La ofensiva metanera se recrudece por momentos y, si el viernes pasado, Bruselas era el escenario elegido por el Cártel del Gas para transmitirle al Parlamento Europeo muy claramente, y muy de cerca, su mensaje, esta semana es la consultora multinacional Capgemini la que recoge el testigo para agitar -con las energías renovables entre ceja y ceja- todos los fantasmas imaginables. Para empezar: "la rápida expansión de las energías renovables -dice Capgemini- ha creado mucha perturbación en los mercados europeos del gas y la electricidad. Esta inestable situación –concluye la consultora multinacional- supone una amenaza potencial para la futura seguridad del abastecimiento energético de la región, tanto a corto como a largo plazo".
Hay que quemar mucho gas para rentabilizar una térmica
Más allá de la opinión de Capgemini –que agita en su informe el fantasma de la inseguridad (el miedo), siempre útil-, el escenario es, según los datos que maneja la consultora, el siguiente: en 2012, en Europa, el consumo de electricidad disminuyó un exiguo 0,2% sobre el año anterior; y un 1,2% en el primer semestre de 2013, en comparación con el mismo periodo de 2012. Además, en países con alta penetración de energías limpias -continúa Capgemini-, la participación del gas en la generación de electricidad se ha reducido significativamente: en España, los ciclos combinados han estado funcionando a una media del 11% de su capacidad durante el primer semestre de 2013; en Alemania, a menos del 21%, en 2012. Y, ojo al dato, porque, según Capgemini, la Agencia Internacional de la Energía estima que las plantas de gas requieren una tasa de utilización del 57% para ser rentables.
Caída de un 30% del precio del carbón
La caída de la demanda de electricidad, pues, combinada con la prioridad de acceso a red que tienen las energías renovables, está expulsando de la cesta eléctrica europea al gas (las renovables tienen prioridad por su condición de no emisoras de CO2, que es el gas desencadenante de cambio climático). Pero, además, hay un tercer factor, que también está rebajando el peso del gas en el mix eléctrico continental: el carbón barato que llega de América. Y es que la caída del precio del gas en los Estados Unidos (por el incremento allí de las extracciones de gas pizarra) ha desplazado al carbón del mix eléctrico estadounidense. Y los carboneros de aquel continente han viajado al Viejo Mundo a buscarle salida a su mercancía: "esto ha hecho -dice Capgemini- que los precios del carbón en la región hayan llegado a caer en un 30% entre enero de 2012 y junio de 2013"
¿Conclusión?
En Europa –sostiene la consultora- se está registrando un incremento de las tasas de utilización de las plantas de carbón en detrimento, otra vez, de las plantas de gas. El motivo es muy concreto: a las eléctricas les sale más rentable quemar carbón para generar kilovatios que quemar gas natural (más allá de la coyuntura, es preciso apuntar, además, que, en los últimos diez años, el precio del gas se ha incrementado en casi un 300%). Así las cosas, Capgemini cita en su Observatorio "un estudio reciente realizado por IHS" según el cual "alrededor de 130.000 MW de plantas de gas en Europa (en torno al 60% de la generación total de gas en la región) no están recuperando actualmente sus costes fijos y se encuentran en riesgo de cierre para el año 2016". Hasta aquí, más o menos, los datos fríos. A partir de aquí, la opinión de Capgemini.
Tres causas, tres
Según la consultora multinacional, tres serían las causas principales de lo que denomina la “inestabilidad” en los mercados del gas y la electricidad. En román paladino, tres serían los motivos que están dejando fuera de juego al gas. Esos factores son, según Cap, la crisis económica global; el desarrollo del gas no convencional en Estados Unidos; y el Paquete de Medidas Clima-Energía de la Unión Europea (o sea, las renovables). Y es aquí, en este último factor, donde Capgemini patina hacia el ridículo. Según su Observatorio, las energías limpias están echando del mix eléctrico al gas porque, además de gozar de bajos costes operativos (el viento y el sol son gratuitos), sus “costes de inversión” –dice- están “subsidiados”, afirmación sorprendente (pero, sobre todo, mentira) que recoge uno de los tópicos señeros del imaginario colectivo, pero que no debería colarse en un informe que pretende presentarse como serio.
Es más...
Se da la circunstancia de que, en el caso español –y España es uno de los dos gallitos de la Unión Europea (UE) en materia de renovables, primera potencia de la Unión en termosolar, segunda en eólica y tercera en solar fotovoltaica-… en el caso español, decíamos, las inversiones que están subsidiadas son, precisamente, las que hacen las compañías de gas en sus centrales térmicas. Más aún, el subsidio en cuestión se llama precisamente así: “incentivo a la inversión”. La Comisión Nacional de Energía define a este como "un incentivo de largo plazo destinado a promover la construcción y puesta en servicio efectiva de nuevas instalaciones de generación" y las instalaciones que perciben ese incentivo desde hace años, y que van a continuar percibiéndolo durante las dos próximas décadas, según especificara hace unas semanas el mismísimo secretario de estado de Energía, Alberto Nadal, son precisamente las centrales térmicas de ciclo combinado que queman gas.
Lo que les pagamos a las multinacionales
Ese “incentivo a la inversión”, que asciende ahora a 10.000 euros por megavatio y año durante veinte años, ha servido para que Iberdrola, Endesa (grupo Enel) y Gas Natural Fenosa –empresas cuyos consejeros delegados por cierto estuvieran en Bruselas el pasado viernes- hayan podido costear a precios casi irrisorios una gran parte de su parque térmico actual. Un ejemplo. El presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, y el presidente de Endesa, Borja Prado, inauguraron el 30 de marzo de 2011 la central de ciclo combinado Besòs 5, que, según Endesa, "tiene una potencia de 859 MW y ha supuesto una inversión de 436 millones de euros". Pues bien, si multiplicamos 859 MW por 10.000 euros y por veinte años, que esa es la cuantía del “incentivo a la inversión” establecido para el gas por el gobierno, la cantidad obtenida supera los 170 millones de euros, es decir, que aproximadamente el 40% de la inversión que declara Endesa ha salido o saldrá del bolsillo de los consumidores (o no ha salido de los bolsillos de los accionistas de Endesa, como el lector quiera).
¿Conclusión?
Los consumidores españoles –ese incentivo sale de la factura- están pagándole a Endesa y compañía (Iberdrola, Gas Natural Fenosa...) el 40% de lo que cuestan sus instalaciones. Estamos pues pagándole multimillonarias inversiones a empresas públicas italianas (Enel-Endesa), a multinacionales cataríes (el principal accionista de Iberdrola es el fondo soberano de Catar) y a compañías participadas por el gobierno de Argelia (como Gas Natural Fenosa). Por el contrario, y en las antípodas de lo que sostiene Capgemini, los costes de inversión de las instalaciones renovables no han sido subsidiados. Antes al contrario, ha sido la iniciativa privada la que ha costeado el cien por cien de esas instalaciones. ¿Cuál es la diferencia entre unos y otros? Pues que el Cártel del Gas –ese que ha recibido y recibe subsidios elevadísimos a la inversión , hasta el 40% del coste total- está integrado por multinacionales poderosísimas –con más de 250 millones de clientes en Europa-, mientras que el sector fotovoltaico por ejemplo está mucho más atomizado, o democratizado.
La ecuación 5-55.000
A escala nacional, en España, la ecuación se resume en estos términos: 5-55.000. A saber: por una parte, cinco mega multinacionales (las integradas en la gran patronal eléctrica) controlan –el dato es de la Asociación de Productores de Energías Renovables- el 95% de la generación en régimen ordinario, el 99,7% de la distribución y el 79,5% de la comercialización de electricidad. Entre tanto, por otra parte, y enfrente, se perfilan 55.000 familias, que invirtieron a lo largo de los últimos años en pequeñas huertas solares y que se han convertido en una china en el zapato –en la bota- de Goliath. 55.000 pequeños inversores que no recibieron, por muy mucho que se empeñe el Observatorio de Capgemini, subsidio alguno a la hora de invertir.
Salvemos las térmicas de gas
Pero, aparte de esas mentiras, y de lo que Capgemini considera las “causas” de la inestabilidad –aparte de señalar los motivos por los que el gas se está quedando fuera de juego-, el informe de la multinacional de la consultoría señala las “consecuencias”. Y, ahí, el primer fantasma en ser agitado es –vuelve a ser- el de la inseguridad. El Observatorio explica, por una parte, que las eléctricas ya han cerrado muchas centrales de gas –el Cártel cuantificaba el viernes pasado en Bruselas en 50.000 MW los clausurados en los últimos años- y, por otra parte, el informe eleva a continuación la voz de alarma al referirse a otros “130.000 MW de plantas de gas en Europa (en torno al 60% de la generación total de gas en la región)”. Capgemini dice que “no están recuperando actualmente sus costes fijos” y que se encuentran “en riesgo de cierre para el año 2016”. ¿Y cuál es la respuesta de Cap a ese problema, problema que en realidad es de los señores del gas? “Salvemos a las centrales térmicas de gas”.
Más sucio y más caro
La clave de todo radica en el doble lastre del gas: el gas es más sucio que las energías renovables –que no emiten CO2- y por eso no tiene prioridad de acceso a la red, y es más caro que el carbón, y por eso pierde en la carrera de la competitividad. O sea, que se está quedando a medio camino, como la mediocridad, de todas las metas. La consultora, en todo caso, lo tiene claro… Como si de ballenas se tratara… entona sin tapujos en su Observatorio el salvemos las térmicas de gas: “estas plantas, esenciales para salvaguardar la seguridad del suministro en las horas punta –dice el Observatorio-, están siendo reemplazadas por instalaciones de energías renovables volátiles e impredecibles que cuentan con importantes subsidios”. O sea, amasijo de medias verdades, tópicos, lugares comunes y profecías de gurú. Para empezar, ya han cerrado 50.000 MW –el dato es del Cártel del Gas- y el sistema no ha padecido problemas de suministro. Mucho más aún: en España, los ciclos combinados han operado al 11% durante todo un semestre y el sistema no ha colapsado.
El ahorro es el horizonte
Además, el horizonte del ahorro, establecido por el Parlamento Europeo en el famoso Paquete del 20/20/20 (20% de cuota renovable en el mix eléctrico continental a alcanzar de aquí al año 2020; más 20% de incremento de la eficiencia, ergo ahorro; más 20% de reducción de emisiones de CO2) no hace presagiar nada bueno al Cártel del Gas, que cometió errores estratégicos varios en el pasado reciente y que ahora quiere que, entre todos, paguemos sus patinazos y agujeros, errores enormes derivados de inversiones formidables que no están amortizando porque no están vendiendo tantos kilovatios como esperaban (no están vendiendo, entre otras cosas, porque el precio de su combustible –el gas- se ha disparado en casi un 300% en los últimos diez años). En definitiva, en Bruselas, los señores del gas han enunciado –lo hicieron el pasado viernes- exactamente los mismos argumentos que lleva años enunciando Unesa en España, los mismos que recoge Capgemini en su Observatorio: los errores los cometen los señores del gas, los pagamos entre todos y la culpa la tienen las energías renovables.
La discutible competitividad
La segunda gran consecuencia de la “inestabilidad” del mercado eléctrico que cita la consultora en su informe es también un fantasma: “a largo plazo, las utilities necesitan hacer importantes inversiones en infraestructura en varias áreas con el fin de garantizar la seguridad del suministro de la región sin dejar de ser competitivas”. Llegados aquí, el lector podría preguntarse: “¿competitivas? El gas está cerrando porque es más caro, o mucho más, que el carbón, y porque es más sucio, mucho más, que las renovables. ¿Dónde está pues su competitividad?” Sea como fuere, Capgemini dice que esas inversiones en infraestructura que habrán de hacer las utilities incluyen “la construcción de nuevas redes de transmisión eléctrica en particular, para poner en práctica las políticas de transición energética (…). Estas inversiones se estiman por encima de un billón de euros de aquí al 2020. Sin embargo –opina Cap-, en este mercado tan incierto y dentro del marco regulador –con las utilities afrontando una situación de deterioro financiero- el Observatorio teme que estas inversiones críticas no se sucedan al ritmo adecuado”.
¿Solución Capgemini?
“Establecer un ritmo de crecimiento más razonable en la capacidad de energías renovables, y es crucial limitar el aumento de los subsidios relacionados” (¿consultora o think tank del Cártel del Gas). En 2012, y según recordaba recientemente –el pasado mes de mayo- el presidente de la Asociación Europea de la Energía Eólica, Thomas Becker, "la UE ha pagado 406.000 millones de euros en concepto de importaciones de petróleo y gas (más de 1.100 millones cada día), factura que ha crecido 200.000 millones de euros en estos últimos tres años". Las opciones son dos: limitar el crecimiento de esa deuda, que alimenta por cierto regímenes más que discutibles (emiratos, por ejemplo), o limitar el crecimiento de las energías renovables, que son las únicas energías autóctonas, las únicas capaces de combatir contra el cambio climático, las únicas que están demostrando todos los días que son cada vez más democráticas, y las únicas que están demostrando todos los días que son cada vez más baratas: mientras que el gas ha incrementado su precio –cabe insistir- un 300% en los últimos años, la fotovoltaica, por ejemplo, ha rebajado sus costes en un 80% en el último quinquenio. [Imagen: eurotrib.com].
DESPUES DE LEER ESTAS FALSEDADES DEL BIEN LLAMADO CARTEL DE LAS ELECTRICAS MULTINACIONALES NO PUEDO MAS QUE DECIR QUE SI QUIEREN GUERRA HAY MAS QUE ARGUMENTOS PARA HACER QUE SE TRAGUEN SUS MIRDAS JUNTO CON SUS CENTRALES DE GAS,HAY QUE DARLES EN LA MEDULA QUE ES DEMOSTRAR SIN RODEOS LA PRIORIDAD DE LA GENTE QUE VOTAN A LOS POLITICOS ALGO ASI COMO HACE LA IGLESIA PARA PERCIBIR EL DINERAL QUE RECAUDA TODOS LOS AÑOS CON LAS AMENAZAS DE DECIRLES A LOS FELIGRESES QUE VOTEN A TAL O A CUAL SI NO SELES FINANCIAN SUS SERVICIOS ,QUE PARA EL CASO ES LO MISMO LAS DOS MAFIAS RECURREN AL CHANTAGE Y LA COMPRA DE POLITICOS PARA SUS PRPOSITOS Y CLARO COMO NO SON ELLOS LOS QUE PAGAN LAS FACTURAS SE REPARTEN EL PASTEL ,OSEA QUE LA FACTURA ES CADA VEZ MAYOR PARA EL MISMO ,EL POBRE PUEBLO QUE CON SUS VOTOS PONE AL PODER A RASTREROS Y CUATREROS QUE DESPUES DE TERMINAR SUS CHANCHULLOS EN POLITICA TIENEN UN PUESTO ASEGURADO EN EL CIELO Y OTRO EN LA EJECUTIVA DEL CARTEL