Tres jornadas ha durado Green Gas Mobility Online Event, tres días a lo largo de los cuales han ido desfilando ante más de mil participantes, telemáticamente, numerosas y muy distintas experiencias relacionadas con el biogás, el biometano y el hidrógeno verde, gases todos de origen renovable que quieren formar parte de la solución de descarbonización del transporte, una solución que BP no ve inminente, ni mucho menos. Todo lo contrario. Según Anne-Sophie Corbeau, responsable del área de Análisis sobre Mercados de Gas en BP, que se ha remitido al último informe Energy Outlook presentado por la petrolera, "el uso de petróleo en el transporte alcanzará su punto máximo entre mediados y finales de esta década, debido a una sustitución progresiva de una combinación de electricidad, hidrógeno, gas y biocombustibles".
Más aún, aunque el petróleo podría ir perdiendo hueco a partir de 2025, BP aventura que no va a sucederle lo mismo al gás fósil (conocido como gas natural). Según Corbeau, las previsiones para este combustible fósil contenidas en el informe BP Energy Outlook 2020 son "más favorables, entre otras razones, debido a que al combinarse con la captura, almacenamiento y uso del carbono (CCUS) el gas se convierte en una fuente de energía con emisiones de carbono casi nulas".
Otro representante de la petrolera británica, Pablo Matas, director de Emisiones Netas Cero en Refino de BP, ha tratado en Green Gas Mobility la "captura, almacenamiento y utilización de CO2". Según Matas, BP está trabajando ya en la reducción de la intensidad de carbono de los productos que produce y comercializa, explorando (1) las interconexiones entre las nuevas energías de bajas emisiones (cajón de sastre en el que, aparte del biogás y el hidrógeno, ha incluido el gas fósil o natural) y (2) su conexión con la captura y almacenamiento y utilización de CO2 (CCUS) así como la electricidad renovable y los eco-combustibles".
Más allá del gas natural (o fósil) y la captura y almacenamiento de CO2 (ahora denominada por el sector oil & gas "captura, almacenamiento y utilización de CO2"), Green Gas Mobility ha servido también -informa Gasnam- para repasar los últimos proyectos de producción de hidrógeno y biogás a gran y pequeña escala.
Airproducts, representada por Carles Pallé, ha presentado la planta de producción de amoniaco verde a partir de hidrógeno que se construirá en Arabia Saudita, instalación que suministrará 650 toneladas diarias de hidrógeno verde para exportar a todo el mundo y que se espera comience a operar en 2025. Según Pallé, esta planta eliminará alrededor de tres millones de toneladas anuales de CO2, volumen de gases contaminantes equivalente al emitido por 700.000 coches.
Portugal
Diogo Almeida, representante de la petrolera portuguesa Galp, ha presentado el proyecto H2Sines, que promueve la creación de un mercado paneuropeo de hidrógeno verde que aproveche la infraestructura disponible y las condiciones endógenas. El proyecto en cuestión está siendo impulsado por la industria y los clústeres de I+D+I en Portugal y pretende alcanzar un gigavatio (mil megavatios) de capacidad de electrólisis para el año 2030.
En Green Gas Mobility también se han presentado diversas soluciones para la producción de biometano a pequeña escala, soluciones que han venido de la mano de AGF y de Calvera, que han señalado que, en ocasiones, la producción descentralizada de residuos requiere acercar los sistemas de tratamiento al lugar donde se generan y que la tecnología de miniplantas y gaseoducto virtual son soluciones técnicas que permiten aprovechar el potencial de estos residuos.
Historia del biogás en España
El director de Innovación y Nuevas Energías de Enagás, Jesús Gil, ha recordado a la audiencia que, desde el año 2011, se inyecta biogás en la red de gas natural en España, y ha explicado que, aunque los volúmenes son por ahora pequeños, la experiencia acumulada y el despliegue de la tecnología junto con la Hoja de Ruta del Ministerio de Transición Ecológica hacen posible su escalabilidad para avanzar en la descarbonización.
Varios expertos -informa Gasnam- han identificado como una de las principales barreras a las que se enfrenta el desarrollo de esta tecnología "la falta de una certificación de origen para el gas producido de forma sostenible sobre la que incentivar la producción y la demanda". La conclusión compartida a la que han llegado es que "contar con un certificado facilitaría a los productores conseguir financiación para crear instalaciones de gasificación y aumentaría la demanda de gas de origen verde, pues ofrecería una forma de reducir su huella de carbono a compañías de sectores como el transporte y la logística".
La última jornada de Green Gas Mobility ha sido inaugurada por la secretaria de Estado de Energía, Sara Aagesen. Aagesen ha señalado que los gases renovables van a jugar un papel esencial para la reducción de emisiones en los tipos de movilidad donde la electrificación no es la respuesta, como es el caso del transporte de mercancías, el transporte pesado, marítimo y la aviación. Aagesen ha mencionado también los beneficios sociales que llevan consigo los gases "renovables" en la sociedad en términos de penetración de energías renovables, de gestión de la demanda, de reducción de la dependencia exterior, de refuerzo de la economía circular y también en términos de generación de empleo, de actividad económica y de cohesión territorial.
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