EQUO ha firmado un compromiso con los partidos de la oposición de no reabrir Garoña (Burgos) si llegan al gobierno. El reactor de la central burgalesa, que es propiedad de Endesa e Iberdrola, es gemelo del reactor número 1 de Fukushima, la central japonesa que sufriera el más grave accidente nuclear registrado en el último cuarto de siglo. Precisamente hoy se cumplen cuatro años de aquel accidente, que fue calificado -explica EQUO- con el nivel máximo de la escala internacional de eventos nucleares (INES) "por la fuerte liberación de material radiactivo al exterior". Cuatro años después -denuncia el partido ecologista-, "las fugas de agua radiactiva y las emisiones de radiaciones continúan, y 126 mil personas siguen desplazadas, esperando la autorización para volver a sus casas".
Freno a la carrera nuclear
Pero el accidente de Fukushima -añade el partido ecologista- tuvo también como consecuencia el freno en el desarrollo de la energía nuclear en el mundo. Así, "algunos gobiernos, como Alemania o Suiza, tomaron la decisión de prescindir de la energía nuclear tras el grave accidente; y también algunas empresas, como Siemmens, anunciaron el abandono total de inversiones en el sector nuclear". El frenazo que supuso Fukushima para el desarrollo de la energía nuclear no evita sin embargo el riesgo nuclear, según EQUO, que denuncia que "en el caso de España, el gobierno del Partido Popular quiere alargar la vida útil de las centrales de 40 a 60 años. El alargamiento de la vida útil supone que continúen funcionando centrales cada vez más envejecidas, aumentando con ello el riesgo de accidentes nucleares o escapes".
Cero nuclear de aquí a cinco años
Por todo ello, EQUO apuesta decididamente por "una desnuclearización progresiva del sistema español de aquí a 2020". Según su coportavoz Juantxo López de Uralde, “ha llegado el momento de comprometerse para cerrar las centrales nucleares”. En ese sentido, Uralde considera “incomprensible que la energía nuclear -que es cara, sucia y peligrosa- haya llegado al siglo XXI existiendo alternativas limpias, rentables y generadoras de empleo” (por alusión a las energías renovables). El coportavoz de EQUO denuncia por otro lado el hecho de que, “cuatro años después, todavía no se hayan paralizado los impactos del accidente de Fukushima: aquel accidente -ha dicho- marcó el comienzo del declive nuclear, pero el riesgo es alto todavía -ha matizado- y otro accidente puede producirse en cualquier momento".
Greenpeace informa
Garoña alcanzó el límite de su vida de diseño de 40 años en 2011, y tenía permiso de operación hasta el seis de julio de 2013. En julio de 2012, el Ministerio de Industria revocó parcialmente la Orden Ministerial que establecía el cese de explotación hasta esa fecha. Nuclenor SA solicitó un aplazamiento para pedir esta nueva ampliación de vida, que no le fue concedido en 2012, pero sí en 2013. A pesar de que finalmente consiguió este aplazamiento, Nuclenor no solicitó una nueva licencia, y el Ministerio procedió a declarar el cese de explotación definitivo. Desde diciembre de 2012 Garoña ha estado parada, lo que ha motivado que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia le haya impuesto una multa por infracción muy grave, por reducir sin autorización la capacidad de producción o de suministro de energía eléctrica y por el cese unilateral de la actividad.
Endesa e Iberdrola
Nuclenor SA -que pertenece a partes iguales a Endesa e Iberdrola- ha solicitado ante el Ministerio de Industria, Energía y Turismo la ampliación de la vida útil de la central hasta el dos de marzo de 2031 al amparo del Real Decreto para la Gestión Responsable y Segura del Combustible Nuclear Gastado y los Residuos Radiactivos, aprobado el 21 de febrero de 2014. Ese RD permite, una vez decretado el cese de la explotación, obtener una nueva autorización. La puesta en marcha de la central nuclear para este nuevo periodo solo puede suceder tras la preceptiva autorización otorgada por el regulador nuclear, el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN). El CSN no determina si una central nuclear debe o no debe funcionar; determina si es o no seguro ese funcionamiento.
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