En un panorama de definitiva eliminación de asignación oficial de cuotas a la producción de biodiésel y con el de origen argentino volviendo a recuperar mercado tras la reducción de los derechos antidumping a la exportación, cualquier anomalía más en la rentabilidad de las plantas españolas podría ponerlas de nuevo contra las cuerdas.
Eso es lo que se vislumbra ante la posibilidad de que la industria tenga que salir a comprar una materia prima más cara, el aceite de soja o de colza (aunque este se produzca en Europa), para evitar el aceite de palma. Sin embargo, APPA Biocarburantes recuerda a Energías Renovables que “aún quedan muchos hitos en un proceso legislativo (nueva directiva de renovables) que no ha hecho más que empezar”.
Falta por posicionarse otra comisión del PE, la de Industria
Se refieren a la votación en el seno de la comisión Envi del Parlamento Europeo con la que se puso fecha de caducidad como biocarburantes renovables tanto al aceite de palma (2021) como al resto de biodiésel de cultivos (2030). Manuel Bustos, director de APPA Biocarburantes afirma que “la decisión no nos cogió por sorpresa, y además falta por posicionarse la Comisión de Industria, Investigación y Energía, que también tiene competencias en este tema”.
“Hay que relativizar la trascendencia de lo votado en Envi, teniendo en cuenta además que fue muy ajustada, con 32 votos a favor, 29 en contra y cuatro abstenciones, pero está claro que si ya el 3,8 por ciento de la Comisión Europea nos parecía mal para los biocarburantes convencionales, el cero para algunos de ellos nos parece injustificado”, sostiene Bustos.
Aceite de palma: de más lejos pero más barato
Desde APPA Biocarburantes aseguran que las plantas en España están preparadas para utilizar cualquier tipo de aceite vegetal. “Lo de emplear principalmente el de palma en España (72 por ciento en biodiésel y cien por cien en hidrobiodiésel) es más por una cuestión de costes y porque no hay una alternativa local”, añade su director.
El aceite de palma, como cualquier producto sujeto a una economía de mercado, puede alcanzar un precio más bajo en España que el de colza, aunque el primero se produzca a 8.000 kilómetros de distancia y el segundo en Francia y Alemania.
Bustos explica también que “el que se elija la materia prima de menor coste debería contestarlo el Ministerio de Industria, que no se cansa de repetir que las renovables se tienen que producir al menor coste posible”. Y a partir de aquí basa una de las esperanzas para el sector, que el Consejo de la UE, otro de los órganos de decisión para la reforma de la directiva de renovables “no apruebe lo planteado por Envi, porque los gobiernos tienen más en cuenta las cuestiones de coste”.
Sospechas por los residuos de palma y por las tierras marginales
Desde Ecologistas en Acción, Abel Esteban ve como escenario más previsible para la industria española recurrir a la soja y a la colza, pero advierte que la primera “tiene muchas similitudes con la palma en cuanto a modelo de producción con impactos y problemas ambientales y sociales”.
Esteban llama la atención también sobre dos puntos: “cuidado con los anexos sobre las materias primas a utilizar en los avanzados, porque entre ellas están los residuos de plantaciones de palma, con lo que se seguiría incentivando su cultivo”. Por otro lado, advierte sobre la no inclusión de la eliminación en 2030 de los convencionales por utilizar tierras marginales: “puede que lo sean desde el punto de vista agronómico, pero desde el de la biodiversidad no y además suponer grandes reservas de carbono”.