El proyecto fue anunciado hace dos años e iba a ser levantado en la terminal marítima de Portsmouth, en Virginia, estando muy vinculado al pedido del fabricante para el suministro de los aerogeneradores del macroproyecto Coastal Virginia de Dominion Energy, de 2,64 gigavatios (GW) de potencia. La fábrica de palas era el primer paso para convertir la terminal marítima de Portsmouth en un polo industrial de energía eólica marina. Además, Siemens Gamesa se había planteado analizar opciones para ampliar la fábrica en un futuro si conseguía nuevos proyectos en Virginia.
El sector de la eólica marina está sufriendo un fuerte impacto por el aumento de los costes, la inflación y los retrasos con los proveedores, factores todos que, combinados, están poniendo contra las cuerdas varios proyectos en Estados Unidos. La danesa Ørsted por ejemplo ha anunciado recientemente el cese del desarrollo de dos proyectos de eólica marina, los de Ocean Wind 1 y 2, en aguas de Nueva Jersey.
También Avangrid, la filial de Iberdrola, rescindió el acuerdo de compra de energía (PPA, por sus siglas en inglés) para su proyecto de eólica marina Park City Wind, al considerar que las condiciones pactadas no garantizaban su viabilidad económica.
Anteriormente, Iberdrola también había rescindido el contrato de compraventa de energía vinculado a su proyecto de eólica marina Commonwealth Wind, de 1.200 (MW) por las mismas razones de una difícil viabilidad económica en las condiciones, y procedió al pago de 48 millones de dólares (unos 44 millones de euros) por la ruptura del acuerdo.
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