Como mujer, ¿qué significa ser secretaria de Estado y, por tanto, también presidenta del IDAE?
Mi cargo, especialmente en estos momentos tan complejos donde abordamos la transición energética y al mismo tiempo ponemos en marcha los instrumentos para la recuperación de una pandemia mundial, supone sobre todo una gran responsabilidad. Y a la vez comparto que es un momento apasionante. Es la primera vez que una mujer ocupa la Secretaría de Estado de Energía, lo que espero sea positivo en términos de referentes femeninos en el sector de la energía para mujeres y niñas. Desde mi posición espero aportar mi granito de arena para que esos referentes sean cada día más habituales. Aumentar la vocación por las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). No podemos consolidar la transición energética dejando a un lado el talento de la mitad de la población, por lo que es necesario trabajar para dar a conocer las grandes oportunidades en términos de empleo y capacidad transformadora de este sector.
¿Qué papel en materia de igualdad asume y juega?
Desde la Secretaría de Estado de Energía y en contacto con el Ministerio de Igualdad, trabajamos para fomentar el acceso de las mujeres a profesiones relacionadas con la energía, la transición ecológica y, en general, las áreas STEM. Hace unos meses, suscribimos un protocolo general de colaboración con el Instituto de las Mujeres (INMUJERES, Ministerio de Igualdad) para reforzar el enfoque de igualdad de género en todas las actuaciones y ámbitos de competencia de este Ministerio. Se trata de que exista un intercambio de ideas constante para fortalecer el enfoque de género de manera transversal en las políticas públicas de la transición ecológica y el reto demográfico.
En el ámbito de mis competencias, en los últimos años hemos aprobado documentos de planificación y estratégicos como son el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima, la Estrategia de Descarbonización a Largo Plazo, la Estrategia para la Transición Justa, la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética, la Estrategia de Almacenamiento Energético o la reciente Hoja de Ruta de Autoconsumo, donde se incluye la dimensión de género. En resumidas cuentas, en un proceso de transformación como en el que estamos inmersos, la igualdad de género debe estar siempre presente.
¿Creyó alguna vez que llegaría a tocar/romper el famoso techo de cristal?
Nunca se planifica ser Secretaria de Estado. Mi trabajo en la lucha contra el cambio climático, con especial foco en la energía en todas sus dimensiones y el trabajo en el diseño del Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 me ha llevado hasta aquí. Esto también ha tenido que ver con una nueva visión transformadora en clave de transición ecológica. Trabajar juntos Medio Ambiente y Energía maximizando el potencial de la descarbonización y sus oportunidades. Es fundamental que la dimensión de género sea transversal y no accesoria, que nos permita no tener que hablar del famoso techo de cristal.
¿Ser mujer le ha supuesto algún obstáculo o condicionante para conseguirlo?
Es más complicado, porque nos enfrentamos a obstáculos en nuestro trabajo por el hecho de ser mujeres. El estudio 'mujeres en el puesto de trabajo' de McKinsey, aunque se centra en Estados Unidos, saca muchas conclusiones extrapolables a nuestra realidad. Las mujeres nos enfrentamos a microagresiones en nuestro puesto de trabajo, como ser interrumpidas cuando expresamos nuestra opinión más que nuestros homólogos hombres, o que nuestro criterio en nuestro campo de conocimiento sea más cuestionado. Además, nos es más difícil promocionar a puestos de gestión, lo que imposibilita promociones posteriores. En el mundo de la energía, nos encontramos con el fenómeno de que somos pocas, además a esto se une la dificultad de encontrar suficiente representación de mujeres en los puestos de Dirección de las compañías energéticas. Digamos que es una desventaja estructural que tenemos que cambiar.
¿Cómo es la situación de la mujer dentro del sector de las energías renovables? ¿Cómo le gustaría que fuera? ¿Cómo cree que será en un futuro?
La transición energética es una oportunidad de cambio en todos los sentidos. No solo hacia un sistema más ecológico y basado en energías renovables, sino también hacia una mayor participación de las mujeres en el sector. De hecho, un estudio de la Agencia Internacional de las Energías Renovables (IRENA) estimó que en 2019 las mujeres representaban el 32% de los empleados a tiempo completo de las empresas del sector de las energías renovables, un porcentaje considerablemente mayor que el 22% de media en la industria del petróleo y del gas. Sin embargo, este porcentaje es todavía bajo y preocupa que la participación de las mujeres en estas empresas no esté al mismo nivel que la de los hombres, especialmente cuando se trata, como decía antes, de puestos de responsabilidad. Estamos avanzando hacia un sector más igualitario, pero aún queda mucho por hacer y no debemos quitar el foco de este asunto. Quiero pensar que las políticas públicas que estamos construyendo hoy serán efectivas, y que las empresas se sumarán y, habremos avanzado un paso más hacia la equidad de género.
Para conseguirlo, ¿qué se necesita? ¿Qué tiene que hacer la administración pública? ¿Qué tienen que hacer las empresas?
Es importante que las niñas tengan referentes de mujeres profesionales de áreas STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas), para que contemplen estos trabajos como posibilidades de futuro. La educación juega un papel fundamental. De ahí la iniciativa del Ministerio de Educación y Formación Profesional, 'Alianza STEM por el talento femenino'. Quiero destacar también, las iniciativas lanzadas de Aemener y la Real Academia de Ingeniería. Os animo a escuchar a Sara Gómez que es todo un estímulo para los sentidos. Aunque la educación es el primer paso, también es necesario brindar a las mujeres la oportunidad de desarrollar su talento en estas áreas. Tenemos que ser capaces de dar a conocer las posibilidades que ofrece un sector como la energía, en el diseño de medias, en la innovación, en definitiva, en la búsqueda de soluciones para un mundo mejor. Esta es una tarea que atañe al conjunto de la sociedad. Cada vez existen más programas, tanto públicos como privados, encaminados hacia este objetivo. Las empresas tienen en su mano muchas acciones para potenciar el papel de las mujeres en el sector, creo que hay muy buenos ejemplos. Pero sin duda el primer paso es reconocer esa falta de diversidad en las organizaciones, interrogarse acerca de sus causas, y poner los medios para que exista una igualdad de oportunidades efectiva.
¿Por qué es importante la presencia de las mujeres en el mundo de las renovables?
Más o menos la mitad de la población mundial somos mujeres, por lo que es lógico pensar que debemos estar representadas en todos los ámbitos de la sociedad. Las energías renovables son un motor de cambio en el que las mujeres debemos aportar nuestro talento. La diversidad en las organizaciones es extremadamente positiva para promover la innovación, y estamos ante un reto de transformación integral del sector energético para hacerlo más sostenible y más inclusiva. Tenemos por delante el reto de la transición energética, pero sin dejar a nadie atrás, y para hacerlo realmente efectivo es necesario introducir la perspectiva de género. Hay mucho talento femenino y tenemos que aprovecharlo.
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