La propuesta pide hacerlo con financiación de la Unión Europea "dado que contribuirá a su garantía de suministro, favoreciendo la exportación del gas al norte de Europa, aprovechando la potente red de gasificadoras del sistema español". La propuesta se votará este domingo con el Gobierno dividido En este sentido, el texto acordado también llama a avanzar en el uso de la planta regasificadora de El Musel como punto logístico de almacenamiento y de suministro de 'offshore'" para suministrar gas natural licuado (GNL) a otras instalaciones de regasificación europeas y facilitar la garantía de suministro "sin que ello suponga un coste para los consumidores españoles". La enmienda transaccional tiene origen en una proposición no de ley defendida por el PP en el Pleno del Congreso este martes y se votará, y previsiblemente se aprobará este jueves, con el respaldo del PSOE, el PP, Vox, Esquerra Republicana, el PNV, el PDeCAT y Junts.
Podemos, en contra
Unidas Podemos, socio del PSOE en el Gobierno, ya advirtió durante el debate de que no apoyaría la propuesta al considerar que el gas no podía ser considerada una energía verde, el nivel de emisiones contaminantes durante su extracción y transporte, y recordando las dudas sobre la viabilidad del citado gasoducto.
Así, su diputada Laura Domínguez señaló durante el debate que el análisis de este proyecto, antes de ser descartado, mostró que, lejos de rebajar la factura, la aumentaría por su coste, pero que tampoco reduciría la dependencia energética, incluso tras simular un corte del suministro ruso o de la conexión con el Magreb.
Gas natural
A nivel molecular, el metano es más potente que el dióxido de carbono. Contribuye a la formación de ozono troposférico y es un potente contaminante atmosférico local que causa graves problemas de salud. Al final de su ciclo de vida, el metano se transforma en dióxido de carbono y vapor de agua, lo que contribuye todavía más al cambio climático. Así pues, la reducción de las emisiones de metano ayuda a ralentizar el cambio climático y a mejorar la calidad del aire. El metano, cuya vida es más corta que la del CO2, tiene, en un lapso de cien años, una potencia de calentamiento global 28 veces superior a la del CO2; en una escala de 20 años, es 84 veces más potente.
La Comisión Europea presentó en octubre del año pasado una estrategia de la UE para reducir las emisiones de metano, algo que considera "fundamental para alcanzar nuestros objetivos climáticos para 2030 y el objetivo de la neutralidad climática de aquí a 2050, así como para contribuir al objetivo cero en materia de contaminación establecido por la Comisión". Esta Estrategia establece medidas para reducir las emisiones de metano a nivel europeo e internacional. Presenta medidas legislativas y no legislativas en los sectores de la energía, la agricultura y los residuos, fuentes ellas que suman cerca del 95% de las emisiones mundiales de metano asociadas a la actividad humana. La Comisión trabaja además con los socios internacionales de la Unión y con la industria a fin de lograr la reducción de las emisiones a lo largo de la cadena de suministro.
Emitir un kilogramo de metano es equivalente a emitir 84 de CO2. Cada vez más investigaciones científicas demuestran que las fugas de metano no han estado bien contabilizadas y representan un problema climático mayor del que se creía.
El Grupo de expertos Intergubernamental sobre Cambio Climático define las emisiones fugitivas como “la liberación intencional o no intencional de los gases de efecto invernadero durante la extracción, el procesamiento y la entrega de los combustibles fósiles al punto de utilización final”. El informe Smoke and mirrors, de Bankwatch Network, publicado en enero de2019, concluye que “los valores de emisiones fugitivas en más de la mitad de los escenarios están alrededor del umbral del 3% definido por la Agencia Internacional de la Energía, más allá del cual el gas fósil deja de ofrecer un beneficio climático en comparación con el carbón”.
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