Los socios de Repsol en esta iniciativa son Petronor (empresa del grupo Repsol) y el Ente Vasco de la Energía (EVE), que es un organismo dependiente del Gobierno vasco. La fábrica de combustibles sintéticos de Repsol, que la petrolera asegura que estará totalmente operativa en 4 años, quiere convertirse en "referencia en Europa por la tecnología puntera aplicada y por el uso del CO2 capturado en la cercana refinería de Petronor". Su desarrollo -explica Repsol- supone "un reto tecnológico de primer orden que estará liderado por el centro de investigación Repsol Technology Lab". La fabricación combinará el hidrógeno verde −energía 100% limpia al ser generada a partir de fuentes renovables− con el CO2 como materia prima en el proceso, "y situará a Repsol a la vanguardia del desarrollo de los combustibles de cero emisiones netas".
En una primera fase, "escalable a una posterior etapa comercial en función de los resultados", se obtendrán 50 barriles al día de combustible sintético, con cero emisiones netas de CO2 en todo su ciclo productivo. El proyecto -asegura Repsol- comenzará este año "con la ingeniería conceptual del proyecto". Petronor es la única refinería de la Península Ibérica y una de las pocas de Europa que ha integrado procesos de captura, almacenamiento y uso del CO2 "y está previsto -asegura Repsol- que pueda realizar captura directa del aire".
Además, el consejero delegado de Repsol, Josu Jon Imaz (expresidente del PNV), ha presentado hoy también otro proyecto industrial de descarbonización que la compañía pondrá en marcha en España. Se trata de una "planta de generación de gas a partir de residuos urbanos, que sustituirá parte del consumo de los combustibles tradicionales utilizados en el proceso de producción de Petronor". Este segundo proyecto, que se ubicará junto al primero, "en el puerto de Bilbao y su entorno como opción prioritaria", supondrá una inversión inicial de 20 millones de euros, liderada por Petronor. El gas que produzca esta planta -informa Repsol- se empleará para sustituir parte del consumo de combustibles tradicionales que la refinería vasca, una de las de mayor capacidad de España, utiliza en su proceso productivo.
En una primera fase, esta planta de pirólisis (degradación de la biomasa por efecto del calor sin la presencia de oxígeno) podrá procesar unas 10.000 toneladas al año de residuos urbanos y su capacidad podrá ampliarse en fases posteriores hasta 100.000 toneladas al año, aproximadamente, el equivalente a todos los residuos urbanos del entorno.
Según Imaz, Repsol, que anunció el pasado 2 de diciembre su intención de ser "una compañía cero emisiones netas en el año 2050", desarrollará estos dos "proyectos industriales de descarbonización" con la participación de "destacados socios nacionales e internacionales".
En su anuncio del pasado 2 de diciembre, Repsol puso foco en la economía circular como "herramienta para el uso eficiente de los recursos", y apuntó que duplicará la producción de biocombustibles de alta calidad procedentes de aceites vegetales (HVO), hasta las 600.000 toneladas al año en 2030, de los que la mitad se producirán antes de 2025 a partir de residuos.
El mix renovables-fósiles de Repsol
Repsol comenzó en abril las obras de construcción de su primer parque fotovoltaico, denominado Kappa y ubicado en el municipio de Manzanares (Ciudad Real). Este activo dispondrá de una potencia total instalada de 126 megavatios (MW) y supondrá una inversión de 100 millones de euros. Se espera que entre en operación a principios del próximo año. Kappa es uno de los siete proyectos renovables que Repsol tiene en marcha en la Península Ibérica y el segundo en comenzar su construcción en España. El primero fue el parque eólico Delta, ubicado entre las provincias de Zaragoza y Teruel, cuyos trabajos empezaron en diciembre del año pasado y siguen en curso. Contará con una potencia total instalada de 335 MW, una inversión de 300 millones de euros y se estima que entre en funcionamiento a finales de este año. La compañía participa así mismo en un proyecto eólico marino flotante, en este último caso en consorcio con EDPR, Engie y Principle Power. Repsol le compró a Viesgo, a mediados de 2018, dos centrales de ciclo combinado que queman gas natural para producir electricidad (Algeciras y Escatrón): en total, 1.648 megavatios de potencia fósil de generación.
*Nota
La Directiva (UE) 2018/2001 del Parlamento Europe y del Consejo de 11 de diciembre de 2018 relativa al fomento del uso de energía procedente de fuentes renovables establece claramente (página L 328/95) que los combustibles de carbono reciclado “no son renovables, [por lo que] no deben incluirse en la consecución del objetivo general de la Unión para la energía procedente de fuentes renovables". El artículo 2 de la Directiva concreta en ese sentido que se entenderá por combustibles de carbono reciclado “los combustibles líquidos y gaseosos producidos a partir de flujos de residuos líquidos o sólidos de origen no renovable que no son adecuados para la valorización de materiales con arreglo al artículo 4 de la Directiva 2008/98/CE, o a partir de gases residuales de proceso y gases de escape de origen no renovable producidos como consecuencia inevitable e involuntaria del proceso de producción en instalaciones industriales”.
Artículos relacionados
Repsol señala al gas como la clave de su transición energética
Diez años de fracaso para la captura y almacenamiento de CO2