Hoy mismo Duro Felguera y Hunosa anuncian la intención de “desarrollar una actuación conjunta encaminada a identificar oportunidades en la obtención de combustibles a partir de biomasa, biogás, así como el impulso de otras potenciales tecnologías en materia de energía renovable”. Especifican que “en el acuerdo tienen cabida nuevas energías como la biomasa, el biogás y, también, la eólica o la mini hidráulica, una ruta que consolida a Hunosa como empresa protagonista en la transición energética”.
La colaboración entre ambas empresas también abarca “el análisis de las ubicaciones, dando prioridad a los terrenos de Hunosa en las cuencas mineras del centro de Asturias, el diseño de modelos económicos, la búsqueda de financiación y la tramitación de todos los permisos, estudios y autorizaciones administrativas que sean necesarios”.
El acuerdo tiene una vigencia inicial de dos años y es consecuente con el Plan de Empresa 2019-2027 firmado recientemente en Oviedo entre la dirección de Hunosa y los sindicatos. El objetivo del plan es dar estabilidad a largo plazo a a la compañía y “contribuir al desarrollo económico y social en su área de influencia (la Cuenca Central Asturiana), tanto por la vía de la estabilidad de la propia empresa, como mediante la promoción de nuevos proyectos empresariales”.
Un plan de empresa que recupera la central de biomasa
Es aquí donde entra el acuerdo con Duro Felguera, pero también las demandas de los sindicatos, que el pasado mes de febrero plantearon a Hunosa que cumpliera con la intención mostrada de construir una central eléctrica de biomasa en la escombrera de Reicastro, en sus instalaciones de Mieres (Asturias).
Dentro del plan firmado con los sindicatos hay, a su vez, otro de diversificación centrado en el desarrollo de proyectos “tendentes a generar futuras actividades viables en los ámbitos de las energías renovables y los servicios energéticos”. Entre estos destacan que “se estudiará la posibilidad de construir una central de biomasa en la Cuenca Central Asturiana, en compañía de socios privados”.
Se trata de un proyecto continuamente postergado por Hunosa, sobre todo tras el recorte aplicado a la generación de electricidad con biomasa con la eliminación de los incentivos económicos para las nuevas instalaciones. Hunosa vio la puerta abierta con la primera subasta de renovables que se llevó a cabo a comienzos de 2016, pero no consiguió que se le adjudicara potencia alguna.
“Plan de aprovechamiento forestal”
Aparte de desempolvar de nuevo el proyecto de central, dentro del mismo plan de diversificación se habla de intensificar las líneas de trabajo existentes en materia de recursos energéticos (geotermia, biomasa, biogás, etc.) y de desarrollar un “plan de aprovechamiento forestal de los terrenos de Hunosa susceptibles de tal uso, impulsando la creación de un cluster de actividades relacionadas con la biomasa en la Cuenca Central Asturiana”.
Tampoco queda en saco roto la experiencia de la central de La Pereda en la co-combustión con biomasa, que llegó al treinta por ciento gracias al proyecto Innpacto Pelet In. Ahora, y dentro de la rama industrial del Plan de Empresa 2019-2027 se habla de mantener su actividad principal más allá de 31 de diciembre de 2021 (fecha del final de la retribución especial que recibe), “dentro del marco normativo existente en ese momento, pudiendo incluir el cambio en la composición de su mezcla combustible hacia combustibles no fósiles”.
En relación a la co-combustión o conversión directa a biomasa, recientemente también el comité de empresa de la central térmica de carbón de Meirama, propiedad de Naturgy, en Cerceda (A Coruña), pidió que para conservar los empleos directos e indirectos que genera esta instalación se mantenga abierta implantando otras tecnologías para generar energía, como por ejemplo la biomasa.