La principal fábrica de pélets de España, Arapellet, de Forestalia y con 140.000 toneladas anuales de capacidad, produjo 20.676 en su segundo año de funcionamiento. Forestalia también compró la antigua Ribpellet con la intención “de ampliar y optimizar la producción para alcanzar las 50.000 toneladas”. En la actualidad es de Cylpellet y aunque entre 2019 y 2020 llegó a las 33.000, en la última campaña se quedó en 9.175 toneladas. Y Biomasa Forestal, la máxima productora tradicionalmente, pasó de 56.000 a 30.640.
Estos son algunos detalles que se extraen de la publicación del Mapa de los biocombustibles sólidos 2021 por parte de la Asociación Española de la Biomasa (Avebiom). “Un invierno no muy frío y la acumulación de existencias pueden ser las causas de que en esta última temporada se hayan fabricado alrededor de 615.000 toneladas de pélets, casi cien mil menos que el año anterior”, apuntan desde Avebiom.
Estas cifras rompen los pronósticos que hacía la misma asociación a principios de 2019: “en 2020 saldrán 915.000 toneladas de noventa plantas con una capacidad de producción de 2.193.000 toneladas”. Aunque el mapa no refleja la capacidad total actual, está ligeramente por debajo de las 1.878.400 toneladas que reflejaba el Informe Pellets 2020 de Avebiom. “El mapa actualizado recoge un total de 75 plantas durante 2020-2021 en España, ocho menos que en el anterior inventario”, señalan en la actualidad.
Reducción de la demanda por la pandemia
Desde la Asociación Española de Empresas Productoras de Pellets de Madera (Apropellets) señalan a la pandemia originada por la covid-19 como principal responsable del retroceso. Fernando Hernández, su secretario técnico, explica que “hay una parte importante de la demanda que proviene del sector servicios (hoteles, hostales, casa rurales, instalaciones deportivas, colegios…) que fueron de los más afectados durante los confinamientos y otras menos estacionales (piscinas e instalaciones deportivas) se mantuvieron cerradas gran parte del año”.
Que Biomasa Forestal y Pellets Asturias hayan reducido sustancialmente sus producciones se debe también a su importante base exportadora. “La caída en alguno de los mayores productores también se vio afectada porque una parte importante de su producción iba a mercados exteriores como Reino Unido, y especialmente al sector servicios o industrial, afectados por la situación epidémica”, añade Hernández.
La demanda cayó mucho menos que la producción
Apropellets también asegura que la pandemia se sumó a la situación de un alto stock de producción de 2019 por haber sido un año con una climatología calurosa y baja demanda de calefacción. “La climatología de 2020 ha sido aun peor para esta demanda, con una caída en el ritmo de crecimiento de las instalaciones y equipos de peléts de madera”, asegura su secretario técnico. Avebiom ya destacó este freno en el crecimiento de unas instalaciones que tradicionalmente han mantenido vivo al sector.
Sin embargo, Fernando Hernández destaca que “la caída de la demanda que hemos estimado (consumo interno) durante 2020 no ha sido tan relevante (un siete por ciento aproximadamente)” y que “la producción nacional sigue viéndose también afectada por la entrada de producto portugués”. Según el mapa de Avebiom referido a Portugal, con solo 29 plantas, 46 menos que en España, la capacidad de producción es de 1.442.000 toneladas.
Hasta doce plantas en Portugal rozan o superan las 100.000 toneladas de capacidad, mientras en España solo Arapellet tiene esos números y siguen pendientes de construcción y puesta en marcha hasta tres fábricas que la Junta de Extremadura lleva anunciando desde hace cinco años. La gran mayoría de la producción portuguesa se deriva hacia grandes central de biomasa del Reino Unido, como Drax.
Menos IVA y más ayudas
Dentro de este mercado internacional Apropellets resalta que “competimos en peores condiciones que otros países (Portugal, Francia, Alemania, etcétera) en el que un IVA reducido y las ayudas existentes son un gran aliciente para el sector del pélet de madera y le colocan como con mayor capacidad de desplazamiento de tecnologías fósiles, como el gasóleo y el gas natural”.
En el caso de las ayudas en España, Hernández critica “la inclusión de ciertas exigencias, como la justificación de ahorros del ochenta por ciento de emisiones de gases de efecto invernadero que complican y desincentivan su solicitud, debido a la falta de protocolos claros para realizar estas justificaciones en equipos domésticos. Estamos estudiando soluciones que faciliten solicitar este tipo de ayudas; pero creemos que es algo que se debería haber estudiado previamente a la publicación de los requisitos de ayudas”.
Pronósticos de crecimiento
Pese a todo, y especialmente con un precio desbocado del combustible fósil que supone actualmente la mayor competencia a los biocombustibles sólidos, el sector confía en que el mercado del pélet de madera se recupere y crezca con respecto a años anteriores, “dado que es el calor renovable y sostenible más barato y un verdadero vector energético gestionable”.
Pronósticos derivados de otras fuentes insuflan también optimismo. El último informe del Wood Resources International señala que la necesidad de pélets de madera aumentará entre un treinta y un cuarenta por ciento en Europa hasta 2025, lo que equivale a entre ocho y diez millones de toneladas más con respecto a 2018. El informe advierte que dicho incremento podría cubrirse en parte con la importación desde Estados Unidos, pero asegura que "será necesario un aumento sustancial de la producción en Europa". Lo que no se precisa es en qué medida ese aumento llegará a España.
Otro aspecto positivo que resalta Avebiom es el incremento de la certificación de la producción: “el número de fábricas con producción certificada ENplus aumenta en dos y ya son 41 instalaciones las que cuentan con el sello de calidad, lo que representa el 87 por ciento de la producción de pélets en España”. Añaden que ninguna de las plantas que han cerrado estaba certificada y que la lista de los distribuidores certificados activos se amplía con ocho nuevas empresas y ya son 36 en todo el país.