Los presidentes de Aragón, Javier Lambán (PSOE); Asturias, Javier Fernández (PSOE); y Castilla y León, Juan Vicente Herrera (PP), firmaron el pasado 18 de febrero una Declaración conjunta –Pacto de Estado por la Energía- en la que señalan que mantener la producción de electricidad con carbón es “de interés estratégico para España”.
El Pacto PP-PSOE, que fue suscrito en la ciudad de León, no solo considera “imprescindible" (dice exactamente eso: “imprescindible”) que las centrales térmicas de carbón continúen operativas, sino que, además, reivindica “un escenario de estabilidad a largo plazo de contratos de suministro entre empresas eléctricas y mineras”.
Los tres barones consideran "deseable y razonable" mantener operativas las centrales susodichas "al menos hasta el año 2030”. Eso sí, para ello, los firmantes sostienen que es “fundamental" (así lo han dejado escrito en su Pacto: “fundamental”) el mantenimiento de los pagos por capacidad a las centrales de carbón hasta ese año: 2030.
Esos pagos -que no son sino subvenciones encubiertas para el carbón- han hinchado la factura eléctrica, solo entre los años 2010 y 2015, en 3.000 millones de euros. En 2010, y según consta en el registro de la Seguridad Social, había 6.778 mineros del carbón en España (afiliados medios en alta); en 2015, quedaban 3.797 (o sea, tres mil menos).
En resumen: tres mil millones de euros en subvenciones durante un quinquenio; traducidos en tres mil mineros menos en activo. ¿Un millón por cada minero?
El Comité de los Derechos de los Niños de la ONU ha publicado -lo hizo hace apenas unos días también- un informe en el que “recomienda al Estado español que lleve a cabo una evaluación de los impactos de la contaminación atmosférica generada por las centrales térmicas de carbón en la salud de los niños y adolescentes".
El informe llega tras la revisión del estudio «Un oscuro panorama», que relaciona las emisiones de las centrales de carbón españolas "con 10.521 casos de asma y 1.233 casos de bronquitis en un año en la población infantil".
El estudio en cuestión ha sido elaborado por el Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente, que es una asociación declarada de utilidad pública por el Ministerio del Interior y acreditada ante la Asamblea de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Los combustibles fósiles son los promotores primeros del cambio climático, ese que está desequilibrándolo todo (incluida, lógicamente, la salud de las personas). El carbón, el petróleo y el gas natural son, en fin, el problema. Y las fuentes de energía renovable son la solución, porque generan electricidad sin producir malos humos.
La transición energética ya está en marcha. En todo el mundo y también, contra viento y marea, en España. Porque tecnologías renovables como la eólica o la fotovoltaica ya han alcanzado su plena madurez y hoy son más baratas que la nuclear o el gas natural, y porque otras, como la termosolar, avanzan sin pausa en la misma dirección.
El viento ha sido la primera fuente de electricidad en España en los tres últimos meses (invierno). Y el Sol lo será en el futuro –aquí- durante todos y cada uno de nuestros estíos. Sin duda.
Por primera vez en la historia, la eólica, la solar y la biomasa generaron el año pasado en la Unión Europea de los 28 más electricidad que el carbón, cuando, hace solo cinco años, el negro mineral producía en el Viejo Continente el doble de electricidad que las renovables.
El Parlamento Europeo ha fijado un Objetivo Renovable 2030 del 35% (o sea, que quiere que el 35% de la energía que consuma ese año la Unión sea de origen renovable). La ciudadanía de la UE –el Parlamento es el único órgano de la Unión elegido por sufragio directo- se ha pronunciado allí explícita: quiere energías limpias.
Y lo está demostrando, exigiendo a sus representantes que pronuncien el discurso renovable alto y claro, y promoviendo ella misma instalaciones limpias. En la última subasta de potencia eólica de Alemania, uno de cada cuatro parques adjudicados está siendo desarrollado por comunidades de propietarios. Más aún: aquí, en España, el primer aerogenerador de propiedad compartida está a punto de echar a volar. Es, en fin, el curso de la historia, esa que busca la salida del hoyo (la mina), esa que busca el camino al aire libre.
Hasta el mes que viene.
Antonio Barrero
abarrero@energias-renovables.com