Es uno de los muchos datos que recoge el último Barómetro Energético de la Asociación de Empresas con Gran consumo de Energía de España (AEGE), patronal que representa los intereses de compañías como Alcoa, ArcelorMittal, Linde o Air Liquide, consumidoras todas ellas electrointensivas, es decir, compañías para las cuales los precios de la energía eléctrica "llegan a representar hasta el 50% de sus costes de producción, y en algunos procesos, más". El mercado mayorista de electricidad español lleva tanto tiempo como dos años y medio (algo más) ofertando electricidad a un precio mucho más atractivo que sus homólogos alemán e italiano (los mercados mayoristas de esos otros países). El precio medio del megavatio hora de electricidad en el mercado diario de la España de 2024 está ahora mismo (cuando ya llevamos ocho meses de año) en los 49,9 euros (precio medio), mientras que en Alemania andan por los 71,0; y en Italia, por encima de los cien euros el megavatio hora (100,3 €/MWh). Es decir, que el megavatio hora de electricidad es cuarenta puntos más caro en el mercado diario mayorista alemán (+42,2%); y en Italia cuesta el doble (el megavatio hora) de lo que cuesta aquí (+101,0% con respecto al precio español).
La causa principal de esos precios atractivos que el mercado mayorista nacional lleva ya más de dos años y medio ofertando es la producción de energías renovables. A lo largo de los últimos años España no ha hecho otra cosa que añadir nueva potencia de generación limpia a su mix (eólica y fotovoltaica, fundamentalmente) y toda la nueva producción solar y eólica ha ido abaratando el precio de la electricidad hasta el punto de que si el megavatio hora eléctrico cotizaba en 2022 a más de 167 euros (ese fue el precio medio anual con el que cerró el curso), hoy lo hace a 49,9 (media de estos ocho primeros meses del año, según este último Barómetro Energético en España de AEGE). Otro de los motivos del abaratamiento es el descenso del peso del gas en el mix eléctrico nacional. En 2022, España produjo con gas alrededor del 30% de toda la la electricidad. En lo que llevamos de año el peso del gas natural en el mix ha caído muy mucho, hasta situarse en el entorno del 17% sobre el total. Ambos motivos -entre otros- han propiciado que el precio del megavatio hora en el mercado mayorista diario nacional español lleve más de treinta meses por debajo del precio alemán o del italiano.
Caso distinto es el francés
El mercado mayorista vecino ha tenido el megavatio hora más caro que el español también durante muchos meses, pero acaba de darle el sorpasso al español y ahora ese precio es menor en Francia (47,4 euros el megavatio hora es la media de estos ocho meses) que en España (49,9). Además -viene a quejarse la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía, AEGE-, en Francia, a sus competidoras, o sea, a las ArcelorMittal, Alcoa o Ercros de Francia, les sale la electricidad mucho más barata que a las Acerinox, Air Liquide o Gallardo Balboa de España. En concreto -denuncia AEGE-, la factura por el consumo de energía eléctrica para un electrointensivo en España es 2,8 veces el coste de la energía en Francia y 1,8 veces el coste en Alemania. En el caso francés el motivo es la denominada tarifa ARENH, tarifa regulada cuyo precio (42 €/MWh) está por debajo del precio del mercado libre (47,4).
La tarifa ARENH, Accès Régulé à l’Électricité Nucléaire Historique, o acceso regulado a la energía nuclear histórica, está vinculada a la electricidad generada en las 58 centrales nucleares de EDF, que fueron financiadas durante décadas por la ciudadanía del país; EDF es además hoy una empresa 100% estatal francesa. Es decir, que estaríamos hablando de una ayuda en última instancia de origen inequívocamente estatal, si bien convenientemente maquillada para encajar en el marco regulatorio comunitario.
El caso es que esa tarifa está beneficiando a las electrointensivas francesas, que compiten con las españolas por un mercado que, en sectores como la siderurgia o los gases industriales, está completamente globalizado.
Pero no es esa la única ayuda, ventaja o beneficio regulatorio que reciben las electrointensivas francesas. Además -apuntan desde AEGE-, reciben compensaciones por CO2 indirecto "sustancialmente superiores a las que recibe la industria nacional". Concretamente -precisa la Asociación en su Barómetro-, en Francia las electrointensivas acceden a compensaciones diez euros por megavatio hora más generosas que en España (el caso alemán es más sangrante aún: allí las compensaciones que perciben las electrointensivas son 33 euros más generosas que las que perciben las electrointensivas españolas, 33 euros... por cada megavatio hora).
(La Unión Europea permite a cada Estado miembro compensar los costes indirectos de las industrias de determinados sectores o subsectores a los que se considera expuestos a un riesgo significativo de "fuga de carbono", debido a los costes relacionados con las emisiones de gases de efecto invernadero repercutidos en los precios de la electricidad. El precio de la electricidad en Europa lleva repercutido el coste del CO2 (sería algo así como el "pagar por contaminar"), pero eso no sucede en países de otras latitudes, a los que podrían huir las electrointensivas, que gastan mucho en energía y podrían encontrar allí precios de la electricidad más asequibles porque allí no se paga por contaminar. Se contamina y punto. De ahí que en Europa haya compensaciones, para que las electrointensivas no se deslocalicen). El Ministerio de Industria, Comercio y Turismo concedió 229 millones de euros en subvenciones relativas al mecanismo de compensación de costes de emisiones indirectas de gases de efecto invernadero correspondientes a 2023. Y las subvenciones en Francia y Alemania son más o mucho más generosas, según AEGE).
Pero es que, además, los consumidores electrointensivos en España hacen frente a unos costes por los servicios de ajuste del sistema que no son considerados en Francia y Alemania, lo que, según AEGE, amplía la "brecha competitiva" en más de nueve euros por megavatio hora (9 €/MWh).
Los servicios de ajuste consisten grosso modo en mantener el equilibrio generación-demanda de electricidad en el sistema eléctrico. Esos servicios tienen un coste y ese coste en España, aparte de otros actores, también lo sufragan las electrointensivas, que sin embargo en Francia y Alemania están exentas.
Así las cosas, la factura por el consumo de energía eléctrica para una electrointensiva en España es, según este último Barómetro de AEGE, y como se dijo: 2,8 veces el coste de la energía en Francia y 1,8 veces el coste en Alemania, o lo que es lo mismo, la electricidad que pagan las electrointensivas aquí es un 180% más cara que en Francia, y un 81% más cara que en Alemania (tal y como refleja la primera tabla).
El precio barato de la electricidad española, fruto de la gran generación renovable registrada en nuestro sistema a lo largo de todos estos últimos meses, esa ventaja competitiva (electricidad barata y limpia), queda neutralizada así por la energía nuclear estatalizada francesa (que además genera residuos) o las fuertes compensaciones al CO2 que el Gobierno alemán ha aprobado para sus electrointensivas.
Hay soluciones
La política francesa de venta de electricidad nuclear por debajo del precio de mercado sería una de ellas, pero ese precio de presente tiene costes (la gestión de los residuos) a futuro más que considerables. Otra manera de escapar del mercado diario mayorista sería contratar el suministro de electricidad a largo plazo: a dos años, a cinco, a diez, a quince. El gigante siderúrgico alemán Salzgitter acaba de anunciar por ejemplo que ha contratado 900 gigavatios hora de electricidad verde a quince años vista. La electricidad procederá de un parque solar del estado de Sajonia-Anhalt. Salzgitter firmó el año pasado un contrato también a 15 años vista (por valor de 6.500 GWh) vinculado en ese caso a un parque eólico marino.
Qué es el Barómetro
El Barómetro Energético de AEGE detalla la evolución del "precio final" de la factura eléctrica pagada por los consumidores industriales en distintos países europeos, desglosando los principales conceptos que la forman y su evolución.
El Barómetro Energético incluye información de la evolución de los precios de los principales actores del sector energético, como el precio del barril de Brent, del carbón API#2, del mercado de gas natural de referencia en Europa (TTF) o de los derechos de emisión de CO2, "todos ellos -apuntan desde AEGE- componentes que influyen en mayor o menor medida en el precio final del mercado eléctrico".
AEGE define la industria electrointensiva como "la industria de los productos básicos, sometida a una fuerte competencia internacional", y para la cual los precios de la energía eléctrica son "un asunto vital, puesto que llegan a representar hasta el 50% de sus costes de producción, y en algunos procesos lo supera".
De la factura
La factura eléctrica de los clientes industriales está formada por los costes de adquisición de la energía, que incluye la energía en el mercado mayorista y costes añadidos al precio del mercado, así como por los peajes de acceso a las redes eléctricas, cargos e impuestos. Adicionalmente, el consumidor electrointensivo europeo obtiene distintas compensaciones por su contribución al sistema eléctrico (prestación de servicios de gestión de la demanda) y por la compensación de las emisiones indirectas de CO2.
Credenciales de AEGE
AEGE integra 30 compañías industriales: Acerinox, Air Liquide, Alcoa, ArcelorMittal, Asturiana de Zinc, Atlantic Copper, Bondalti, Carburo del Cinca, Celsa, Deretil, Ercros, Graftech Ibérica, Ferroglobe Spain Metals, Grupo Gallardo Balboa, ICL Iberia, Inovyn, Linde Gas, Megasa, Messer Ibérica, Nippon Gases, Química del Cinca, Reinosa Forgings & Castings, Carburos Metálicos, Resonac Graphite, Sidenor, Siderúrgica Sevillana, Tubos Reunidos, Verallia, Vidrala y Xeal. Estas empresas suman más de 60.000 empleos, directos e indirectos, estables y de calidad, y cuentan con 89 plantas productivas en las que se consume el 7% de la demanda eléctrica peninsular.
Artículos relacionados
• La industria electrointensiva reclama medidas para disponer de un precio eléctrico competitivo
• El precio de la luz en España lleva ya dos años y medio por debajo del francés
• Las electrointensivas españolas, obligadas a competir con francesas "dopadas" con energía nuclear
• El cambio del estatuto electrointensivo propiciará un ahorro de la luz del 6%