Es uno de los eternos debates, no solo en las directivas, leyes y estrategias sobre energías renovables, sino también en las que atañen a la economía circular y a la bioeconomía. Cada sector quiere arrimar la biomasa a su producción para que no se vea monopolizada o privilegiada por un uso determinado. Ocurre con podas de olivos y con la biomasa forestal, por poner solo dos ejemplos.
El principio de cascada de estos usos privilegia a unos sobre otros, por ejemplo como abono o madera, y esto es lo que el Parlamente Europeo (PE) pretende entre las enmiendas aprobadas la pasada semana para conseguir una nueva directiva de energías renovables. En el portal Madera Sostenible reflejan la satisfacción entre las filas de la industria maderera y del mueble europeas por esta decisión.
Eliminar la distorsión de “subsidios, ayudas públicas, primas y subvenciones”
Por un lado, lanzan una indirecta al sector de la bioenergía al pedir “la creación de un campo de juego nivelado a través de la eliminación de las distorsiones del mercado impulsadas por subsidios, ayudas públicas, primas y subvenciones”. Y abogan por “el respeto de la jerarquía de residuos para obtener la máxima eficiencia de los recursos de madera y de los restos de madera”.
Por otro, se muestran más directos al afirmar que “esta decisión del PE allanará el camino para un uso más sostenible de la madera y los residuos de madera en Europa mediante la producción de productos de madera y muebles en primera instancia, y posteriormente su reutilización y reciclaje para dar a la madera una segunda vida. Al final del ciclo de vida pueden convertirse en una fuente de energía renovable”.
No quieren a la energía “al final del ciclo de vida” de la biomasa forestal
Eso de “al final del ciclo de vida” no gusta nada ni entre las filas de los productores de energía ni entre las de los propietarios forestales y agrícolas. Estos últimos, en una nota de prensa conjunta (Confederación Europea de Propietarios Forestales, COPA-Cogeca y European State Forest Association), esperan que la redacción final huya “de la jerarquía de los residuos por las distorsiones del mercado que podría dar lugar la introducción del principio de uso en cascada en la legislación”.
Este colectivo recibe con agrado la votación del PE en lo que hace referencia a a la sostenibilidad de la biomasa forestal, aunque “algunos requisitos deben ser refinados y simplificados”. También muestra satisfacción por incluir en el anexo de materias primas para la fabricación de biocarburantes avanzados productos derivados tanto de la explotación forestal como de la industria papelera.
No tocar el anexo IX
Pero el malestar comienza a aparecer cuando advierten que se quieren “eliminar las materias primas del anexo IX, ya que esto podría tener un impacto negativo en las inversiones a largo plazo en biocarburantes”. Se trata de aquellas materias primas cuya contribución a la consecución de los objetivos de renovables en el transporte contarían el doble, y que incluye residuos tanto forestales como agrícolas.
Por último, remarcan su oposición al uso en cascada porque “la Comisión Europea señala que el principio no es adecuado para la legislación de la UE y va en contra de los principios del mercado”. Y hacen una firme petición. “esta propuesta debería eliminarse durante los próximos pasos del proceso legislativo”.
Reducción del 70 por ciento de emisiones para las nuevas plantas de 20 megavatios
En España, una de las últimas reacciones a este final del proceso legislativo emprendido por el PE ha sido la de la Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom). En concreto defiende “la implantación de sistemas de control de la huella de carbono en las instalaciones de más de 20 megavatios, que representan el 75 por ciento del consumo de biomasa, tal y como contemplan los criterios de sostenibilidad”.
Avebiom aboga por fijar un porcentaje de reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero superior al 70 por ciento fijado inicialmente por el PE para las instalaciones que comiencen a funcionar a partir del 1 de enero de 2021. También propone “la implantación de una tasa específica a las emisiones de CO2, con el fin de contribuir de manera efectiva a paliar las causas que generan el efecto invernadero”.