Amigos de la Tierra, Ecologistas en Acción, Greenpeace, SEO/BirdLife y WWF han mostrado durante años su oposición y han denunciado en numerosas ocasiones que este proyecto "ha estado envuelto en gravísimas irregularidades, gran polémica y una fuerte oposición social desde un primer momento". El proyecto en cuestión -recuerdan en su comunicado los ecologistas- obtuvo en 2013 una declaración de impacto ambiental positiva por parte de la Junta de Castilla y León: "sin embargo, la evaluación de impacto ambiental -denuncian las cinco oenegés- no analizaba la mayor parte de los graves daños asociados, como tampoco los generados por la producción y almacenamiento de residuos radiactivos sobre el entorno y las personas".
Referido en ocasiones como mina de uranio, el macroproyecto en sí consta, además, de la mina a cielo abierto, de una planta de procesado de mineral de uranio (considerada instalación radiactiva nuclear) y de una planta de almacenamiento de residuos nucleares. Las cinco oenegés explican en su comunicado que, "a pesar de no haber conseguido todos los permisos necesarios, la empresa ya ha realizado grandes movimientos de tierras y arrancado más de 2.000 encinas, algunas de ellas centenarias". Los ecologistas insisten además en que "las amenazas no acaban con la explotación de la mina, el concentrado de uranio y el almacenamiento de residuos radioactivos, sino que perdurarán a largo plazo cuando las minas queden abandonadas una vez que acabe su explotación".
Pagará el contribuyente
Así, y según las cinco oenegés, "aparte de la degradación ambiental irreversible de un paisaje que quedará degradado para siempre, la contaminación y el riesgo radiactivo permanecerán de manera persistente en la zona y deberá ser la administración pública, con dinero de todos los ciudadanos, quien vele durante décadas por esta instalación radiactiva y sus residuos, dejando un legado peligroso y contaminado para las generaciones futuras".
Las organizaciones también denuncian los graves impactos ambientales de este proyecto sobre espacios de la Red Natura 2000 y sobre los hábitats y especies de interés comunitario presentes. Los denunciantes alertan sobre la posible extinción de la especie de pez endémica sarda salmantina, y recuerdan en ese sentido que la Comisión Europea "está estudiando la apertura de un expediente de infracción contra España por incumplir la Directiva Marco de Agua y de la Directiva relativa a impactos de proyectos sobre el medio ambiente".
De igual forma -continúan-, son "especialmente graves" las amenazas que el proyecto plantea a Portugal, ya que la proximidad al río Duero de esta mina de uranio a cielo abierto hace "muy probable la contaminación del agua por escorrentía y por el polvo radiactivo que genera la explotación". En lo que a este extremo se refiere, los ecologistas vienen denunciando reiteradamente que "los impactos transfronterizos han sido obviados en el proceso de evaluación del impacto ambiental realizado por la Junta de Castilla y León; de ahí que el Gobierno portugués haya solicitado al Gobierno español más información para iniciar un proceso de consultas".
Para las organizaciones ecologistas firmantes del comunicado, la Secretaría de Estado de Energía del Ministerio para la Transición Ecológica de España, que dirige Teresa Ribera, "tiene la ocasión de frenar de una vez este peligroso proyecto que nunca debió pasar las primeras fases de su tramitación y que hipotecaría el futuro de esta zona de incalculable valor ecológico, dejando a la larga un legado contaminado que deberá pagar y afrontar toda la sociedad". Por todo ello, las cinco oenegés consideran que la Administración española debe rechazar la renovación de la autorización previa de la planta de concentrado de uranio de Retortillo.
Las organizaciones alertan de que, si el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico diera su autorización estaría convirtiendo a España en "el único país de Europa con una mina de uranio a cielo abierto, algo inconcebible e incoherente con el compromiso del actual Gobierno de eliminar progresivamente la participación de la energía nuclear en nuestro mix energético, de realizar una transición energética y conseguir un sistema energético descarbonizado, eficiente, 100% renovable y sin generación eléctrica de origen nuclear".
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