La estrategia presentada el pasado miércoles por Frans Timmermans, vicepresidente ejecutivo para el Pacto Verde Europeo de la Comisión Europea (CE), y Adina Vălean, comisaria de Transportes, no hace ninguna mención expresa a términos como carburantes sostenibles, biocarburantes, biometano o gases renovables. En ningún caso aparecen como tales entre las 82 iniciativas repartidas en diez ámbitos de acción clave (acciones emblemáticas), cada una de ellas con medidas concretas.
Todo lo contrario ocurre con la mención constante a la electricidad y el hidrógeno, algo que, de partida, ha molestado a la EBA. “A pesar de que la estrategia proclama abordar la descarbonización con neutralidad tecnológica, perfila claramente la electricidad y el hidrógeno como opción prioritaria para la descarbonización de la movilidad”, aseguran en un comunicado.
La EBA precisa que en 2018 solo el 33 por ciento de la electricidad en la Unión Europea (UE) procedía de energías renovables. “Si la fuente de energía para cargar los vehículos eléctricos no proviene de fuentes renovables, sus emisiones de CO2 serán mucho mayores”, añaden.
“Pasar por alto a los biocarburantes avanzados obstaculizará el desarrollo de combustibles renovables”
En el informe estadístico de Bioenergy Europe sobre el uso de biocarburantes en el transporte en la UE, se señalaba que la aportación de estos al consumo final de energía en el sector pasó de 14,8 toneladas equivalentes de petróleo (tep) en 2017 a 16,8 tep en 2018, mientras la electricidad se mantuvo en 5,5 tep.
En cuanto al hidrógeno, recuerda la EBA que “representa hoy, según la CE, una modesta fracción del mix de la energía mundial y de la UE, y todavía es ampliamente producido a partir de combustibles fósiles". Incide en que "está muy lejos de la realidad que la movilidad con electricidad verde e hidrógeno satisfaga los diferentes usos a un coste asequible y un nivel de servicio apropiado a largo plazo”, y temen que "apoyar tecnologías caras que no sean asequibles para muchos consumidores en el corto plazo provoque que no tengan el mismo acceso a una movilidad limpia".
Por el contrario, el comunicado sostiene que “pasar por alto el papel esencial de los biocarburantes avanzados en el camino a una rápida descarbonización obstaculizará el desarrollo de los combustibles renovables. Se pondrá en riesgo uno de los sectores que está ayudando a alcanzar la neutralidad climática en Europa en 2050. Además, añadirá una carga innecesaria a la futura disponibilidad de electricidad verde para descarbonizar la economía en la UE”.
“Mismo apoyo para todos los combustibles alternativos renovables”
La conclusión de la EBA es contundente: “la nueva estrategia no ayudará a la UE a aportar una descarbonización crítica del transporte”. Tiene claro que “en la ecuación de la movilidad limpia necesitan el mismo apoyo todos los combustibles alternativos renovables y sus correspondientes tecnologías e infraestructuras, para reducir drásticamente en un noventa por ciento las emisiones en 2050”.
Otras asociaciones vinculadas al mundo de los biocarburantes, como la del etanol europeo, ePure, prefiere leer “entre líneas”, según palabras de su secretario general, Emmanuel Desplechin, para sacar la conclusión de que “la estrategia mantiene que los combustibles sostenibles bajos en carbono deben desempeñar un papel vital en el transporte por carretera en Europa, y que la UE debe fomentar su despliegue rápido y a gran escala”.
Desplechin cuestiona, como la EBA, que la electricidad sea una alternativa limpia, rápida y asequible para consolidarse en los plazos que presenta la estrategia. Sí piensan que “la industria del etanol renovable de la UE debería incluirse en la cadena de valor de combustibles bajos en carbono propuesta por la Comisión, cubriendo el transporte por carretera, pero también el aéreo y marítimo”.
Que no colisione la estrategia con el Pacto Verde y la directiva de renovables
En el caso del biometano, la EBA también recuerda que ya se emplea en vehículos ligeros y pesados y “es una de las pocas opciones viables para descarbonizar las flotas marítimas”. Añade que en el transporte ferroviario, las locomotoras pueden sustituir la utilización del diesel por biometano comprimido o líquido que cumplen los estrictos criterios de la Directiva de Energías Renovables de la UE, asegurando que su producción es sostenible”.
Tanto la EBA como ePure consideran que la estrategia no debe entrar en contradicción ni conflicto con esta propia directiva ni con el Pacto Verde Europeo donde se expone de forma expresa la aportación que biocarburantes como el biometano o el bioetanol, entre otros, deben realizar para alcanzar los objetivos de descarbonización de la UE.
“Se ha de tener en cuenta todo el ciclo de vida de combustibles y vehículos”
Por último, el comunicado de la patronal europea del biogás subraya que “un análisis más riguroso y realmente relevante para la descarbonización del transporte debería considerar su huella de carbono a través de todo el ciclo de vida de los vehículos. Midiendo únicamente las emisiones en el tubo de escape pasamos por alto un amplio rango de emisiones que son igualmente contaminantes y peligrosas para el medio ambiente”.
De esta manera, concluyen que “los motores de combustión interna movidos con biometano tienen una huella de carbono de sus emisiones de gases de efecto invernadero, similares o incluso menores, que los vehículos movidos con electricidad verde”. Para ello pone ejemplos de hasta once estudios, como el del instituto de investigación IFP Energies Nouvelles en Francia, en el que los motores de vehículos ligeros y pesados impulsados por biometano ofrecen los mejores resultados en términos de emisiones de gases de efecto invernadero.