“Yo también critico el marco de juego que mantuvo el Gobierno a pesar de las alegaciones que presentamos como APPA Biomasa, pero una vez establecida la subasta consideramos que como Renova debíamos optar a ella, sopesando mucho las economías de escala y la potencia a desarrollar”. Manuel García explica a Energías Renovables algo que desde el principio llamó la atención: que la sección de Biomasa de la Asociación de Empresas de Energías Renovables que preside criticara abiertamente la subasta de 200 MW a la vez que su empresa fuera una de las tres que obtuvieron adjudicación de potencia.
Renova Generación estudia cuatro posibles emplazamientos para su futura planta de 50 MW: Curtis (La Coruña), Villalba (Lugo) y Salas y Villaviciosa (Asturias). García no despeja del todo las dudas sobre si al final, tras los cuatro años que se otorgan para ejecutar el proyecto, este se llevara a cabo. Considera que “hay dos cuestiones esenciales que determinarán su viabilidad técnica y económica: que los puntos de evacuación y conexión no estén muy alejados, no es lo mismo cien metros que dos kilómetros; y que se disponga de combustible de calidad y a buen precio”.
El combustible lo tiene en casa
El presidente de Renova reconoce que “tenemos mucho ganado en el caso del combustible, al ser líderes en el sector del suministro de biomasa forestal”. Renova pertenece al Grupo García Forestal, uno de los principales abastecedores de productos forestales de la Península para industrias papeleras y madereras y para plantas y calderas de generación de electricidad y calor.
Otra de las condiciones que soplan a favor de los beneficiados de la subasta de biomasa, a diferencia de la de eólica, es que los proyectos cuentan con una retribución especial a la operación, aunque hayan renunciado a la de generación, que se suma al precio de mercado por cada kWh que metan en la red.
Gestamp fuera con subasta y Elcogás fuera sin subasta
Mientras las empresas con megavatios adjudicados defienden y aprovechan las condiciones en las que se ha desarrollado la subasta, otras como Gestamp ya mostraron su rechazo e incluso la posibilidad de recurrir los resultados. La compañía optaba con dos plantas (Garray en Soria y Mirando de Ebro en Burgos) que ya se quedaron fuera de los 120 MW adjudicados en julio de 2015. Ahora vuelven a no salir seleccionados en esta subasta, al igual que la planta de Hunosa en Mieres (Asturias), por citar otra empresa de referencia.
Elcogás, en Puertollano (Ciudad Real), ni siquiera optó a la subasta, ya que no lo permitía su tecnología de gasificación integrada en ciclo combinado de carbón y petróleo (GICC), a pesar de anunciar el empleo de un 30% de biomasa, como hacían constar en el plan de viabilidad presentado al ministerio para salvar la planta. A pesar de los buenos augurios que había llegado a mostrar el ministro José Manuel Soria sobre el futuro de esta instalación, desconectada ya de la red, su ministerio ha rechazado el plan de viabilidad y los propietarios han anunciado el cierre. Los empleados mantienen un encierro en la planta en lucha por sus puestos de trabajo y la viabilidad de la empresa.