La energía termosolar ha pasado de contar apenas unas decenas de megavatios instalados a principios de la década a sumar hasta 2.300 a día de hoy. Así, y según datos de Protermosolar, mientras que, en 2009, la producción solar termoeléctrica se quedó en 130 gigavatios hora (GWh), en los nueve primeros meses de 2014, las termosolares españolas han producido 4.518 GWh, o sea, 35 veces más. Ha sido, sin duda, el quinquenio prodigioso; cinco años a lo largo de los cuales en España se han construido casi medio centenar de centrales. Así las cosas -habido ese parque-, los números de este mes de agosto han sido los más potentes de la historia. A saber: la termosolar española ha generado, en los 31 días de agosto, 860 GWh, o sea, hasta un 4,2% de la demanda peninsular.
El mejor día de la historia de la producción termosolar española ha sido, sin embargo, un día del mes de julio, concretamente el día nueve, cuando la cincuentena de instalaciones termosolares que operan en el país produjo 31,7 gigavatios hora de electricidad. Eso sí, el día de máxima contribución respecto de la demanda registrada se lo ha apuntado agosto, en concreto el día 17, cuando la termosolar cubrió un 4,8% de la demanda peninsular. Apenas nada, no obstante, en relación al "récord de contribución puntual a la demanda", que tuvo lugar el pasado nueve de septiembre, entre las dos y las tres de la tarde, cuando las termosolares españolas cubrieron nada más y nada menos que el 8,6% de la demanda toda.
Menor dependencia
Pero la termosolar española no presume solo de generar más que nunca. La patronal del sector destaca, además, el hecho de que la generación termosolar "se ha acoplado a la demanda". O sea, que cuando mayor es el tirón de la demanda de los ciudadanos españoles -cuando más aparatos de aire acondicionado encendemos, por ejemplo-, más gigavatios hora inyecta la termosolar a la red, con todos los beneficios que de ello se derivan. Y es que más termosolar equivale a menos necesidad de importar gas natural para producir electricidad en las centrales térmicas de ciclo combinado; más gigavatios hora limpios (gigavatios hora solares) equivalen a menos gigas sucios (menos gases de efecto invernadero); más sol equivale a menos dependencia energética de los países productores de gas.
Solar de noche
Por otro lado, la virtud de acoplarse a la demanda equipara a la termosolar con la nuclear o el gas, que presumen de estar disponibles en cualquier circunstancia, dado que pueden acumularse (el uranio o el gas) y dispensarse a demanda (dicho sea con todas las salvedades). Pues bien, la tecnología termosolar también ha alcanzado ese estadio: actualmente hay en España 25 centrales capaces de almacenar energía. Lo hacen en forma de calor (durante el día calientan sales que acumulan en grandes tanques) y luego emplean ese calor (durante la noche) para producir vapor y generar con él electricidad (la termosolar ya puede generar hasta 15 horas sin sol). Así, explican desde la asociación sectorial, "la producción termosolar se acopla perfectamente a la demanda".
Un recorte del 50%
A pesar de todas esas ventajas -se queja la patronal-, esta tecnología ha sufrido un auténtico rosario de varapalos regulatorios a lo largo de los cuatro últimos años, todos los cuales han venido a desembocar en recortes de la retribución del kilovatio termosolar. Más aún: Protermosolar acaba de recurrir ante el Tribunal Supremo el nuevo mecanismo retributivo que ha aprobado el Gobierno (en sustitución de la prima), mecanismo que implica -según esa asociación patronal- recortes en la retribución del kilovatio termosolar de "hasta el 50% frente a los planes de negocio establecidos al inicio de la construcción de centrales termosolares en España". Es decir, que el kilovatio generado en una central termosolar es pagado hoy a la mitad el precio que preveía la legislación cuando estableció el marco regulatorio que impulsó y amparaba la construcción de estas instalaciones.