El último informe de IRENA, tras analizar el empleo en el resto de sectores, se subraya que “hay muy poca información disponible para otras tecnologías de energías renovables, como biogás, biomasa, geotérmica y energías marinas, lo que puede llevar a una subestimación del empleo mundial”. Concretan que la información que aportan los diferentes países es especialmente escasa en aplicaciones relacionadas con la demanda de combustibles para cocinar en zonas rurales, donde la biomasa y el biogás suelen estar muy presentes.
Sí se dispone de mayor y más precisa información en torno a los biocombustibles líquidos, entre los que destacan el biodiésel y el bioetanol. Aquí constata IRENA que el empleo se redujo en un 6% en 2015 (1.678.000 puestos de trabajo) debido principalmente a la progresiva mecanización en los principales países productores, como Estados Unidos y Brasil, y a la caída de la producción en otros como Indonesia. Por el contrario, aumentó en la Unión Europea, Malasia y Tailandia.
Indonesia cae de 223.000 a 94.800 empleos
La potente industria del etanol de caña de azúcar de Brasil perdió 45.000 empleos en 2015, a pesar de incrementar su producción. El aumento también de la producción y empleos en la industria del biodiésel no frenó la caída de 24.000 trabajadores: de 845.000 en 2014 a 821.000 en 2015. En parecida situación se encuentra Estados Unidos, que incrementó sus producciones de etanol y biodiésel, pero la ocupación descendió en un 2%. El único gran mercado que sube es la UE, aunque IRENA no concreta ni la cantidad ni el porcentaje.
Pero, con diferencia, el descenso más acusado se da en Indonesia, afectado por la imposición de aranceles antidumping desde la UE. IRENA destaca que la producción, tras alcanzar su cénit en 2006, ha descendido de forma acusada hasta 2015. Todo ello conllevó que se pasará de 223.000 empleos en 2014 a 94.800 en 2015. La agencia, por el contrario, expone los casos en positivo de Tailandia, Malasia y Filipinas, con 76.900, 31.800 y 9.700 puestos de trabajo respectivamente.