A veces, comerse un filete de ternera gallega de ganadería extensiva es más ecológico que consumir tofu -alimento vegano basado en la soja- importado en barco desde el Sureste Asiático o de Sudamérica. Salvando las distancias, a través de esta analogía, se puede comprender como la soja, a pesar de tener un origen biológico por obtenerse a partir de recursos naturales, puede ser empleada también como biocombustible procedente de los mismos monocultivos masivos que conllevan graves impactos sociales y ambientales, explican los firmantes de la misiva en un comunicado conjunto.
Impactos de los monocultivos de soja
En concreto, los biocombustibles a base de soja provocan la deforestación y la pérdida de biodiversidad -especialmente en países con ricos ecosistemas de bosques primarios- para satisfacer las necesidades de biocombustibles en Europa, que se ha multiplicado por cinco en siete años. Además, los terrenos dedicados al cultivo de biocombustibles compiten con los de alimentos, aumentando la inseguridad alimentaria al quemar cultivos como combustibles para el transporte, en un contexto de hambruna mundial.
Un estudio encargado por la propia Comisión Europea demostró que los biocombustibles producidos a base de aceite de palma y de soja generan, respectivamente, tres y dos veces más emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) que el diésel fósil. Por este motivo, en 2019 la Comisión Europea catalogó el aceite de palma como materia prima de alto riesgo y aprobó su eliminación gradual.
Sin embargo, la soja se quedó fuera, a pesar de que su cultivos causan la deforestación en algunos de los ecosistemas más biodiversos del mundo, especialmente en América del Sur. Por ello, el Parlamento Europeo y varios Estados miembros de la UE ya han manifestado claramente su oposición tanto a los biocombustibles de palma como a los de soja, solicitando una eliminación inmediata de ambos.
Fernando Valladares, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales del CSIC y profesor de la Universidad Rey Juan Carlos: "Es importante que la UE aproveche la oportunidad para abandonar la producción de los biocombustibles a partir de los cultivos de soja, ya que estos liberan más gases de efecto invernadero que sus equivalentes fósiles como el diésel. Además, su producción lleva aparejada la pérdida de biodiversidad, puesto que se están reemplazando ecosistemas de gran valor natural, especialmente en zonas de Sudamérica, para estos cultivos monoespecíficos: cultivos que comprometen la seguridad alimentaria y afectan a los ciclos de la materia del carbono y del agua. Algo que compromete a toda la población a escala global, pero especialmente a las comunidades indígenas y locales".
Soja como biocombustible
El aumento continuo de las importaciones de soja hacia Europa para producir biocombustibles, cuyo consumo aumentó cinco veces de 2015 a 2022 según un estudio de Transport & Environment, ha exacerbado esta deforestación y, con ello, los graves impactos que produce, como la liberación de carbono irrecuperable y la pérdida de biodiversidad, así como el acaparamiento de tierras y conflictos con pueblos indígenas y comunidades locales en países de Sudamérica. Por ejemplo, en la ecorregión del Cerrado, en Brasil, una tierra rica en carbono y de gran biodiversidad, la deforestación aumentó un 43 % el pasado año.
Lola Berna, técnico de políticas públicas y gobernanza climática en Ecodes: "Gran parte de la soja viene de zonas con suelos con mucho carbono acumulado y el daño es inmenso. La alternativa a los combustibles fósiles debe ir por el camino de la electrificación y por reducir la demanda energética en el transporte, disminuyendo desplazamientos y ofreciendo alternativas de movilidad que reduzcan la dependencia en el automóvil y otros medios altamente contaminantes".
La redacción de la carta coincide con un evento en el Parlamento Europeo en el que tomarán parte representantes de las instituciones europeas y estatales, ONG y personal técnico, para debatir sobre la importancia de que la UE aproveche la oportunidad para el abandono del uso de biocombustibles de soja, como ya se ha logrado con el aceite de palma, y proteger a los ecosistemas más biodiversos del planeta.
En este marco, y en línea con la advertencia recogida en la misiva, es importante asegurar que los biocombustibles procedentes de materias primas cuyo cultivo y uso tienen graves impactos sociales y ambientales se excluyan de los objetivos de energía renovable de la Directiva de Energía Renovable de la Unión Europea.