Apenas 42 megavatios de potencia eólica marina conectada a día de hoy (Block Island, 30 MW, y Coastal Virginia Offshore Wind Pilot Project, 12 MW) y más de 50.000 en desarrollo, 16.564 de ellos, en fase "avanzada". Son los números clave de Offshore Wind Market Report, el informe que acaba de publicar la asociación americana de la electricidad limpia (The American Clean Power Association). El documento analiza el impacto que todos esos proyectos están teniendo en la industria del país. Buen ejemplo de ello es la actividad en los astilleros, embarcados ya en la fabricación de navíos especiales para el despliegue de toda esa potencia eólica. Según la American Clean Power Association, ahora mismo hay más de treinta órdenes de fabricación de este tipo de naves en los puertos estadounidenses. El informe también destaca los hasta 14 proyectos de fábricas de componentes que han anunciado los principales actores del sector ("announced or under construction", anunciados o en fase de construcción). Según la asociación estadounidense, las inversiones anunciadas para poner en marcha esas fábricas de grandes componentes para los parques marinos ("major offshore wind components") superan los 1.700 millones de dólares. Más aún -adelantan desde la patronal-, las tres convocatorias estatales pendientes hacen prever que la inversión va a seguir creciendo.
Gana la costa este
El estado de Nueva York lidera la carrera de la eólica marina made in USA, con 4.362 megavatios de potencia en la cartera (132 megavatios en construcción, parque South Fork). Viene a continuación Nueva Jersey, con 3.758 megas (todos ellos en fase avanzada de desarrollo: "all of which is in advanced development"). Massachusetts es el tercer estado con un parque eólico marino en construcción. Se trata de Vineyard (806 MW), un parque cuyas obras está previsto concluyan este mismo año (el parque tiene 806 megavatios de potencia). Vineyard representa prácticamente el 25% de la potencia que tiene este estado en cartera (3.242 MW).
Más datos: hay 32 áreas reservadas para el desarrollo de todos esos parques, y los ingresos que eso ya le está suponiendo a la administración estadounidense son más que relevantes. Según el informe, la Agencia para la Gestión de la Energía Oceánica de los Estados Unidos (Bureau of Ocean Energy Management, BOEM) ha ingresado hasta 5.400 millones de dólares en concepto de arrendamientos de ese espacio en 2022. Los precios no han sido idénticos en todas partes. The American Clean Power Association habla de costes más elevados en la subasta de Nueva York Bight de febrero del 22 (media de 8,313 dólares por acre) y de precios más bajos en Carolina Long Bay (media de 2,65) y California (1,91).
Los autores del informe estiman que el desarrollo eólico marino, la construcción y operación de parques mantendrán más de 83.000 puestos de trabajo en 2030 y que las inversiones de la industria podrían generar hasta 25.000 millones de dólares anuales en producción económica.
El informe estima que este año (2023) Estados Unidos conectará a la red casi mil megavatios de potencia eólica marina. El año que viene serán más de mil los megas conectados. Más de 1.500 se "enchufarán" en 2025. El trienio siguiente (26-27-28) será frenético. A saber: el sector conectará hasta 12.500 megavatios.
La actividad es pues absolutamente frenética
Eso sí: la patronal del sector advierte en su informe de que los costes están subiendo debido a "las disrupciones en la cadena de suministro, el incremento de los precios de las materias primas, las presiones inflacionarias macroeconómicas y los tipos de interés elevados". La asociación destaca particularmente la subida del precio del acero, que es uno de los componentes clave de los aerogeneradores. Otra sombra que desluce el momento hay que buscarla en la Administración. Según el informe, los procedimientos de autorización (lo que coloquialmente se conoce en el sector como permitting) son demasiado largos y poco claros. "La resolución de estos desafíos -concluye The American Clean Power Association- así como la mejora de las condiciones económicas, reforzaría la viabilidad de los proyectos eólicos marinos".