El programa de ayudas del Ente Vasco de la Energía (EVE) destinado a la renovación de vehículos duplica su dotación inicial para alcanzar un presupuesto final de diez millones de euros (10 M€). La medida -informa el Gobierno vasco- queda enmarcada en la estrategia de "reactivación económica para paliar las consecuencias de los efectos del Covid19". Según el Ejecutivo, el objetivo de la misma es "seguir profundizando en la mejora energética del sector transporte y el ahorro contemplados en la Estrategia Energética del Gobierno Vasco de la automoción tienen gran relevancia". La medida, además, se aplicará con carácter retroactivo desde el 30 de enero de 2020 y afectará a las operaciones realizadas en la primera convocatoria de Renove. El presupuesto total del Plan Renove se duplica y pasa de 5 a 10 M€. Los coches de gasolina y gasóleo que tengan calificación energética A y las "furgonetas de bajas emisiones de CO2" de gasolina y gasóleo pasan a percibir 2.000 euros (antes percibían 1.000). Pero el Ejecutivo vasco facilita la salida de vehículos de gasolina y diésel más aún: "además de vehículos nuevos -informa el EVE-, también se ayudará en las mismas condiciones a la compra de vehículos de kilómetro cero que cumplan con los siguientes requisitos: estar en situación de primera matriculación; ser propiedad de un concesionario de vehículos; no haber recibido ninguna subvención anteriormente; tener un número de kilómetros visible en el cuentakilómetros inferior a 100". Según el comunicado difundido por el Gobierno vasco, muchas de las "ventajas" que incorpora el nuevo Plan han sido "sugeridas por el propio sector".
También se aumentan las ayudas a los vehículos de gas (gas natural comprimido y gas licuado de petróleo) y a los híbridos no enchufables. Asimismo, se mantiene la mayor cuantía de las ayudas para los vehículos eléctricos, los híbridos enchufables y los de hidrógeno. Este programa finalizará al agotar el presupuesto o como fecha máxima el 31 de octubre de 2020.
Hace solo unas semanas, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) anunció que la Agencia Estatal de Meteorología (organismo público dependiente del Miteco) y el Instituto de Salud Carlos III van a elaborar un “estudio integrado” en el que ambas entidades “analizarán en profundidad y cuantificarán la influencia de determinadas variables meteorológicas, así como de la contaminación ambiental en la incidencia y propagación de la enfermedad Covid-19 provocada por el virus SARS-COV-2”. El objetivo último de esa colaboración es “desarrollar un sistema de vigilancia epidemiológica a nivel estatal basado en la alerta temprana y en la monitorización de dichos factores ambientales”.
La iniciativa sigue la estela de un estudio llevado a cabo por expertos del Departamento de Bioestadística de la Universidad de Harvad (Boston, Estados Unidos), que acaba de ser publicado y que sostiene que un pequeño aumento en la exposición prolongada a partículas en suspensión de 2,5 micras (PM2,5) puede incrementar hasta 20 veces la tasa de mortalidad por Covid-19.
La Universidad Martin-Luther King, de Halle (Alemania), publicaba otro estudio hace unos días que insiste en la misma idea. Su autor es Yaron Ogen, del Departamento de Monitorización Remota y Cartografía del Instituto de Geociencias y Geografía de la Universidad susodicha. El estudio analiza por una parte las emisiones de dióxido de nitrógeno (NO2) en determinados territorios (66 regiones europeas), y aborda por otra el análisis de las 4.443 muertes por Covid-19 registradas en ellos.
¿Resultado? 3.487 de las mismas (el 78% del total) ha tenido lugar en cinco regiones, situadas concretamente en el norte de Italia y en la España central (in north Italy and central Spain).
Pues bien, las mismas cinco regiones -señala el estudio- muestran las más elevadas concentraciones de NO2 de todas las regiones estudiadas, combinadas además con flujos de aire poco eficientes en la dispersión de la contaminación. “Estos resultados -sostiene el investigador- indican que la exposición a largo plazo a este agente contaminante puede ser uno de los más importantes contribuyentes de la mortalidad causada por el virus Covid-19 en estas regiones y quizá en todo el mundo”.
Tanto las partículas como el NO2 son fruto de la combustión de diésel en los motores de los automóviles. Según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográficos, "en ambiente urbano, generalmente más del 75% del NO2 en aire ambiente es aportado por el tráfico rodado".
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