El "reto civilizatorio" al que nos enfrentamos -señala Ecologistas- no queda recogido en la Ley, que resulta insuficiente en cuanto a sus objetivos y falta "de medidas clave en sectores como el transporte, la agricultura o la industria". Es la lectura de la confederación ecologista, que en todo caso quiere ver también una ventana de oportunidad abierta: "el desarrollo de las piezas legislativas que emanan de la ley es una oportunidad para alcanzar un mayor compromiso climático, mientras que la revisión al alza de los objetivos hasta ser suficientes debería comenzar ya para prevenir las peores consecuencias del cambio climático".
La Ley de Cambio Climático, cuya tramitación enfila ya su recta final, y que pasa por ser una de las más importantes que ha de ver esta legislatura, fija una serie de "objetivos mínimos nacionales para el año 2030". Son, fundamentalmente, cuatro:
(1) reducir en el año 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de la economía española en, al menos, un 23% respecto del año 1990;
(2) alcanzar en el año 2030 una penetración de energías de origen renovable en el consumo de energía final de, al menos, un 42%;
(3) alcanzar en el año 2030 una sistema eléctrico con, al menos, un 74% de generación a partir de energías de origen renovable; y
(4) mejorar la eficiencia energética disminuyendo el consumo de energía primaria en, al menos, un 39,5%, con respecto a la línea de base conforme a normativa comunitaria.
En la reunión de ayer, última de la fase Congreso (previa al Senado), se ha aprobado una enmienda transaccional, relativa a la revisión de esos objetivos en el año 2023. Según ha explicado en el Congreso Juantxo López de Uralde, el presidente de la Comisión de Transición Ecológica (que ha sido la encargada de redactar el texto), "lo que hemos hecho ha sido comprometer la revisión de los objetivos de la Ley en el año 2023. Creemos que esta es una buena noticia, porque de alguna manera cierra el debate sobre la ambición. Echamos a andar con la Ley, y esos objetivos se revisarán ese año y se revisarán al alza".
Más allá de la futurible revisión al alza, Ecologistas en Acción se queja de que, "en 2030 [año horizonte de la Ley] seguirán siendo necesarios más de dos planetas para abastecer la demanda energética". Para esta oenegé ecologista, la falta de ambición climática que ha demostrado el Congreso convierte esta Ley en "una oportunidad perdida" para el impulso de "un cambio de escala de lo global a lo local", que permitiría reducir de manera importante los impactos climáticos y sociales.
Las organizaciones ambientales (no solo Ecologistas) han reclamado a lo largo de estos meses un debate público sobre si esta normativa es suficiente para evitar un incremento de la temperatura global superior a 1,5 ºC y cumplir con ella el Acuerdo de París. "A la luz de las indicaciones científicas -sostiene Ecologistas- esto no es así: Naciones Unidas cuantificaban en un 7,6 % anual el descenso de las emisiones hasta 2030, lo que debería llevar a una reducción de al menos el 55 % de las emisiones, y no del 23 % que propone la ley".
Quejas por la opacidad
Ecologistas en Acción también se queja de la falta de acceso público a las negociaciones finales de las enmiendas de la Ley, lo que se traduce en que "las organizaciones sociales y la ciudadanía tengan poca capacidad de influir para la mejora de los textos". Además, la oenegé considera "muy preocupante" que los cambios de última hora puedan rebajar la ya insuficiente ambición del texto. "Esto ha quedado de manifiesto con la eliminación de la palabra aéreo del artículo 11 referido originalmente a medidas concretas sobre la aviación, que abre la posibilidad de seguir incluyendo como renovables en todo el transporte a biocombustibles y otros carburantes alternativos".
Según Ecologistas, no es admisible que se le dé el mismo tratamiento a los combustibles destinados al transporte aéreo que a los destinados al terrestre o marino. La oenegé considera que el transporte terrestre "se debe descarbonizar bajo los principios de reducción de la demanda y máxima eficiencia".
Hidrógeno
Un reciente estudio -explican desde esta oenegé- señala que para alimentar tan solo un 10% de los coches, las furgonetas y los camiones pequeños con hidrógeno, y otro 10% con e-diésel, en 2050 se necesitaría un 41% más de energías renovables que si estos fueran vehículos eléctricos con baterías. Más aún: "si la mitad de los camiones pesados funcionaran con hidrógeno y la otra mitad con e-diésel -añaden desde Ecologistas-, consumirían un 151% más de recursos renovables en 2050 que en el caso de los vehículos directamente electrificados". Por estos motivos, el uso de electrocombustibles debe estar muy restringido y en ningún caso dedicarse al transporte terrestre.
La organización ecologista también ve no obstante algunos aspectos positivos en el texto de la Ley: "tener una ley de cambio climático -reconoce- dará un mejor marco para el desarrollo de importantes sectores renovables con capacidad para sustituir a las fuentes energéticas fósiles". Además, Ecologistas considera "buenas noticias, que deberían ser aún más ambiciosas" (1) la prohibición de futuros proyectos de explotación de hidrocarburos o minerales radiactivos, (2) el impulso de las comunidades energéticas, (3) el establecimiento de objetivos de rehabilitación energética de edificios o (4) la obligatoriedad de adoptar en los municipios zonas de bajas emisiones.
Ecologistas en Acción: «Enfrentar la emergencia climática hace necesario un debate más profundo sobre el reto civilizatorio que supone y que no se ve recogido en la ley. Esta se centra más en los procesos de sustitución tecnológica que en afrontar que cualquier futuro viable pasa por comprender y asumir la necesidad de reducir aún más el consumo energético neto en los próximos años, y con ello la reestructuración de la sociedad en base a los límites territoriales y planetarios (...). El desarrollo de las piezas legislativas que emanan de la ley es una oportunidad para alcanzar un mayor compromiso climático, mientras que la revisión al alza de los objetivos hasta ser suficientes debería comenzar ya si se quieren prevenir las peores consecuencias del cambio climático»
La confederación cree así que son necesarios "instrumentos legislativos más detallados en materia de planificación vinculante y regulación". Y, en lo que se refiere a la transición energética, Ecologistas alerta: "mientras sigan siendo los grandes intereses empresariales los que determinen la ubicación, idoneidad o tamaño de los proyectos necesarios para abordar la transición energética, se seguirán agravando las tensiones territoriales, fragmentaciones e impactos en valiosos ecosistemas".