“La CE puede modificar unos criterios de sostenibilidad de la biomasa que aún no se han puesto en marcha”. Así titulábamos en el número de febrero de 2021 de Energías Renovables un reportaje que hablaba de las nuevas exigencias de sostenibilidad que se preveían con la adaptación de la legislación europea sobre renovables y bosques a las ambiciones climáticas de la Unión Europea. Y llegó la modificación.
Por ejemplo, la nueva estrategia forestal europea presentada por la CE asegura que “a la luz de la evidencia científica reciente y la creciente ambición de la UE por el clima y la biodiversidad, existe la necesidad de fortalecer aún más las salvaguardias de sostenibilidad de la bioenergía basada en los bosques”. Añade que el creciente uso de biomasa leñosa para producir energía en la UE en las últimas dos décadas (veinte por ciento), puede verse afectado adicionalmente por el incremento de renovables para cumplir con esas ambiciones.
En la interrelación con otras propuestas de la CE, como la estrategia de biodiversidad o la nueva reforma de la directiva de renovables, recuerda que la primera ya afirmaba que “el uso de árboles enteros para la producción de energía, ya sea de la UE o importados, debería ser minimizado”. La propuesta de revisión de la directiva como parte del paquete Fit for 55 establece, además, ”salvaguardias concretas adicionales”.
Ni biomasa de bosques primarios y exigir criterios de sostenibilidad a instalaciones de 5 MW
En la estrategia forestal se explica que la nueva directiva “incluye criterios de sostenibilidad reforzados para la bioenergía, ampliando su ámbito de aplicación y las áreas prohibidas para el abastecimiento”. “Esto significa prohibir el abastecimiento de biomasa forestal de bosques primarios y limitarlo en bosques de alta biodiversidad para garantizar que no interfiera con los propósitos de protección de la naturaleza”, concretan.
En la directiva se propone que “para garantizar una mayor eficacia medioambiental de los criterios de sostenibilidad de la Unión y de ahorro de emisiones de efecto invernadero para los combustibles de biomasa sólida en instalaciones que producen calefacción, electricidad y refrigeración, el umbral mínimo para la aplicabilidad de dichos criterios debe reducirse de los 20 MW actuales a 5 MW”.
“Marco de sostenibilidad mal diseñado en forma y contenido”
Pero hay más, “la propuesta refuerza la implementación del principio de uso en cascada (pendiente de un acto delegado de la propia CE) como principal impulsor de cambios en las políticas de bioenergía, asegurando un acceso justo al mercado de materias primas de biomasa para el desarrollo de soluciones biológicas innovadoras de alto valor agregado y una bioeconomía circular sostenible”. Esto, en la práctica, significa que los usos energéticos estarán entre los últimos dentro de esa cascada.
Nada más conocer todo lo concerniente a la biomasa dentro del paquete Fit for 55, Bioenergy Europe emitió una nota de prensa lamentando que “el nuevo marco de sostenibilidad para la bioenergía esté mal diseñado en forma y contenido”. Y avisan: “contiene onerosas medidas retroactivas que serán especialmente punitivas para las pymes, que son los pilares de las economías locales en las zonas rurales; y podrían evitar la penetración de las energías renovables y mantener a la UE en una trayectoria de uso intensivo de combustibles fósiles”.
El sector de la bioenergía confía en que el Parlamento Europeo y el Consejo modifiquen la propuesta de la CE
Para Bioenergy Europe, revisar los criterios de sostenibilidad en un momento en el que la mayoría de los Estados miembros aún no ha completado la transposición de la anterior directiva, “abre la puerta a una situación de riesgo y volátil”. Añaden que “los cambios bruscos en las reglas crearán incertidumbres legales y tendrán repercusiones negativas en toda la cadena de valor de la bioenergía”.
Concluyen que los legisladores deberían evaluar cuidadosamente la complejidad de esa cadena de valor "y tener en cuenta el valor añadido reconocido para lograr los objetivos ambientales, sociales y económicos de la UE". "Confiamos en que el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea llevarán a cabo una evaluación cuidadosa de las propuestas, basada en un enfoque integrador, que en última instancia beneficiará a Europa en su conjunto”, finalizan.
Los ecologistas exigen aún mayores criterios de sostenibilidad
Por el contrario desde las ONG ecologistas exigen incrementar aún más esos criterios de sostenibilidad. La Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLife) pide “aumentar las garantías para la sostenibilidad de la energía procedente de la biomasa, sobre todo para no poner en peligro las funciones de las masas forestales como reservas para la biodiversidad y sumideros naturales de carbono”.
En referencia a la propuesta de nueva estrategia forestal, WWF Adena asegura que supone “un doble golpe para la biodiversidad dada la decisión de la CE de ponerse del lado del lobby de la industria de la biomasa y rechazar cualquier revisión significativa de las reglas sobre bioenergía en la directiva de energía renovable”.