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Sí hay maneras de hacer una comunidad energética

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No hace falta trasponer la Directiva 2019/944 (que recoge la entidad jurídica “comunidad ciudadana de energía”) para poner en marcha hoy, en España, una comunidad energética. El Gobierno está obligado a trasponer esa norma y a desarrollar esa figura jurídica, y está claro que la trasposición siempre dará mayor certidumbre, pero en España ya hay comunidades energéticas en diferentes fases de desarrollo y muchas más vienen por el camino. De las maneras de hacer comunidad y de la transición que impulsan hemos hablado con el director del IDAE, Joan Groizard; con su antecesor en el cargo, Joan Herrera; y con Santiago Ochoa de Uribe, y con Amagoia Barandiaran, y con Enercoop, y Contigo Energía, y con Ecodes, y con La Palma Bonita y con... Todos ellos irán desfilando por aquí a lo largo de esta semana.
Sí hay maneras de hacer una comunidad energética

La comunidad energética es un concepto. Y dentro de ese concepto encajan dos figuras jurídicas: las Comunidades Ciudadanas de Energía y las Comunidades de Energías Renovables, dos figuras jurídicas que vienen del derecho europeo y que los estados miembros tienen que trasponer y desarrollar. Las directivas europeas que recogen esas dos figuras ordenan además, explícitamente, que las trasposiciones doten a estas comunidades de un marco jurídico favorable. El Gobierno está trabajando en la trasposición (“estamos en ello”, nos dicen), y está trabajando también, simultáneamente (en tiempo presente) en la implementación (el desarrollo) de comunidades energéticas concretas. Nos lo cuenta el director general del Instituto para la Diversificación y el Ahorro de la Energía (IDAE) en entrevista exclusiva para Energías Renovables y nos lo cuenta también, bajo estas líneas, el jefe del departamento de Gestión de la Demanda e Integración de Renovables del Instituto, Luis García Benedicto.

Pero empecemos por el principio: vayan por delante dos números. El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico anunció hace solo unos días que ha seleccionado 544 proyectos innovadores de energías renovables para la generación de energía eléctrica y la producción de energía térmica en 13 comunidades autónomas, 544 proyectos que recibirán ayudas públicas por valor de 177 millones de euros. El autoconsumo (de electricidad solar fotovoltaica, solar térmica para procesos industriales, eólica o biogás) se ha llevado la parte más gruesa de esa partida. “El año pasado sacamos 27 convocatorias sobre renovables térmicas y eléctricas (se han adjudicado 177 millones de euros), y la coordinación de todas ellas se ha hecho desde aquí”, explica García Benedicto.

¿El segundo número? El IDAE acaba de abrir la ventanilla para que quienes quieran impulsar una comunidad energética puedan solicitar una ayuda (convocatoria CE Implementa: 40 millones de euros, para 40 proyectos piloto). El plazo de presentación de solicitudes expira el 1 de marzo; la convocatoria quedará resuelta probablemente antes de verano).

¿Y por qué “vayan por delante esos dos números”? Pues porque en el IDAE lo tienen muy claro: “dentro de todas nuestras líneas de ayudas (autoconsumo, o renovables térmicas, o eficiencia) también se incluye la posibilidad de que una comunidad energética se pueda presentar para un proyecto concreto, es decir, que no solo estamos hablando de los 40 millones de Implementa”.

Benedicto, que también va a coordinar la convocatoria CE Implementa, abunda sobre el particular: “la comunidad energética es una entidad nueva que nos va a ayudar a integrar energías renovables y eficiencia energética”, pero es que además lo va a hacer poniendo “a la ciudadanía, las pequeñas y medianas empresas y las entidades locales” en el foco de la transición energética. Y en el IDAE señalan ese como uno de sus grandes horizontes.

Para alcanzarlo, hay un programa específico de promoción e implementación de estas Comunidades Energéticas (CE), con tres fases o líneas de trabajo: CE-Aprende, CE-Planifica y la mencionada CE-Implementa. Tres líneas que van a subvencionar “todas las fases de creación de una comunidad energética”, desde el principio y hasta el final: desde el embrión (ayudar a personas físicas u organizaciones interesadas en la constitución de una CE a familiarizarse con el concepto e identificar futuros socios o miembros) hasta la financiación del proyecto que defina ese colectivo.

“En esa fase, Implementa, es donde hemos sacado las dos convocatorias de los 40 millones de euros, que son ayudas para proyectos de pequeño tamaño (hasta un millón de euros) y para proyectos de tamaño medio y grande”.

El Instituto ha diseñado esta convocatoria de ayudas a partir de dos consultas públicas, mediante las que se ha pulsado el sentir del sector. “Hace dos años hicimos una consulta pública sobre comunidades energéticas –explica Benedicto–, y el año pasado hicimos otra. Hemos estado en contacto con todos los agentes que trabajan en este tema, y seguro que las convocatorias tendrán sus fallos, como sucede con cualquier diseño, pero seguro, también, que iremos mejorando en ese sentido. Lo que sí puedo asegurar es que hemos intentado abarcar a todos los posibles actores”.

A todos los actores posibles, y todas las posibles actuaciones: “estamos buscando actuaciones que sean multiproyecto. Porque creemos que una comunidad energética no tiene por qué vincularse solamente a un tipo de tecnología, o a un tipo de actuación, sea eficiencia, sea un autoconsumo, sea un district heating... No, una comunidad energética puede perfectamente integrar varias tecnologías, varias actuaciones... Puede integrar un autoconsumo fotovoltaico, pero a la vez con punto de recarga para vehículos eléctricos, con una red de distribución de calefacción y climatización, o soluciones de eficiencia energética”.

La directiva europea que recoge las comunidades ciudadanas de energía aún no está traspuesta, y en la legislación española no hay una entidad jurídica legal que sea “comunidad energética”.

Sociedades, asociaciones...
“Lo que sí existen son figuras legales, como las cooperativas, las sociedades o las asociaciones, que nos permiten vehicular comunidades energéticas”. Lo importante –añade Benedicto– es que esa sociedad, esa cooperativa o esa asociación cumpla con los requisitos que establece la Comisión Europea, “que básicamente son la gobernanza, que todos puedan participar de las decisiones que se van a tomar en la comunidad, que sea libre el acceso, que pueda entrar cualquiera, que no tengan una penalización por salir...”.

Las Oficinas de Transformación Comunitaria son la otra gran apuesta del IDAE, en tiempo presente, para promover las comunidades energéticas. Las OTCs son oficinas que asesorarán a quienes quieran impulsar una comunidad energética y para cuya puesta en marcha el Instituto también va a dar ayudas. “La idea es tejer una red de oficinas que genere documentos que permitan un modelo de estatutos, o un modelo de líneas de actuación, que ayuden a quienes quieren formar una comunidad energética. Oficinas que asesoren técnicamente, administrativamente y jurídicamente”.

Las OTCs podrían comenzar a funcionar en el segundo semestre de este año. En todo caso, ya hay oficinas abiertas por gobiernos regionales en algunas comunidades. “Nosotros seguiremos apoyando esas oficinas que ya existen y esperamos que se abran bastantes más. Todas estas oficinas que ya están abiertas también pueden además recibir apoyo para algunas actuaciones que quieran hacer”, explican desde el Instituto.

Las prioridades ahora mismo en el IDAE (en materia de CEs) serían pues esas dos: la red de Oficinas y las tres líneas de actuación susodichas: Aprende, Planifica e Implementa. Y, de las tres, ¿por qué ha empezado el IDAE por Implementa?... porque da la sensación de que es empezar por el final.

“Porque con las comunidades ya existentes, o con estas asociaciones/cooperativas/sociedades que pueden vehicular comunidades ciudadanas de energía... con lo que ya tenemos, en fin –explica García Benedicto–, vamos a dar lugar a proyectos que nos van a servir de escaparate, de ejemplo”.

El jefe del departamento de Gestión de la Demanda e Integración de Renovables del IDAE espera que a la convocatoria de ayudas para proyectos piloto de comunidades energéticas se presenten “40, 50 proyectos, quizá más. Sí sabemos que hay mucho interés. Pero hemos visto una cierta evolución en el tipo de interés. Es cierto que inicialmente el interés estaba centrado en algunos grupos concretos de cooperativismo y es cierto también que algunos gobiernos regionales están impulsado fuertemente las comunidades energéticas –Valencia, País Vasco, Navarra–, pero lo que hemos comprobado sobre todo en los últimos meses es que las empresas, y los polígonos industriales, sobre todo, están muy interesados en formar estas comunidades energéticas”.

El calendario de la convocatoria CE Implementa dice así: el 1 de marzo los técnicos procederán a abrir todas las peticiones de ayuda y comenzará la evaluación y puntuación. El proceso acabará “a finales de mayo o principios de junio como muy pronto”. Y, a continuación, se asignarían las ayudas (se podrá anticipar hasta el 80% de la subvención a fondo perdido) y comenzarían los proyectos. Sí, ya hay maneras de hacer una comunidad energética. Y va a seguir habiéndolas.

¿Dudas sobre cómo presentar las solicitudes para las ayudas a proyectos piloto de Comunidades Energéticas?  El IDAE ha publicado un documento de preguntas frecuentes sobre comunidades energéticas. Es este

• Contenido incluido en la edición de febrero de la revista de papel Energías Renovables (ER 208), que incluye un Especial Comunidades Energéticas

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