El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha abierto dos convocatorias de ayudas para proyectos piloto de comunidades energéticas (programa CE Implementa), dotadas con 40 millones de euros, que impulsarán la innovación social y la participación ciudadana en renovables, eficiencia energética o movilidad eléctrica. La primera destina 10 millones a proyectos de pequeño tamaño, con los que se espera promover más de 21 iniciativas innovadoras; mientras que la segunda contempla 30 millones de euros para dar impulso a casi una veintena de proyectos de tamaño mediano o grande. En la convocatoria de proyectos de pequeño tamaño, la inversión no podrá superar el millón por proyecto, mientras que en la segunda todos deberán superar esa inversión. Por su parte, las ayudas -gestionadas por el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE)- se otorgarán en régimen de concurrencia competitiva y cubrirán hasta el 60 % de los costes subvencionables del proyecto. El plazo de presentación de solicitudes se iniciará el día 1 de febrero y permanecerá abierto durante un mes, hasta el 1 de marzo.
Estas convocatorias de ayudas para proyectos piloto responden al programa CE Implementa del plan de impulso a las comunidades energéticas, dotado con 100 millones del PRTR. Asimismo, son dos de las primeras convocatorias del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica de Energías Renovables, Hidrógeno Renovable y Almacenamiento (PERTE ERHA), un completo programa de instrumentos y medidas para desarrollar tecnología, conocimiento, capacidades industriales y nuevos modelos de negocio que refuercen la posición del liderazgo de España en el campo de las energías limpias.
Características de las ayudas
Esta concurrencia priorizará, por una parte, proyectos multi-componente e innovadores, esto es, que integren instalaciones de diferente naturaleza, combinando energías renovables eléctricas, térmicas, eficiencia energética, movilidad sostenible y/o gestión de la demanda, con objeto de incentivar que se adopten soluciones en sectores más difíciles de descarbonizar. Por otra parte, se dará especial importancia al impacto social y de género de las comunidades energéticas, la inclusión de consumidores vulnerables como socios o miembros y el desarrollo de proyectos en municipios de reto demográfico y en los incluidos en los convenios de Transición Justa.
Proyectos subvencionables
Entre los costes subvencionables se incluyen los administrativos o de gestión de la solicitud y de justificación de la ayuda, la elaboración de los proyectos técnicos, los costes de redacción de los pliegos y los de ejecución de las obras, así como la inversión en equipos y materiales. Además, las ayudas se otorgarán a través de una subvención a fondo perdido, que será percibida por el beneficiario, con carácter definitivo, una vez se verifique la ejecución del proyecto y se certifique la inversión. Al objeto de facilitar la financiación de los proyectos, se podrá anticipar el 80% de la ayuda concedida.
Podrán beneficiarse de las ayudas aquellas entidades jurídicas, públicas o privadas, que fomenten la participación en el sector energético de actores que tradicionalmente no han participado en el mismo, mediante proyectos en cinco áreas de actuación:
• Energías renovables eléctricas: actuaciones asociadas a biomasa, biogás u otros gases renovables, eólica, hidráulica y solar fotovoltaica.
• Energías renovables térmicas: proyectos con aerotermia, biomasa, biometano, geotermia, hidrotermia y solar térmica.
• Eficiencia energética: mejora de la envolvente térmica.
• Movilidad sostenible: adquisición de vehículos eléctricos y la implantación de infraestructuras de recarga.
• Gestión de la demanda: almacenamiento detrás del contador, nuevos aprovechamientos de baterías vehiculares (segunda vida de baterías) o servicios de flexibilidad de la demanda.
Comunidades Energéticas
Las comunidades energéticas son entidades que no buscan una rentabilidad financiera; se constituyen para impulsar y facilitar la participación activa de los consumidores en el sistema energético y mejorar la gestión de la energía mediante una gobernanza basada en la participacion abierta y voluntaria de sus miembros. Asimismo, están controladas por socios con vinculación con el territorio, por lo que los beneficios medioambientales, económicos y sociales que aportan revierten de manera directa en el entorno en el que se constituyen.
Su impacto va más allá del sector energético, puesto que ayudan en la lucha contra el cambio climático y la pobreza energética y promueven mejoras sociales en la comunidad, por lo que son una figura especialmente interesante para los municipios de reto demográfico. Al estar cercanas al territorio, conocen sus puntos sensibles y las ventajas que pueden ofrecer, al tiempo que ayudan a dinamizar la actividad local, generar empleo y fijar población. Por ello, están alineadas con el compromiso del Gobierno por la transición justa y la lucha contra la despoblación.
Las comunidades energéticas pueden ser agrupaciones o cooperativas existentes, que entran en el ámbito energético, o nuevas creadas para ese fin; también proyectos colectivos, como agrupaciones ciudadanas que promueven un pequeño parque solar o eólico a las afueras de un municipio, u otros más integrales que combinen distintas tecnologías. Asimismo, permiten extender la cultura cooperativista al ámbito energético, tanto en la generación como en el consumo de energía, ya que quienes forman parte de ellas son, a su vez, productoras y consumidoras de su propia energía limpia, lo que redunda en una mayor democratización del sistema energético y en un importante ahorro para el consumidor final.
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