Elegir tarifa eléctrica no es nada fácil. Hay un mercado libre y otro regulado, muchas comercializadoras que operan dentro de ellos y una variada oferta de tarifas diferentes. Por si fuera poco, las comercializadoras no facilitan la comprensión de sus facturas y comparar se vuelve complicado. Ante esta situación, la OCU ha estudiado 11.183 facturas de clientes domésticos de 2024, y los resultados invitan a tomar medidas para aclarar la información que reciben los consumidores y facilitar la comparación para que puedan tomar mejores decisiones.
El estudio sobre las tarifas eléctricas en el mercado libre, un informe financiado por el Ministerio de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, revela que uno de los problemas a los que se enfrentan los consumidores y los organismos que supervisan el mercado eléctrico, como la CNMC o la propia OCU, es que la comercializadoras de electricidad solo tienen obligación legal de publicar sus nuevas tarifas, pero no las actualizaciones de precios que efectúan sobre las tarifas contratadas con anterioridad. Esto hace imposible en la práctica -explica la OCU- conocer el nivel real de los precios que pagan los usuarios.
Término de potencia diferenciado
Con esta revisión de más de 11.000 facturas, la OCU constata que el fijo mensual que se paga por kW de potencia contratada, al que antes se le solía prestar poca atención porque era muy parecido en todas las compañías, ahora presenta diferencias importantes de unas a otras. Las comercializadoras saben que los usuarios no tienen claro qué nivel de precios es caro o barato cuando hablamos de la potencia, algo que ya están aprendiendo a distinguir cuando se trata del precio por kWh consumido. Por eso están aprovechando para modificar ese tramo que pasa más inadvertido.
Además, el informe indica que cada comercializadora presenta los precios en unidades de medida diferentes. Incluso la misma comercializadora puede mostrarlos de manera distinta en su página web y en sus facturas. Así, se puede encontrar el precio por kWh al día, al mes o al año, lo que dificulta mucho la comparación.
Misma tarifa, distintos precios
La OCU también ha podido comprobar que bajo el mismo nombre de tarifa, se están cobrando a los usuarios precios diferentes e incluso personalizados, que dependen de en qué momento contrataron y de cuántas revisiones se les han aplicado. Esto hace casi imposible para los consumidores saber si se les está aplicando la tarifa de forma correcta. Además, la variedad de tarifas que ofrecen puede hacer que haya clientes de una comercializadora que pagan hasta un 30% más que otros de esa misma compañía, según la tarifa contratada. Esta variación hace difícil hablar de comercializadoras caras o baratas, ya que hay que bajar al detalle de cada tarifa.
Medidas para mejorar la transparencia
Para arrojar algo de luz en el asunto de los recibos de la luz, OCU ha propuesto a las autoridades que se adoptan varias medidas que podrían mejorar la información que reciben los consumidores y hacer más fáciles sus decisiones:
1) Facilitar información sobre la tarifa con todos los conceptos al mismo nivel visual: el término fijo, el consumo, la financiación del bono social y cualquier otra cuota sin asteriscos ni letra pequeña, ni clics o desplegables adicionales.
2) Las tarifas tienen que estar identificadas de forma inequívoca: una tarifa, un precio. Además, deben mantener siempre esa identificación en facturas, área personal...
3) Las unidades de medida deben estar unificadas, en especial, para el término potencia: ya se exprese en euros/kW/año o en euros/día, que sea igual en todas las comercializadoras y todos los soportes.
4) Las tarifas se deben mostrar siempre con todos los decimales que se vayan a aplicar. La omisión implica varias decenas de euros en la mayoría de los casos.
5) La información en las facturas también debe mejorar. La tarifa PVPC omite información y debería incluir el precio del kWh en cada uno de los tres tramos horarios, incluidos los peajes y cargos. Esta recomendación se debe aplicar también al mercado libre. La publicidad de las comercializadoras debe centrarse exclusivamente en los parámetros que son de su responsabilidad dejando el resto (peajes, cargos…) como otro apartado, que será igual en todas las compañías.
6) La información sobre los picos de potencia debe hacerse más accesible para que los usuarios puedan ajustar la potencia contratada a sus necesidades reales.
7) Optimizar la potencia tropieza con la barrera de que se puede exigir un nuevo boletín eléctrico, que puede conllevar gastos de centenares de euros. Se debería valorar la posibilidad de hacer ajustes de potencia al alza en ciertas situaciones sin necesidad de expedir un nuevo boletín.
8) El diseño de las tarifas de peajes y cargos deberá contar de alguna forma con las comercializadoras para ser efectivo. Estas van a buscar siempre diferenciarse y es batalla perdida mientras los peajes y cargos en el mercado libre sean un coste más para la comercializadora que incorporar a la tarifa final que contrata el cliente.
9) Las comercializadoras deben dar visibilidad a todas las tarifas contratables por las usuarios con enlaces accesibles en su web, independientemente del canal de contratación. La información debe recoger todos los parámetros críticos.
10) La labor de supervisión del mercado minorista de electricidad y gas realizado por la CNMC debe facilitar a los usuarios poder comparar todo tipo de tarifas propuestas por las comercializadoras (indexadas, planas, con tramos horarios especiales…) o al menos establecer unas guías para que estas tarifas estén presentes en la web de las comercializadoras con unos mínimos de información.
11) Las comercializadoras deben presentar en su web todas las tarifas que tengan activas, aunque ya no se puedan contratar. Así los clientes pueden comprobar si se la están aplicando correctamente y verificar el cobro.
12) La labor de supervisión del mercado minorista de electricidad y gas realizado por la CNMC también debe incluir a las tarifas activas ya no contratables, pero que se siguen aplicando y revisando anualmente.
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