Dos plantas gemelas en Portugal de quince megavatios de potencia instalada, una en Viseu y otra en Fundão, forman parte del parque de centrales que como operador tiene en cartera Gestamp Biomass, además de la de Garray, también de quince megavatios, en Soria. Las dos entraron en funcionamiento este verano, utilizan astillas y residuos forestales como biocombustible y proceden de una subasta de potencia renovable que tuvo lugar en 2007, pero no se resolvió hasta casi diez años después.
Esta empresa española es una división de ACEK Renewables, y no solo es promotora de plantas, sino también se dedica a su desarrollo, construcción y operación. Esta diversificación, especialmente en el campo del desarrollo tecnológico, le han permitido estar también dentro de una subasta de renovable que en principio perdió, la primera que tuvo lugar en España, en 2016.
Entonces se adjudicaron doscientos megavatios de potencia, que se repartieron Forestalia (cien), Ence (cincuenta) y Greenalia (cincuenta). Posteriormente Forestalia vendió cincuenta a Ence. Gestamp se quedó fuera con Garray, pero también con otras opciones que llevaba añas barajando y que querían convertir una antigua fábrica papelera Rottneros en Miranda de Ebro, Burgos) y una cementera (Holcim en Torredonjimeno, Jaén) en plantas de biomasa.
Apuesta por plantas de pequeña potencia como operador
Sin embargo, su papel como tecnólogo hace que esté presente en dos de las plantas asociadas a la subasta de 2016, las de Ence en Huelva y Puertollano (Ciudad Real). En concreto, participan en el diseño y el montaje de las calderas de ciclos de alta eficiencia en ambas instalaciones, que tienen previsto que entren en funcionamiento completo durante el próximo mes de diciembre.
En su día, la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA Biomasa) criticó que el sistema seguido en la subasta, sin primas a la inversión, era “especialmente excluyente para las pequeñas cogeneraciones con biomasa en industrias y las plantas pequeñas y medianas de biomasa”. En esta situación estarían las de Gestamp, que sigue apostando por este tipo de instalaciones como operador.
Curiosamente, la subasta en Portugal de 2007, que no se resolvió hasta 2016, cuando Gestamp logró los contratos para Viseu y Fundão, estuvo parada porque al principio se pensaba en pocas y grandes plantas, como en España, y luego se estableció que se construyeran siete de pequeña potencia.