Nada más comenzar el año, se convocaron las ayudas (diez millones de euros) a la inversión en tecnologías, transformación, comercialización y movilización de productos forestales para 2016 cofinanciadas por el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (Feader), entre las que cuenta también la bioenergía. Era la penúltima línea de ayudas aprobada en las que la biomasa es una de las beneficiadas. Las últimas las anunció la pasada semana el director general de Energía y Minas, Bernardo Tahoces, en la presentación del nuevo Plan de Vivienda Eficiente de la Consellería de Economía, Empleo e Industria para el año 2016.
Según el comunicado de prensa de la Xunta, el plan destinará tres millones de euros a la implantación de calderas de biomasa en el medio rural gallego. Añaden con esta partida presupuestaria pretenden instalar unos mil equipos en el marco de la Estrategia Integral de Impulso de la Biomasa en Galicia que “contempla en este 2016 otros 5,5 millones para el fomento de este combustible (biomasa) en las empresas y en la propia Administración. La subvención para la implantación de estos equipos asciende hasta el 50% del coste del proyecto”.
Pasar de la F a la A en la certificación energética de edificios gracias a la biomasa
Bernardo Tahoces se centró principalmente en el Plan de Vivienda Eficiente , el cual abarca dos campos de actuación: impulsar construcciones más eficientes, con el objetivo de mejorar los aislamientos y disminuir el gasto para calentar una vivienda; y promover el empleo de fuentes renovables, especialmente biomasa y geotermia, que pueden representar ahorros de hasta el 70% en el consumo energético con respecto a un equipo de gasóleo.
La Xunta calcula que el nuevo plan llegará a 3.500 hogares. “El desarrollo de todas las actuaciones permitirá conseguir un ahorro económico conjunto de cuatro millones de euros al año entre las familias gallegas, evitando la emisión a la atmósfera de 15.500 toneladas de CO2 por ejercicio”, señalan en la nota de prensa. Entienden que las actuaciones mejorarán la certificación energética de las viviendas gallegas. “La implantación de una caldera de biomasa puede representar, para una vivienda convencional, pasar de una calificación F a una A”, apostillan desde la Xunta.