3) establecer una estrategia clara de electrificación para una industria europea competitiva y descarbonizada.
Eurelectric es la gran patronal europea del sector eléctrico.
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