Así como en países de Europa, como el Reino Unido, Francia, Dinamarca o Bélgica, entre otros, la conversión de centrales de carbón en biomasa es un hecho o al menos un objetivo a plasmar, en España nunca han fructificado los mismos intentos. Ni siquiera ahora, que dichas centrales cierran progresivamente su producción, hay proyectos definidos para mantener alguna en pie utilizando biocombustibles.
Sin embargo, el contenido de la Agenda estratégica de investigación e innovación del sector español de la biomasa y la bioeconomía de Bioplat recuerda las posibilidades existentes en este campo. Como primer reto en investigación e innovación dentro de la bioenergía propone “analizar las posibilidades reales de adaptación de antiguas centrales de carbón a biomasa, aunque sea menor potencia/capacidad”.
En el mismo documento Bioplat considera necesario “identificar qué centrales de carbón cuentan con un cierre programado, su localización y los recursos biomásicos disponibles en esas áreas geográficas”. Y en caso de resultar viable, “aprovechar las infraestructuras existentes resultantes del proceso de desmantelamiento de centrales de carbón para promover las de biomasa en las mismas, o de co-combustión en las que el combustible fósil juegue un papel de apoyo al uso de la biomasa”.
Proyectos de centrales de carbón a biomasa según el recurso disponible
Añaden que “no tendría que ser una sustitución de la capacidad total de la central de carbón por biomasa, sino que se desarrollarían proyectos en base al recurso disponible, aprovechando las infraestructuras existentes al máximo. Asimismo, se deber identificar la ubicación de industrias próximas a la nueva central de biomasa para fomentar la cogeneración o bien para aprovechar sus subproductos (cenizas, CO2) promoviendo la circularidad”.
Bioplat entiende que “para llevarlo a cabo será fundamental que se acople con la Estrategia de Transición Justa del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Mitecord)”. Este último, al igual que los sindicatos asociados a la antigua actividad minera, mantiene la puerta abierta a esta posibilidad, pero las propias empresas, como Endesa, y en especial las asociaciones ecologistas o no lo ven claro o han mostrado abiertamente su rechazo respectivamente.
Transición justa e inclusiva
La agenda presentada en la última asamblea de Bioplat es mucho más amplia en contenidos y retos, porque “aspira a servir como instrumento facilitador para la coordinación de políticas, estrategias y financiación en I+D+I y para fomentar el desarrollo de proyectos basados en la biomasa que permitan superar las barreras existentes y posicionen a las empresas, universidades y centros de investigación españoles a la vanguardia de la transición hacia la bioeconomía y la utilización sostenible de la biomasa en Europa”.
Para conseguirlo mantiene “un enfoque multi-perspectiva, integrando descarbonización, industrialización, transición energética justa e inclusiva, sostenibilidad y vertebración territorial”. En el área de materias primas (recursos biomásicos) establece como prioritario “optimizar la identificación, la obtención y la movilización materias primas biomásicas para distintos usos: bioenergía y bioproductos”. En este sentido, establecen nueve retos de I+D+I.
Todos los retos de la bioenergía en innovación
En el caso de la bioenergía son trece los retos, aparte del de aprovechar las posibilidades que ofrece el cierre de las centrales de carbón. Todo con la intención de “extender y optimizar la respuesta técnico-económica y medioambiental de los procesos que intervienen en la generación de bioenergía”.
Los retos en I+D+I en bionergía globales o más pegados a la biomasa sólida son las hibridaciones entre instalaciones de biomasa y otras tecnologías renovables; optimización de ahorros en el ciclo completo de la biomasa; pretratamientos avanzados; aumentar eficiencia y control de emisiones en la combustión; integración de las biomasas como combustible para procesos industriales; análisis de las capacidades energéticas de la biomasa en el mix eléctrico, desarrollo de vectores bioenergéticos intermedios; y tecnologías de producción de hidrógeno a partir de la biomasa.
Biogás y biocarburantes
En cuanto al biogás y los biocarburantes los retos se centran en aprovechar la fracción biodegradable de los residuos municipales, lodos de depuradora o purines, para la producción de biogás o biometano; optimización de costes de los procesos de conversión del biogás en biometano; tecnologías termoquímicas, químicas y biológicas para biocarburantes y biolíquidos y tecnologías de producción de biocombustibles sostenibles para aviación que supongan un avance respecto a la hidrogenación de aceites vegetales.
Por último, la agenda busca priorizar “una serie de ámbitos en los cuales se debe actuar haciendo estudios auxiliares y análisis de sostenibilidad, técnico-económicos, regulatorios, de penetración en el mercado, proyectos de investigación y demostración y estrategias educativas y de comunicación, entre otros; a partir de los cuales se va a contribuir a aumentar el conocimiento sobre la sostenibilidad y la excelencia de la producción de bioenergía y bioproductos”.