El pasado lunes, lo que se sometía a discusión y votación en la comisión Envi del Parlamento Europeo era un documento presentado por Bas Eickhout, eurodiputado del grupo de Los Verdes/Alianza Libre Europea. En Energías Renovables ya desmenuzamos las propuestas que contenía de reducción de uso de biocarburantes y de limitaciones para la implantación de biomasa a gran escala, con reglas más estrictas de sostenibilidad para la de origen forestal.
Estas últimas fueron rechazadas durante la votación de las numerosas enmiendas al texto de Eickhout, algo que dejó descontenta a la sección más ecologista de la comisión Envi y a ONG como Transport & Environment. Dicha asociación, sin embargo, se muestra satisfecha con la votación que pide eliminar el apoyo al biodiésel a partir de aceites vegetales en 2030 y hacerlo con el de aceite de palma en 2021.
La decisión “socava los objetivos de clima y sostenibilidad de la UE”
Piensan todo lo contrario las ocho asociaciones europeas involucradas en la cadena de los biocarburantes, desde agricultores a productores. “Socava seriamente los objetivos sobre el clima y la sostenibilidad de la Unión Europea”, resumen. También cuestionan que no se presentara una alternativa factible para el transporte que depende al 95 por ciento de los combustibles fósiles.
Si el resultado de la votación acaba plasmada en la futura directiva (aún faltan varios trámites y votaciones para que esto ocurra, incluidos de la comisión Envi) supondría un duro golpe para países como España, cuyo biodiésel se alimenta en un 72 por ciento de aceite de palma, llegando al cien por cien en el caso del hidrobiodiésel.
El bioetanol y los avanzados salvan los muebles
Desde ePure, la patronal europea del bioetanol, recuerdan que “la Comisión Europea había propuesto reducir el tope de los biocarburantes de cultivo del 7 al 3,8 por ciento para 2030, pero una pequeña mayoría de los diputados al PE en la comisión Envi quiere que el tope se establezca en el cero por ciento”. Y eso que el bioetanol no sale del todo malparado.
Entre el resto de votaciones, se eximió de dicha eliminación gradual hasta 2030 a algunos basados en cultivos alimentarios, especialmente al bioetanol, y a otros producidos en tierras marginales. Por otro lado, se votó para aumentar la participación de los avanzados en el transporte en 2030 hasta el nueve por ciento, cuando la propuesta de la Comisión Europea fija el 6,8 por ciento.
Aquí no muestra la misma satisfacción T&E, al considerar que ese porcentaje es demasiado alto para poderlo cubrir de forma sostenible. Sí vuelven a aplaudir otras votaciones: la de impulsar aún más el uso de electricidad limpia en el transporte y el cómputo de las emisiones indirectas de los biocarburantes avanzados.
Demandan estabilidad en las políticas de biocarburantes
Florent Marcellesi, eurodiputado español del grupo Verdes/ALE por Equo, muestra también su satisfacción general porque “si bien no todos los biocarburantes provocan el mismo impacto ambiental, la gran mayoría de los basados en cultivos tienen un nefasto impacto neto sobre el medio ambiente y la alimentación de millones de personas, y deben ser eliminados. En vez de dar de comer a los coches, tenemos que dar de comer con prioridad a las personas”.
Por su parte, en la nota de las asociaciones que defienden los biocarburantes afirman que “la comisión Envi ha centrado todos sus esfuerzos en tratar de eliminarlos sobre la base de los supuestos riesgos para la sostenibilidad”.
Emmanuel Desplechin, secretario general de ePure, confía en que otra comisión (la de Industria, Investigación y Energía) y directamente el plenario del PE “se den cuenta de que los cambios constantes en la política de la UE sobre biocarburantes basados en cultivos desalentarán la inversión en los avanzados, cuestionando así uno de los objetivos de la propuesta de Envi".