Los seis partidos con más diputados del arco parlamentario nacional han estado representados en la mesa (virtual) que ha organizado hoy UNEF en el marco de su Foro Solar 2020. El Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos En Comú Podem Galicia en Común ha hablado por boca del diputado ecologista Juan Antonio López de Uralde, que es actualmente presidente de la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Parlamento. Le han acompañado en torno a esa mesa virtual los portavoces (en esa comisión parlamentaria) del PSOE (Germán Renau Martínez); Vox (Mireia Borrás Pabón); Esquerra Republicana de Catalunya (Joan Capdevila i Esteve); y Ciudadanos (María del Carmen Martínez Granados); y el portavoz de Cambio Climático del Partido Popular, Diego Gago Bugarín.
Todos han coincidido en señalar que los objetivos de la futura Ley de Cambio Climático deben alinearse con los del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, que es más ambicioso que el borrador de la ley. ¿Por ejemplo? Pues por ejemplo en materia de reducción de emisiones: mientras que el borrador de la Ley propone reducir las emisiones 2030 en un 20% con respecto a lo que España emitía en 1990, el Plan Nacional, que además acaba de recibir el visto bueno de Bruselas, pide un -23%. Los Grupos parlamentarios socialista y de Unidas Podemos, redactores del proyecto, también están de acuerdo con el alineamiento propuesto y de hecho ya han presentado autoenmiendas en ese sentido: el del alineamiento y/o incremento de la ambición climática.
Conclusión: todos han coincidido en ese extremo (la coherencia entre los dos textos, ergo el incremento de la ambición climática) y han coincidido todos también en señalar que la futura Ley de Cambio Climático, cuyo recorrido legislativo emprende ahora su recta final, debe sostenerse sobre un amplio consenso. Capdevila (ERC) ha sido especialmente contundente en esa apuesta, porque “enfrentamos -ha dicho- la ley más importante de las próximas décadas” (el Plan mira al año 2030, pero la Ley persigue un objetivo más a largo plazo; a saber: que España sea neutra en emisiones de dióxido de carbono en 2050).
Más allá en todo caso de las declaraciones de intenciones -de acuerdo todos en que es necesario el consenso, habida cuenta de la trascendencia de la norma-, las diferencias entre unas y otras fuerzas políticas son importantes. Vox por ejemplo apuesta por subastas tecnológicamente neutrales: “no estamos de acuerdo con los principios generales que incluye este borrador de Ley -ha dicho Borrás-. No estamos de acuerdo en el cómo llegar a los objetivos. Estamos a favor de las energías renovables, que nos ayudan en el camino a la soberanía energética y nos ayudan a rebajar el coste de la energía, pero el cómo se plantea llegar a esos objetivos, diciendo qué parte del pastel le corresponde a cada tecnología, no nos parece bien. Porque distorsiona el mercado”. Son el mercado y las empresas -ha señalado Borrás Pabón- las que deben ir recorriendo esa ruta.
[Bajo estas líneas, a la derecha, el objetivo que propone el Gobierno en su Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, documento, al que acaba de dar su visto bueno Bruselas, en el que señala cuánta potencia objetivo debe sumar de aquí a 2030 cada tecnología al parque de generación de electricidad nacional].
En las antípodas, Uralde, de Unidas Podemos
“Nuestra hoja de ruta sobre cómo debe ser el modelo energético -ha dicho el diputado ecologista- está clara en la Ley, y también en todas las normas que vamos aprobando. Hay una discusión que me parece en todo caso bastante tóxica: la discusión sobre lo que se llama neutralidad tecnológica” (convocar subastas en las que el ganador sea el que oferte el precio más bajo del kilovatio hora, independientemente de cualquier otro aspecto). Según Uralde, cada tecnología de generación de energía renovable tiene sus ventajas e inconvenientes (unas son gestionables y otras no, por ejemplo), y cada país debe decidir por qué apostar en función de sus particularidades: “en España tenemos mucho sol y por tanto es evidente que tenemos que apostar por esas tecnologías, las solares; y en esa hoja de ruta, sí, tenemos que alcanzar el máximo consenso”.
La ley ha recibido 758 enmiendas, y unas cuantas autoenmiendas, ha dicho el portavoz del Grupo Parlamentario Popular, Gago Bugarín: “eso significa que los propios partidos que tienen estrechos lazos con el gobierno saben que debe reformarse”.
Entre las enmiendas propuestas por su partido, varias han llamado la atención, habida cuenta del currículo PP en materia de política energética (recuérdese el impuesto al Sol). El Grupo Parlamentario Popular propone ahora, entre otras cosas, regular la venta de energía de los autoconsumidores a precio de mercado. “Creemos en el desarrollo de la generación distribuida. Hay que generar un desarrollo normativa que vaya en ese sentido”. Además, el PP aboga ahora por eliminar el impuesto del 7%, tasa ideada y aprobada por el primer Gobierno Rajoy (2011-2015). Gago Bugarín también ha insistido en que la futura Ley debe clarificar la planificación y el calendario de subastas de energías renovables. “Nos consta -ha dicho- que el Ministerio está trabajando en una nueva subasta, pero ya han pasado -ha recordado- dos años y medio desde la última”.
Capdevila, de Esquerra, ha reconocido abiertamente que “hay mucha ambición en esta ley, y lo celebramos, y celebramos el detectar un cierto consenso de fondo entre formaciones diametralmente opuestas, lo que nos hace ser a priori optimistas”. Varias cosas sin embargo echa de menos el diputado de ERC en el borrador. Para empezar, “más que de cambio climático había que haberla llamado de emergencia climática”, habida cuenta de la urgencia a la que nos enfrentamos. En lo que más directamente se refiere a lo solar, “las enmiendas de ERC -ha añadido- se pueden reducir quizá en un lema: estamos a favor de una legislación que promueva el kilovatio hora de kilómetro cero. Porque es el más barato, el más limpio y es el que debe constituirse en el punto de inflexión de un nuevo modelo eléctrico, porque el actual -ha dicho- está excesivamente regulado en el sentido de una centralidad conceptual y alrededor de un oligopolio que ha resultado ser absolutamente ineficiente”.
Ciudadanos ha presentado 55 enmiendas al texto
La portavoz de Cs hoy, María del Carmen Martínez Granados, ha sostenido su intervención sobre tres pilares. (1) La ley es necesaria y urgente, sí -ha dicho-, los objetivos tienen que ser ambiciosos en materia de reducción de gases de efecto invernadero -ha añadido-, “pero también hay que respetar a todos los actores que se van a ver afectados”. En ese sentido ha sido muy explícita: “si yo fuera ministra del ramo lo primero que haría es llamar al Ministerio de Industria”. La diputada de Ciudadanos ha apuntado además que “esta ley ahora tiene un contexto social y económico muy diferente a cuando se planteó”. (2) Martínez Granados también ha hablado de “la competitividad entre todas las tecnologías, que va a ser clave para la reducción del precio de la energía”, en alusión quizá a la neutralidad tecnológica (concepto que no ha mencionado directamente pero que quizá se trasluce). Y (3) Simplificación en las normativas autonómicas para facilitar el necesario despliegue de nueva potencia renovable, algo en lo que todos coinciden.
Renau Martínez, representante de otro de los partidos redactores del borrador, el PSOE, ha reconocido también la necesidad del mayor consenso posible, y ha defendido la política energética gubernamental en estos términos: “hay que profundizar en la penetración de las energías renovables, en la mejora de la eficiencia energética, mejorando la red de transporte y distribución, con digitalización; hay que potenciar la generación distribuida y también ahondar en la ruta del hidrógeno verde. Estoy convencido -ha dicho Renau- del potencial que tiene nuestro país. España es una superpotencia fotovoltaica, y sería líder absoluta de no haber habido un impasse durante unos años. Ahora tenemos una oportunidad de oro de liderar esta próxima revolución tecnológica y de volver a situarnos en la vanguardia, y la solar fotovoltaica tiene ahí un papel principal”.
Un par de perlas (o tres) para acabar
A la pregunta, formulada por el moderador de la mesa, de ¿cuáles serían sus prioridades si fuese usted ministra de Energía?, la portavoz de Vox ha contestado sin dudas: “alargaría la vida útil de las centrales nucleares, que son las que dan seguridad de suministro al sistema cuando tenemos una penetración muy alta de renovables. Es indispensable que haya una garantía de suministro y las nucleares son perfectas para ello”.
Y la otra: “cuando en 2007 en Greenpeace lanzamos el informe España 100% Renovables… prácticamente se reían de nosotros en la cara; hoy, sin embargo, es una agenda política” (lo ha dicho López de Uralde, que fue durante muchos años director ejecutivo en esa organización ecologista).
El hoy diputado de Unidas Podemos, ha reconocido en otro momento de la mesa que “creo que donde hay que acometer grandes transformaciones, aunque eso no corresponda directamente a lo que hoy conocemos como el Ministerio para la Transición Ecológica, es en materia de transporte, de movilidad, de agricultura… Creo que es ahí donde van quedando las grandes asignaturas pendientes del cambio climático en nuestro país, en esas materias, en el tema de la rehabilitación energética de viviendas…”.
Sobre las subastas y el modelo tecnológicamente neutral
• Ministro, esto es lo que dicen los que saben de subastas... sobre las subastas (junio de 2017)
• Entrevista a Luis Crespo, Asociación Española para la Promoción de la Industria Termosolar (Protermosolar). "Ir al mínimo precio de la generación es algo que no tiene ningún sentido para satisfacer la demanda a cualquier hora del día" (agosto de 2018)
• Entrevista a Joan Groizard, director de Energías Renovables del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE). “La trampa de las subastas tecnológicamente neutrales es que al final nunca son tecnológicamente neutrales” (enero de 2019)
