La planta de Huelva, que tiene prevista su entrada en operación en la segunda mitad de 2019, deberá cumplir con el “decálogo para la sostenibilidad de la biomasa como combustible” que presentó Ence a mediados de julio. En él se compromete a utilizar las mejores técnicas disponibles en el transporte, el almacenamiento y la producción de energía y aprovechar únicamente biomasa agrícola sobrante.
Desde Ence aseguran que la nueva instalación “empleará las mejores y más avanzadas tecnologías disponibles, que garantizarán la excelencia medioambiental, con unas emisiones mínimas”. Pero la agricultura no será la única fuente de alimentación. Afirman que se “empleará biomasa agrícola y forestal procedente de los residuos de cultivos agrícolas de los alrededores y del monte onubense”.
La compañía añade que “de esta forma contribuirá a reducir la quema descontrolada de estos residuos en el campo, que provoca un elevado impacto medioambiental, y contribuirá a las labores de limpieza de montes, reduciendo sensiblemente el riesgo de incendios forestales”.
El mayor complejo de biomasa de España
La planta se unirá a las dos de biomasa de 50 y 41 megavatios con las que ya cuenta en su complejo energético onubense, convirtiéndolo en “el mayor centro de generación de energía con biomasa del grupo y el más importante de España”. La inversión prevista superará los ochenta millones de euros. Donde no concreta cifras es en el empleo, y se limita a decir que se creará “un elevado número de puestos de trabajo”.
Con la decisión de la delegación de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en Huelva se da también un paso para cumplir con los plazos establecidos (cuatro años para la ejecución de los proyectos) por la subasta de renovables de 2016, donde Ence consiguió 40 megavatios.