Aunque el informe de Irena (Renewable Energy and Jobs–Annual Review 2017) solo contabiliza los empleos creados en Brasil por la industria de los biocarburantes, la biomasa eléctrica también cuenta en esa cifra de los 783.000 trabajadoras y trabajadores. Hay que tener en cuenta que el país suramericano es igualmente líder mundial en producción de electricidad con bagazo de caña de azúcar, que en su gran mayoría se produce en biorrefinerías de las que también sale etanol.
A gran distancia, China, con 375.000 empleos, ocupa el segundo lugar. Destaca la importante contribución de la biomasa sólida (180.000) y el biogás (145.000). El tercer puesto es para Estados Unidos, con 368.000 empleos, la mayoría asociados a la industria de los biocarburantes en general (283.000), y en especial al etanol. Los ochenta millones de empleos que suma la biomasa sólida tienen mucho que ver con el auge de la producción de pélets.
La Unión Europea gana en biomasa sólida
La Unión Europea en su conjunto, y en especial por el empuje de Alemania y Francia, suma 495.000 puestos de trabajo dentro de la bioenergía. En este caso el dominio de la biomasa sólida es aplastante: 333.000. Esto supone casi la mitad del empleo mundial en este sector (723.000) y obedece tanto a la producción eléctrica como térmica y a la fabricación de pélets.
Sin embargo, la lectura principal que se saca de este nuevo informe de Irena es que, por segundo año consecutivo, el número de empleos en la bioenergía vuelve a caer. Ni siquiera la recuperación entre los biocarburantes (de 1,67 a 1,72 millones), hace que el global baje de 2,88 millones en 2015 a 2,74 en 2016). En este caso la responsabilidad es principalmente de la biomasa sólida y el biogás, con descensos de 822.000 a 723.000 y de 382.000 a 333.000, respectivamente.
Se pagan mejores sueldos en las plantas de producción que en los cultivos
Esta merma se da, como el año pasado, en un contexto de subida del número de empleos en las renovables en general. Irena sigue destacando el estancamiento dentro de los biocarburantes, que ha sido tradicionalmente el motor del empleo, pero también la bajada de Alemania en 3.000 empleos en el biogás y en 3.600 en la biomasa sólida, provocados por los recortes en los subsidios a las renovables.
El informe también destaca el caso de la India, convertida en cuarto país en puestos de trabajo, con 178.000, de los cuales 85.000 se concentran en el biogás. Irena hace hincapié en que la mayoría de estos puestos tienen que ver con el suministro de materias primas, de hecho achaca el descenso en países como Brasil (de 821.000 a 783.000) a la mecanización de la cosecha de caña de azúcar.
En el caso de los biocarburantes, que en su gran mayoría pertenecen a la primera generación, proceden de la cadena de valor agrícola, tanto en la siembra como cosecha de diversos tipos de cultivos. “Menos puestos de trabajo, aunque a menudo mejor pagados, se dan en la construcción de instalaciones de procesamiento de los biocarburantes y en la operación y mantenimiento de las plantas ya existentes”, apostillan en el informe.