Ainia sabe de lo que habla cuando se refiere a potencialidades del biogás agroindustrial en España porque lleva al menos doce años estudiándolo, sobre todo con un proyecto pionero como fue Probiogás. En ese tiempo, España ha construido unas pocas decenas de plantas agroindustriales mientras países similares al nuestro en producción agraria, ganadera y alimentaria suman cientos e incluso miles. Es lo que se desprende del último informe estadístico de la Asociación Europea del Biogás.
Este miércoles de nuevo Ainia puso sobre la mesa esas potencialidades sin explotar. Lo hizo en la primera de las tres citas de un ciclo de seminarios digitales denominado Biorrefinerías. Valorización de subproductos orgánicos. Con el título de Plantas de biogás rentables. Del residuo a la energía renovable, se volvió a incidir en que “el sector tiene una tecnología madura y existe un alto potencial de residuos y subproductos orgánicos por aprovechar”, pero “es necesaria la implementación de modelos rentables”.
Modelos rentables, pero también planes, normas y hojas de ruta a aplicar y apoyo a recibir
Aparte, Francisco Repullo, presidente de la Asociación Española de Biogás (Aebig), y Marta Margarit, secretaria general de la Asociación Española del Gas (Sedigas), expusieron otras claves, como el desarrollo de planes y normativas estatales y la futura hoja de ruta del biogás. “Desvelaron cuál será el rol del biometano en el escenario futuro en lo referente a la importancia de las garantías de origen y su norma de calidad, así como las necesidades y el apoyo que necesita el sector del biogás-biometano”, explican desde Ainia.
Las claves de la rentabilidad de cada planta la desvelaron diferentes responsables de Ainia. Gracia Silvestre, jefa de proyecto en Biotecnología Ambiental, aseguró que “la principal clave del éxito de las plantas radica en conseguir la producción de biogás objetivo de diseño de nuestra instalación. La identificación de la mezcla de alimentación y las condiciones de operación óptimas durante la fase de concepción y diseño son claves para conseguir un proceso estable, y por lo tanto, garantizar la producción de biogás objetivo de diseño”.
“Definir bien las variables clave del proyecto”
Silvestre añadió que “el desarrollo y la validación de estrategias de operación en estado no estacionario, mediante ensayos piloto, son una garantía para reducir el impacto de la posible reducción de biogás sobre la rentabilidad de nuestro proyecto cuando tengan lugar episodios no estacionarios como fallo en el suministro de materias primas, fallos mecánicos, etcétera. Por este motivo, concluyó que “el conocimiento de nuestro proceso biológico es una clave esencial para el éxito de la rentabilidad de nuestra planta de biogás”.
Por su parte, Sara Tena, jefa de proyecto de Bioenergía, expuso los modelos de negocio según el uso energético del biogás, y adelantó que “diseñar un proceso de valorización de biogás adecuado es fundamental para la viabilidad de todo proyecto”. “Definir bien las variables clave del proyecto y anticipar posibles variaciones futuras para incluirlas en el diseño y en el estudio económico” también son importantes para Tena.