Las tres organizaciones demandantes llevaron a cabo una investigación, durante 2022 y 2023, focalizada en el impacto de la actividad de la empresa Repsol sobre la deforestación en Indonesia y su contribución al aumento de las emisiones responsables del cambio climático. Este análisis reveló, entre otras cosas, que la empresa Repsol es uno de los principales importadores de aceite de palma y productor de biodiésel con este aceite.
Biocombustibles insostenibles
A partir de los informes periciales, concluyen que Repsol oculta en su comunicación pública y en su publicidad la deforestación y demás impactos ambientales y sociales derivados de la producción del aceite de palma que se utiliza para la fabricación de sus biocombustibles. En concreto, denuncian que el aceite de palma que utiliza "no es sostenible y no reduce las emisiones de gases de efecto invernadero respecto al combustible fósil convencional, contribuyendo al calentamiento global y provocando deforestación y pérdida de biodiversidad", hecho que ha motivado las denuncias ante los organismos reguladores encargados de la tutela de los derechos de las personas consumidoras y del derecho a la competencia.
Y eso no es todo, ya que, según los denunciantes, "España es el principal importador de aceite de palma de Indonesia y el mayor productor de biocombustibles en la UE. En España el 72,5 % del biodiésel y casi el 100 % del hidrobiodiésel se fabrica con aceite de palma".
Volviendo al caso de la petrolera, la acción legal se centra en las afirmaciones que la empresa Repsol hace sobre sus "biocombustibles", a los que califica en su comunicación pública como "sostenibles", "ecocombustibles", "neutros en carbono", "con baja huella de carbono" o "renovables", de manera general y equívoca, sin distinguir entre los diferentes productos ofertados y sin especificar sus atributos o impacto ambiental, lo que resulta "engañoso" para la ciudadanía. Afirman que su estrategia de marketing y publicidad "induce a la confusión, al estar plagada de información parcial, vaguedades, ocultación de información relevante o directamente alegaciones ambientales engañosas".
Argumentos legales
En concreto, los denunciantes se amparan en el incumplimiento por parte de Repsol de la Ley General de Consumidores, la Ley General de Publicidad, la Ley de Defensa de la Competencia y la Ley de Competencia Desleal, así como de la legislación europea.
David Sánchez, director de la CECU: "La desinformación de Repsol sobre sus supuestos combustibles 'bio' deja en situación de indefensión a las personas consumidoras", "Estas declaraciones ambientales engañosas no solo confunden a consumidores e inversores, sino que propagan falsas narrativas que contribuyen a generar una cultura de la desinformación sobre la lucha climática y el verdadero compromiso empresarial".
Desde Ecologistas en Acción, su responsable jurídico, Josep Hurtado, señala que "Repsol no puede afirmar que los biocombustibles fabricados a partir del aceite de palma reducen las emisiones de gases de efecto invernadero. Si tenemos en cuenta la deforestación provocada por la expansión de los cultivos de aceite de palma, el consumo de biodiésel elaborado a partir de este material emite tres veces más gases contaminantes que los combustibles fósiles, y agravan de este modo el calentamiento global".
Por su parte, Miguel Ángel Soto, portavoz de Greenpeace España, asegura que la petrolera "no solo engaña con sus falsos biocombustibles", ya que "si hacemos caso a sus datos, solo el 0,8 % de la producción de energía de Repsol en 2022 tuvo un origen supuestamente "renovable"'. El resto, "más del 99 %", corresponde a la producción de petróleo y gas. Por ello, Soto denuncia que "esta apuesta por los combustibles fósiles es incompatible con los objetivos del Acuerdo de París, con las recomendaciones del IPCC y los últimos compromisos alcanzados en la COP28 en Dubai".
Publicidad engañosa
Por todo ello, las organizaciones firmantes cuestionan en su denuncia que "las declaraciones ambientales de Repsol sobre sus biocombustibles fabricados a partir de aceite de palma no son ciertas, no pueden ser verificadas e inducen a error al ser vagas y generales". Además, señalan que "estas declaraciones de Repsol dan la impresión a los consumidores de que sus productos o su actividad no tiene ningún impacto ambiental o, peor aún, tienen un impacto positivo en el medio ambiente", lo que a su parecer "constituye un acto de competencia desleal" al no tener en cuenta sus emisiones producidas por "la deforestación vinculada a la producción de aceite de palma".
En resumen: "el cálculo de la huella de carbono de Repsol es erróneo y, por tanto, su plan de descarbonización es un engaño", concluyen.
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