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Pedro Fresco, Director general de la Asociación Valenciana de Empresas del Sector de la Energía (Avaesen)

2025: El año de la Serpiente, de las baterías y del despertar climático

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2024 va a acabar de una manera que nadie hubiese deseado. Una gran DANA, con casi toda probabilidad incrementada en su probabilidad y virulencia por un calentamiento intenso del Mediterráneo durante este año, ha producido la mayor catástrofe natural en décadas en Valencia, con una cifra insoportable de muertos y un nivel de destrucción como no se recuerda.
2025: El año de la Serpiente, de las baterías y del despertar climático

Llevo lustros leyendo estudios científicos e informes del IPCC sobre el aumento de los fenómenos climáticos extremos a causa del calentamiento global. Como valenciano, que además ha tenido responsabilidades en la Administración en el ámbito de las políticas de mitigación, he sido consciente y explicado que el Mediterráneo era la zona cero del cambio climático en Europa. Como divulgador energético, siempre he dicho que no podíamos perder un minuto en la mitigación. De repente, todo sublimó el día 29 de octubre pasado. Ha fallado lo concreto y lo estratégico, pero déjenme que me concentre en lo estratégico: Perspectiva climática. Con todo, ante todo y sobre casi todo.

Siempre he dicho, y lo repetiré hasta la saciedad, que el sector de las energías renovables y las tecnologías limpias no puede ser considerado un sector más de la economía, sino un sector estratégico al que deben aplicar normas de preferencia y prioridad. No se puede comparar la promoción de un centro comercial, un parque de atracciones o un campo de golf con una planta solar o eólica. Es frívolo y profundamente equivocado. No se puede comparar la fabricación de vehículos eléctricos con fabricar muebles, instalar bombas de calor con antenas parabólicas o construir carriles bici o soluciones basadas en la naturaleza con embellecer una avenida. Sin desmerecer la importancia de todas las cosas, aquí hay desarrollos que deben ser prioritarios y que deben tener reglas ad hoc para agilizar al máximo su despliegue, porque van en interés de la humanidad y es la obligación moral de todos los que vivimos en esta época. Que a nadie se le ocurra ni remotamente intentar igualar a la empresa que gana dinero desarrollando renovables con la que gana dinero extrayendo combustibles fósiles, eso es de una miopía y de un relativismo moral inaceptables.

El haber sufrido una catástrofe climática como esta debería suponer un revulsivo para la sociedad, pero la realidad nos indica que no hay ninguna garantía de que vaya a ser así. Las excusas, la difusión del negacionismo climático intentando desvincular los hechos de la ciencia y la cómoda tendencia a no hacer nada juegan en nuestra contra. Hay quien preferirá ver arder el mundo antes de cambiar su negocio y también hay quienes dejarán que el mundo arda antes de aceptar ninguna solución que no sea la que sus prejuicios les dice. Contra eso debemos de luchar. Esto no debe ser un episodio más de nuestra historia, debe ser un antes y un después para integrar en nuestra sociedad dos mensajes que, en el fondo, parten de la misma raíz: que la perspectiva climática debe impregnarlo todo, con foco evidente en la adaptación, y que hay que hacer “todo, todo a la vez y en todas partes” y, además, a toda velocidad, en el campo de la mitigación.

El año 2025 es el año chino de la serpiente de madera. Para el sector de las energías renovables iba a ser otro año: el año de las baterías, el año en el que el almacenamiento energético, por costes, por desarrollo regulatorio y por momento histórico, iba a comenzar a crecer exponencialmente para permitirnos integrar mucha más energía renovable en nuestros sistemas eléctricos. Iba a serlo y lo será.

La bandera del clima
Pero también debe ser el año del despertar climático, y el año en el que los sectores de las energías y las tecnologías limpias deben alzar la bandera climática de forma más intensa si cabe. Quienes trabajamos en estos sectores sentimos un orgullo especial por estar trabajando en algo que el mundo necesita, en actividades que no solo son un negocio, sino que forman parte de una visión de cómo debe ser el futuro. Hay sectores sociales que no lo entienden y que lo ven todo desde el prisma de la desconfianza y la suspicacia, pero esta es la realidad que sentimos. Y cuando ponemos en marcha un parque eólico, un sistema de autoconsumo o una flota de vehículos eléctricos no pensamos cuánto dinero ha ganado nuestra empresa, sino que hemos contribuido con un granito de arena al mundo descarbonizado que necesitamos.

Esto, la percepción de Misión, el orgullo de nuestra Visión, eso es lo que debemos integrar todavía más en la perspectiva y comunicación de nuestras organizaciones. Y ser coherentes. Ser la avanzadilla de un nuevo mundo implica coherencia, impregnarnos nosotros también de perspectiva climática. No es cuestión de ser ascetas climáticos, pero sí de que todas nuestras líneas de negocio y desarrollo caminen en la misma dirección. Hace unos meses la periodista Maite Mercado me enseñó que era importante que las noticias sobre energías renovables en los medios tuviesen el “tag” de “cambio climático”. Nunca lo había pensado, pero cuando el lector ve esa etiqueta automáticamente percibe las cosas de manera distinta, con mucha más perspectiva de por qué está pasando lo que allí se cuenta. Pongámonos esa etiqueta también en nuestras cabezas.

Formamos parte de un mundo nuevo, remarquémoslo en toda nuestra comunicación y nuestros planes. Estamos aquí para que lo que ha pasado en Valencia no se vuelva imperdonablemente habitual. No lo olvidemos nunca. n 2024 va a acabar de una manera que nadie hubiese deseado. Una gran DANA, con casi toda probabilidad incrementada en su probabilidad y virulencia por un calentamiento intenso del Mediterráneo durante este año, ha producido la mayor catástrofe natural en décadas en Valencia, con una cifra insoportable de muertos y un nivel de destrucción como no se recuerda.

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Este artículo de opinión está incluido en el Anuario 2024 de Energías Renovables en papel, que puedes descargar gratis en formato PDF aquí

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