Resultado alentador (que eleva en 4.000 megavatios el guarismo registrado en 2021) y que denota resiliencia, habida cuenta de la crisis geopolítica por la que atraviesa el Viejo Continente, al que además ha regresado la guerra tras muchos años de paz. Son las dos claves de comprensión que destaca WindEurope en su análisis de este primer balance preliminar de 2022, un análisis en el que no falta el tirón de orejas a las administraciones europeas, que actualmente mantienen varados hasta 80.000 megavatios eólicos, según las estimaciones de WindEurope, en procedimientos de autorización que están demorando demasiado el despliegue de nueva potencia renovable. Demasiado para alcanzar la velocidad de crucero que es necesaria para que la UE cumpla con sus compromisos energéticos-climáticos.
"Los 15 gigavatios instalados -señalan desde WindEurope- constituyen una importante contribución al fortalecimiento de la seguridad energética en Europa de cara a este invierno, pero Europa -recalca la asociación- debe continuar simplificando los procedimientos de autorización de nuevas instalaciones e invirtiendo intensivamente en sus cadenas de suministro eólico para materializar sus objetivos energéticos y climáticos".
Según el balance preliminar 2022 de WindEurope, Alemania, Suecia y Finlandia están liderando el despliegue de potencia eólica en el continente, seguidas de España y Francia.
El 90% de la nueva potencia ha sido instalada en tierra firme, por solo un 10% mar adentro.
Casi todos los parques eólicos terrestres han sido instalados en nuevos emplazamientos: "no ha habido mucha repotenciación de parques eólicos", apuntan desde WindEurope.
La repotenciación por cierto -matiza la asociación- implica que, por término medio, se está triplicando la potencia de los parques con cuatro veces menos máquinas.
WindEurope destaca que actualmente los parques eólicos nuevos generan más electricidad por megavatio instalado: "los nuevos parques eólicos terrestres tienen factores de capacidad de más del 35%, mientras que los nuevos parques eólicos marinos presentan un factor de capacidad del 50%".
Las turbinas terrestres modernas producen, según los datos facilitados por la asociación, una media de tres teravatios hora (3 TWh) por cada gigavatio instalado. Las turbinas marinas, una media de 4,4 TWh.
Las ventanillas son pocas y los pasillos de la administración, demasiado largos
El sector se queja de que los procedimientos administrativos conducentes a la concesión de las autorizaciones necesarias para sacar adelante un parque eólico son demasiado alambicados e insiste en que están ralentizando una transición energética que es cada vez más urgente por mor del cambio climático y ahora también por cuestión de seguridad de suministro (habida cuenta del marco de guerra energética en la que está sumida toda Europa, gran parte de la cual sigue siendo muy dependiente del carbón, petróleo y gas rusos).
WindEurope estima, como se dijo, que aproximadamente ochenta gigavatios de potencia eólica (80 GW) se encuentran ahora mismo atascados en la administración en toda Europa y pide que se desbloquee esa situación a la mayor brevedad posible. La asociación reconoce que las medidas incluidas en la comunicación REPowerEU pueden ayudar y reconoce así mismo que algunos gobiernos ya están dando pasos a escala nacional en la dirección correcta.
Giles Dickson, director ejecutivo de WindEurope: "el que hayamos sido capaces de instalar 15 gigavatios en 2022 no está demasiado mal, habida cuenta de los retos a los que ha tenido que enfrentase el sector eólico este año en Europa. Pero eso no es suficiente si queremos cumplir con los objetivos energéticos con los que se ha comprometido la Unión Europea. Los gobiernos saben que esos objetivos solo serán alcanzables si ellos mismos simplifican los procedimientos administrativos, algo de lo que ya empieza a haber algunas señales. Menos alentador es sin embargo lo que está sucediendo con la inversión en nuevos parques. La confusión acerca de las reglas del mercado eléctrico están ahuyentando a los inversores. La UE debe convertir Europa en un territorio atractivo para las inversiones renovables otra vez"
Según WindEurope, una combinación de inflación e intervenciones gubernamentales no afortunadas en los mercados eléctricos está socavando la confianza de los inversores. En los once primeros meses del año 2022 las nuevas inversiones en parques eólicos -concreta la asociación- han cubierto únicamente 12 gigavatios de nueva capacidad, cantidad menor a la registrada en 2022 (cuando han sido instalados 15 GW, como se dijo) y menor así mismo a la que sería necesaria para que la UE cumpla con sus objetivos climático-energéticos.
La asociación solicita así a la Unión que la reforma de los mercados eléctricos que se avecina dé a los inversores una mayor claridad sobre las reglas a las que habrán de atenerse. WindEurope vuelve a insistir en todo caso en que la libertad que Bruselas le ha dado a los gobiernos nacionales en el último año para que establezcan las normas a escala nacional que estimen convenientes en cada caso está ahuyentando a los inversores, que "están invirtiendo -advierte ya WindEurope- en los Estados Unidos, Australia y otros territorios. La UE ahora mismo no es atractiva -señala la asociación muy explícita en su comunicado- para los principales inversores en renovables".
WindEurope califica la situación de "frustrante", porque resulta que en Europa "nunca ha sido tan elevada" como ahora la demanda de energía eólica por parte de los consumidores industriales, que quieren descarbonizar sus operaciones. "El número de contratos bilaterales de compraventa de electricidad eólica corporativos se ha mantenido a un nivel bastante bueno en 2022, pero podría haber sido mucho más elevado si hubiera habido más inversión en nuevos parques eólicos", asegura la asociación. Y eso no ha sucedido (el sector no ha acabado de eclosionar en toda su grandeza) por el atasco administrativo y las señales gubernamentales no afortunadas, según WindEurope.
Cadena de suministro
En este balance-análisis 2022 preliminar, WindEurope no ha olvidado tampoco aludir a los retos que ha debido afrontar la cadena de suministro eólica europea. La asociación destaca varios desafíos. En primer lugar, la inflación, que ha golpeado con dureza a fabricantes y proveedores, que se enfrentan ahora a una serie de problemas que se solapan: inflación en insumos clave; flujos comerciales disfuncionales; cuellos de botella en las cadenas de suministro de algunos materiales y componentes; y subastas deficientemente diseñadas en algunos países.
Por todo ello, WindEurope considera que Europa debe invertir en su base industrial si quiere ejecutar con éxito una transición energética renovable y digital que conduzca a la materialización de sus compromisos energéticos-climáticos. La asociación de la industria eólica europea mira también en otras direcciones. Por ejemplo, sugiere emular aquellas políticas o medidas que están teniendo éxito (en lo que se refier a impulsar la transición verde) en otras partes del mundo, como la Ley de Reducción de la Inflación estadounidense. "La UE, los gobiernos nacionales y el Banco Europeo de Inversiones tienen un papel que desempeñar en materia de apoyo a la inversión en nuevos activos de generación y en la renovación de los fabricantes".
Giles Dickson, director ejecutivo de WindEurope: "el crecimiento de un 33% en nuevas instalaciones muestra que la industria eólica europea está dispuesta a afrontar el reto. pero la actual presión en costes está dejando a nuestras compañías con escaso margen para abordar las cada vez más urgentes y necesarias inversiones. Si la Unión Europea quiere apostar seriamente por materializar sus objetivos energéticos y climáticos, debería facilitar esas inversiones en nuestra cadena de suministro: en las fábricas, en la mano de obra especializada, en las redes, en las materias primas y en los navíos para eólica marina"
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