España ronda las cuatrocientas redes de calor abastecidas con biomasa y esto no para. Así lo han demostrado unos meses de julio y agosto con varias informaciones derivadas de nuevas instalaciones de este tipo o de antiguas que se amplían, como es el caso de la que abastece de energía térmica desde la Universidad de Valladolid a 27 edificios de la ciudad.
A comienzos de julio el Consejo de Gobierno de la Junta de Castilla y León autorizó la encomienda de gestión a la Sociedad Pública de Infraestructuras y Medio Ambiente de Castilla y León (Somacyl) para que suministre energía desde dicha red al Hospital Clínico Universitario de Valladolid, por un importe de 5.166.811 euros y doce años de vigencia.
Sin salir de Valladolid, a mediados de agosto el Ente Regional de la Energía de Castilla y León (EREN) anunciaba en Twitter el comienzo de la construcción de la red de calor con biomasa dentro del complejo de edificios de la Presidencia de la Junta.
Nueva red en Valladolid y una ampliada en Quintana de Raneros
Esta nueva red de calor contará con tres calderas de 450 kilovatios cada una que abastecerán de agua calienta y calefacción a ocho edificios a través de 350 metros de tuberías. Para ello quemarán una media de 190 toneladas de pélets de madera al año. La inversión ronda los 540.000 euros, la mida de los cuales proceden del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder).
Sobre dos ampliaciones van también las redes que afectan a León y Burgos. En el caso de la primera, Calor Erbi asegura que va a ejecutar la obra destinada a ampliar la ubicada en las instalaciones de la Asociación Protectora de Personas con Discapacidad Intelectual o del Desarrollo (Asprona) en Quintana de Raneros.
“El objetivo de esta propuesta –afirman desde Calor Erbi- consiste en la distribución homogénea del calor generado por este equipo (una caldera de 850 kW), con potencia suficiente para suplir otras calderas de pequeña envergadura ubicadas dentro de las inmediaciones. Para llevar a cabo este proyecto se utilizarán alrededor de mil metros lineales de tubería preaislada”.
Por fin se amplía la red de Villalonquéjar
Y en Burgos, en el polígono industrial de Villalonquéjar, han comenzado por fin las obras de ampliación de una red de calor que parten de un planta de trigeneración con biomasa. Si en abril anunciábamos las dificultades para que el Ayuntamiento de Burgos concediera los permisos para comenzar con las conducciones y conexiones necesarias, hace un par de semanas el Diario de Burgos informaba sobre el comienzo de las obras.
“Dos años después, y tras no pocos contratiempos, se puede decir que la obra, que ejecutará Veolia por casi 1,2 millones, ha arrancado”, explican en dicho medio de comunicación. Los tres kilómetros de tuberías llevarán la energía térmica a las tres empresas con las que ya se habían alcanzado acuerdos de suministro: Ubisa, Lennox y Edscha.
La más grande de Euskadi
Por último, el proyecto Replicate (acrónimo en inglés de Renaissance of places with innovative citizenship and technology), enmarcado dentro del programa Horizonte 2020 de la Unión Europea, tiene buena culpa de que el Ecobarrio de Txomin Enea de San Sebastián/Donostia cuente con una red de calor. Sus promotores afirman que es la más grande de Euskadi.
Gracias a esta iniciativa se ha puesto en marcha “el desarrollo de un modelo de ciudad inteligente en las áreas de eficiencia energética, movilidad sostenible y tecnologías de la información y la comunicación”. Así lo expresan desde el Ayuntamiento, que corrobora que “la inminente entrega de las primeras viviendas, que se llevará a cabo en octubre, conllevará la puesta en marcha del centro de producción de energía, un sistema de calefacción urbana que proporcionará calefacción y agua caliente a 1.500 viviendas”.
El sistema cuenta con dos calderas de biomasa de 1.400 kW que estiman que produzcan más del 85 por ciento del total de la energía térmica requerida. Apostillan que “la Tenencia de Alcaldía ha financiado la ejecución del edificio y las instalaciones térmicas del sistema por un importe de 2.886.541 euros, contando con una subvención de 726.464 euros a través del proyecto Replicate, en el que también intervienen las ciudades de Florencia (Italia) y Bristol (Reino Unido).