Los resultados de la aportación de la biomasa (biogás y biomasa solida) al mix energético renovable difieren notablemente entre el sector eléctrico, donde cubren poco más del 1,5% de la demanda, y el térmico, donde acapara el 91,88% del consumo de energía final. Sin embargo, los 1.036 MW eléctricos de potencia instalada tienen una mayor repercusión en el PIB (quince veces más) y el empleo (diez veces más) que los 7.275 MW térmicos estimados por el Observatorio Nacional de las Calderas de Biomasa de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom).
Hay que tener en cuenta que la producción y distribución de la energía eléctrica es uno de los principales sectores productivos de la economía española en términos de su contribución al PIB. En el informe de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) de 2015 se reconoce que la subida en la contribución al PIB de la biomasa eléctrica (un 13,5% con respecto a 2014) se debe “al aumento de la retribución liquidada en 2015 con respecto al año anterior, derivado fundamentalmente de los elevados precios del mercado eléctrico”. El empleo también subió en el apartado eléctrico, de 27.422 a 31.438 empleados (16.895 directos y 14.453 indirectos), y se recupera muy levemente del grave descenso de 2014, cuando perdió más de 13.000 puestos de trabajo.
Crecimiento a pesar de las limitaciones a la producción y el autoconsumo
El informe de APPA recuerda que en 2015 el sector volvió a sufrir la limitación de producir un máximo de 6.500 horas al año, a efectos de percepción de la retribución a la operación. Añaden que “las plantas están dimensionadas para producir hasta 8.000 horas al año, al igual que las cogeneraciones, las cuales sí que fueron eximidas en su día de esta limitación a la producción, precisamente por su componente industrial”.
Este tipo de medias legislativas afectan igualmente al biogás agroindustrial, casi testimonial en España. La mayor parte la aporta el derivado de vertederos y depuradoras. Además, “el cierre de la práctica totalidad de las instalaciones de valorización de purines en 2014 tras la reforma del sector eléctrico tampoco ha propiciado el aprovechamiento de estos residuos para generar biometano”, apuntan en el informe.
Por último, sin salir del plano eléctrico, se asegura que “el Real Decreto 900/2015, por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas de las modalidades de suministro de energía eléctrica con autoconsumo y de producción con autoconsumo, ha dificultado el desarrollo de las instalaciones de pequeña potencia de biomasa, así como de producción de biogás en España”.
Biomasa térmica: tres años subiendo en empleos
Aunque estas normativas no afectan al sector térmico, la bajada del precio del petróleo hacía presagiar peores números para la biomasa por su relación directa con la generación de calor. Su contribución al PIB en 2015 fue de 82,49 millones de euros, con un aumento del 3,9% con respecto al año anterior. De esa cifra, 53,07 millones corresponden al impacto directo y los restantes 29,42 al impacto inducido, que se corresponden con la recogida, procesado y movilización de las biomasas.
También hay buenos datos para la generación de empleo, al subir hasta los 3.020 puestos de trabajo (1.954 directos y 1.066 indirectos), recordando APPA que es el tercer año consecutivo que registra un aumento. Este incremento supone aproximadamente un 4% más respecto al generado en el año anterior “debido principalmente al incremento de la contribución de este sector al PIB en 2015”, resalta el informe.
No obstante, el año pasado otro informe, el realizado por Analistas Financieros Internacionales para la Plataforma Tecnológica Española de la Biomasa (Bioplat), otorgaba muchos más empleos a la biomasa térmica (11.703) que a la eléctrica (2.907), demostrando una vez más el baile de cifras en el número de trabajadores y trabajadoras según el origen de las mismas.