El canal de la Mancha y mar del Norte esconden cerca de 300.000 artefactos explosivos sin detonar que descansan en el lecho marino desde el final de la Segunda Guerra Mundial. Aunque Alemania sometió al Reino Unido a una campaña de bombardeos conocida como el 'Blitz' entre 1940 y 1941 con el objetivo de destruir la capacidad industrial británica, estas bombas no exclusivamente municiones germanas.
Muchos de estos artefactos son minas submarinas británicas y municiones explosivas de los bombarderos aliados que volvían a sus bases en el Reino Unido, ya que no siempre lograban soltar su carga mortal sobre el objetivo. Por una cuestión de peso y seguridad, las aeronaves que no lograban cumplir su misión simplemente soltaban su peligroso cargamento en el mar antes de aterrizar con toneladas de bombas.
Eólica marina en Reino Unido
Más de 80 años después, las empresas que desarrollan proyectos eólicos marinos en el Reino Unido -que cuenta actualmente con 13 gigavatios (GW) de generación eólica marina y se ha fijado el objetivo de alcanzar los 100 gigavatios para 2050- deben minimizar por orden del Gobierno los efectos nocivos de las explosiones y la instalación de pilotes sobre las especies marinas vulnerables y las poblaciones de peces comercialmente valiosas.
Estas medidas de protección contra la contaminación acústica buscan evitar retrasos en la construcción causados por infracciones de los umbrales de ruido, lo que permitirá acelerar la construcción de proyectos eólicos marinos.
Contaminación acústica
Aunque la sociedad ya es consciente de los efectos nocivos que los contaminantes como el plástico y las aguas residuales pueden tener sobre la vida silvestre marina, el ruido submarino tiende a recibir mucha menos atención. Pero la realidad es que las actividades humanas en el mar a menudo pueden emitir ruido a niveles que pueden afectar negativamente a la vida silvestre, desde causar cambios en su comportamiento hasta lesiones e incluso, en algunos casos, la muerte.
Por ello, el Gobierno británico ha especificado que las detonaciones de las bombas inactivas "deberían ser el último recurso" y que la industria "debe adoptar alternativas más silenciosas", ya que las grandes explosiones "pueden matar ballenas, delfines y otras criaturas marinas", y el ruido puede alterar su comportamiento, según los expertos que asesoran al Gobierno.
Ross Ovens, director general de energía eólica marina de ScottishPower Renewables: "La colaboración entre el Gobierno y la industria es clave para acelerar la construcción de proyectos de energía limpia en alta mar. De hecho, el Gobierno se ha asociado con las industrias de explosivos y de energía eólica marina para probar y desarrollar tecnologías nuevas y más silenciosas para la eliminación de bombas, y para poner a prueba los límites de ruido propuestos durante la construcción de energía eólica marina.
Artículos relacionados